La Biblia nos dice que Dios puso una copia de esta misma en nuestro corazón eso es lo que nos permite diferenciar el bien del mal, y cuando esa ley (la Biblia) es lo único que hay en nuestro corazón, nos es muy fácil actuar adecuadamente, ya que nuestros actos están siendo validados por nuestro corazón todo el tiempo, es por eso que aún los niños pequeños distinguen la diferencia entre lo que esta bien y lo que esta mal.

Dios nos llamó a la santidad, la santidad no es otra cosa que apartar nuestro corazón para Dios, y no quiere decir que caminemos como entre nubes y hablemos lento como suelen pintar a Jesús en las películas, donde aun el viento es incapaz de despeinarlo, sino que escuchemos a esa voz que nos indica lo correcto y que nos lleva a vivir en bendición, la santidad no es algo que Dios nos de, sino que es un estilo de vida y una actitud que nosotros decidimos tomar.

El problema esta cuando empezamos a llenar nuestro corazón de cosas, de personas, de actitudes, de gustos y que se yo de que otras cosas que nos estorban en nuestro corazón, ya que todas ellas podrán tener un lugar en nuestra vida, y no hay nada malo en ello, pero no en nuestro corazón, yo lo imagino de esta manera, es como un gran motor de combustión en una habitación ventilada e iluminada y de repente empezamos a usar esa habitación como bodega y empezamos a almacenar todo tipo de cosas sin importancia en ese lugar, de manera que van obstruyendo la luz y la ventilación y ese motor que funciona todo el tiempo, empieza a tener dificultar para trabajar adecuadamente, además el dueño que antes iba con regularidad a dar mantenimiento al motor, ahora ya no lo hace, ya que esta consciente que para llegar a ese motor, tiene que quitar un montón de cosas y encontrarles lugar para poder pasar hasta donde está el motor para luego trabajar en el en condiciones incómodas.

Nuestro corazón es esa habitación amplia y ventilada, ese motor es la palabra de Dios que también nos sirve de consciencia, y el mantenimiento que le deberíamos de dar es el leer la Biblia y meditar acerca de lo que ella dice, para que el motor siga funcionando adecuadamente, por tanto, cuando damos entrada a nuestro corazón cosas que no deberían habitar en el, se convierten en habitantes permanentes que no hacen mas que estorbar.

Hay personas que no se acercan a Dios porque dicen tener que poner en orden su vida para poder estar “bien” con Dios, la realidad es que se engañan a ellas mismas, ya que la palabra de Dios nos dice exactamente lo contrario, es cuando peor estamos cuando debemos de ir directamente a la presencia de Dios y confesar nuestro pecado, para que Él pueda hacer efectiva la sangre que Jesús derramó en la cruz y borrar nuestra iniquidad y darnos perdón, ya que nos sería prácticamente imposible el limpiarnos a nosotros mismos o bien sería muy tardado, además que debemos de entender que fue justo ese el propósito de Jesús en la cruz el que tuviéramos acceso directo al perdón y que pudiéramos tener acceso a una mejor vida de manera sobrenatural y aprendiéramos a vivir en dependencia de Dios, por ello quienes dicen  tener que arreglar su vida para poder entrar a la presencia de Dios, realmente lo que tienen es una bodega en su corazón en la cual todo aquello acumulado y viejo, no les permite distinguir entre lo bueno y lo malo, no les permite diferenciar entre lo que piensan y lo que sienten y el solo hecho de voltear a ver su corazón les causa agobio.

Proverbios 5 nos previene acerca de la impureza y en específico nos habla de la impureza sexual, ya que es una de las cosas que empiezan a acumular cosas inadecuadas en nuestro corazón, lamentablemente desde jóvenes tenemos acceso a información inadecuada y nuestra alma (contenida en nuestro corazón) se corrompe y empezamos a alimentarla con ese tipo de información que nos lleva a acciones no razonadas de pecado que luego nos llenan de culpa y entramos en un círculo vicioso, todo por no guardar nuestro corazón adecuadamente.

El versículo 10 del capítulo 5 de Proverbios, nos dice “no sea que los extraños se sacien de tu fuerza”, es decir, todas esas cosas extrañas que entran en nuestro corazón pueden menguar nuestras fuerzas, ya que cuando nos encontramos en pecado, el puro hecho de pensar en hacer lo correcto, o el puro hecho de pensar en ir a la presencia de Dios nos agotan, ya que sabemos lo que hay que remover de nuestro corazón.

Interesante es entender que las personas piensan que el amor proviene del corazón, cuando es exactamente al revés, el corazón es un lugar en el cual almacenamos el amor que decidimos tener, ya que el amor, no es otra cosa que un acto racional, una decisión, y también las personas confunden el amor con el placer carnal y también suelen almacenar en su corazón tanto el deseo de este placer carnal, como el vacío que este deja al no obtener lo que en realidad se buscaba, esto deja grandes y estorbosos objetos en nuestro corazón que luego menguan nuestra energía, la cual podríamos enfocar en buscar a Dios para que este la multiplicara y transformara en bendición.

La lectura del día de hoy es Proverbios 5, ponga mucha atención en esta lectura, cuide la fuente de su energía y aprenda a administrarla de manera sabia y adecuada.

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