La fe es un ejercicio interesante, ya que todos tenemos idea de que tiene que ver con Dios, y todos creen que creen en Dios, pero la gran mayoría de las personas deciden creer en lo que mejor les acomoda o en lo que ellas creen que es Dios, cuando desafortunadamente no toman en cuenta a Dios para decidir que es lo que creen.
En muchos aspectos las cosas de Dios se han convertido en una leyenda urbana, ya que muchas personas no saben exactamente para que es que están en este mundo y mucho menos tienen la certeza de a donde irán una vez que partan de aquí y es por eso que se han inventado tantas cosas acerca de ello, como el purgatorio, que para muchos es el lugar donde pasaremos un tiempo pagando por aquello que hicimos en esta vida, para luego ir a la presencia de Dios, pero sabe, esto es una mentira, la Biblia no dice nada acerca de eso, el purgatorio no es otra cosa mas que algo que hace mucho tiempo escribió Dante Alighieri, en la cual describía a modo de novela su propia opinión acerca de lo que es el cielo, el infierno y ese lugar que decidió llamar el purgatorio.
Claro, usted es libre de creer lo que decida creer, solo que tenga cuidado, eso que cree, le puede costar la eternidad, es decir, al final de nuestros días solo hay dos lugares a donde iremos, ya sea a pasar la eternidad a lado de Dios o a otro lado que espero no le interese investigar sobre ese lugar.
Creo que he usado este ejemplo un par de veces, pero es muy ilustrativo, imagine usted un coche tipo Jeep, este coche fue hecho originalmente para la guerra, hoy en día es un coche deportivo con muchas capacidades, es un coche todo terreno, equipado con tracción en las 4 ruedas, capaz de soportar mucha presión, ir por terrenos difíciles, es un coche para trato rudo, pero imagine que lo compra alguien que vive en la ciudad, lo maneja a diario, lo lava con regularidad, lo lleva a servicio cada vez que es necesario y lo tiene en perfectas condiciones por muchos años, al cabo de un tiempo se podría decir que el coche dio un buen servicio a su dueño, nunca se descompuso y fue un coche en el que pasaron grandes momentos, eso es innegable, pero sabe, el coche nunca cumplió el propósito para el cual fue creado, todo el potencial que había en el para trato rudo quedó desperdiciado, todas sus ventajas fueron desaprovechadas, fue un buen coche, aunque nunca logró nada.
En la Biblia, Jesús se topa con una higuera, la higuera era verde y tenía hojas, probablemente daba sombra y era como toda higuera un árbol frondoso y atractivo, pero no encontró fruto en ella, de manera que la maldijo y esta se secó (Mat. 21:19), por qué? es sencillo de entender, el propósito de la higuera no es ser verde, frondosa y dar sombra, el propósito de la higuera es dar fruto, cualquiera que no de fruto, no cumple con su propósito, por no tenía sentido que siguiera ahí, pero sabe, muchas veces a nosotros nos sucede igual, estamos ahí pero no damos frutos.
La Biblia describe perfectamente el propósito y el sentido que tiene el que estemos en esta tierra y como asegurar nuestra entrada a la eternidad a la presencia de Dios, pero sin frutos nos será imposible entrar ahí, la Biblia misma describe que de nada nos sirve ir delante de Dios con las manos vacías y que mas podemos llevar delante de Dios que le pueda agradar mas que nuestros frutos?
La cita de el día de hoy es una cita dura, es una cita que nos reta y es una cita que nos previene, nos alerta acerca del conocimiento de Dios, del conocimiento de su voluntad y del conocimiento de nuestro propósito en esta tierra y en la eternidad, por tanto, si no los conocemos, corremos el riesgo de ser destruidos y que nos pase tal como le pasó a la higuera, afortunadamente no hemos tenido un encuentro cara a cara con Dios, ya que si así fuera, probablemente ya nos habríamos secado como la higuera del relato, por lo que le quiero invitar a que deje de perder el tiempo, a lo mejor es usted “bueno” de acuerdo a los parámetros de los hombres, y a lo mejor es usted una persona exitosa, a lo mejor hace usted cosas buenas por otras personas, pero asegure que lo que haga usted esté alineado con la voluntad de Dios y el propósito de Dios para su vida, para que no le pase como a la higuera, que de nada le sirvió ser verde y frondosa, ya que sin frutos, no tuvo sentido su existir, aprenda a creer en la palabra, mas allá de su propio concepto de Dios y aprenda a vivir de acuerdo a la palabra, para que los frutos sean algo natural en usted, de acuerdo a como fue creado por Dios.