Es interesante el pensar como un problema puede nublar todo nuestro entendimiento, a veces la más pequeña y mas insignificante situación adversa puede hacer que todo nuestro panorama cambie radicalmente y en cuanto eso sucede, empieza nuestro invocar a Dios ya sea preguntando porque nos sucede lo que nos sucede o la repetida súplica de que nuestra situación cambie.

Al meditar acerca de esto, no puedo evitar que mi pensamiento vaya de inmediato a la vida de Job, ya que si alguien pasó por aflicción en su vida fue Job:

Job era un hombre recto y que amaba a Dios, tanto que llevaba una vida agradable a Dios, al grado que Dios mismo presume acerca de Job con Satanás (Job 1), y Satanás decide poner a prueba la fe de Job y Dios accede, ya que conoce el corazón de Job y sabe que no va a claudicar por difícil que sea su situación, y el resto usted lo conoce.

Cuando los problemas aquejan nuestra vida, lo primero que hacemos es buscar la razón de porque nos pasa lo que nos pasa y al agotar las posibles razones que desatan nuestro malestar, recurrimos a un “Dios por algo hace las cosas” y creemos que ese “por algo” nos conecta con nuestra fe y como si algo dentro de nosotros aprendiera algo, que nuestra mente jamás va a aprender y que jamás va a entender, pero que es un “asunto de fe”.

La realidad es que las cosas no suceden de esa manera, ya que Dios actúa completamente distinto, y solo es cuestión de ver que es lo que pasó en la vida de las hombres y las mujeres de la Biblia, por ejemplo en la vida de Pablo el Apóstol, pasó largo tiempo en la cárcel, pero fue justo ahí donde Dios le reveló cosas sumamente poderosas para llevar a cabo en su vida y que el día de hoy siguen transformando vidas, le recuerdo que Pablo fue uno de los primeros cristianos (con esto me refiero a seguidores de Cristo y no a alguna denominación o religión) que no conoció a Jesús en persona, sino solo en espíritu.

Hace tiempo aprendí que Dios es un Dios que habla y que habla claro y directo y que normalmente cuando vienen a mi vida problemas y situaciones incómodas, es algo que solamente quiere distraer mi atención de lo que Dios tiene que decirme y que probablemente es de bendición para alguien mas, y por lo general cuando estoy en medio de una situación compleja, es cuando retomo mi enfoque hacia Dios y dejo a un lado el enfoque hacia mi problema y me asombro ante las respuestas de Dios, que primeramente no tienen nada que ver con mi problema, sino con el plan que Dios tiene para revelarme y cosas que Él quiere llevar a cabo por medio mío.

Creo que una de las partes que mas disfruto de la Biblia es cuando Job a pesar de ser un hombre que vive de acuerdo a la voluntad de Dios, tiene que reconocer que le faltaba mucho por conocer de Dios y dice: “ahora me doy cuenta que se oídas te había oído, mas ahora mis ojos te ven” (Job 42:5).

Job se dio cuenta que su situación adversa no tenía que ver con Él sino con una lección que Dios quería darle a Satanás, acerca de lo que Él (Dios) ha puesto en nuestros corazones y como el espíritu que ha puesto en nosotros, nos hace superiores a el (Satanás), es por eso que Dios no solo le regresa lo que fue quitado sino le restituye exponencialmente las cosas de las cuales tuvo que prescindir durante un tiempo.

Es un hecho que Dios por algo hace las cosas, pero ese “por algo” tiene un objetivo y siempre nos será revelado, es la intención de Dios que siempre podamos decir igual que Job, que ahora le vemos y vemos su intención.

La cita de hoy habla de eso, Jesús iba caminando con sus discípulos y ven a un ciego que lo es desde nacimiento y uno de los discípulos le pregunta cual es la razón de la ceguera del joven, a lo que Jesús responde que el único motivo de su malestar es que la obra de Dios se manifieste en el y que con ello pueda dar testimonio de quien es Dios y de quien es Jesús, le invito a que lea el capítulo 9 de el evangelio según Juan, es una historia fascinante, ya que la vida del joven es cuestionada, pero al joven le pasó literalmente lo que a Job, ya que no podía ver, solo había escuchado de Dios, pero al ser sanado, vio no solo a Dios en persona, sino su propósito en su vida y lejos de enfocarse en los años que pasó siendo ciego, o que a causa de su sanidad incluso sus padres le dieran la espalda, su enfoque y su atención nunca dejaron de estar en Dios y en su propósito.

Mi invitación en esta mañana, es a que deje de preguntarle a Dios el “por qué?” de las cosas y empiece a preguntarle “para que?”, pero ojo! ese para que va a requerir de acciones suyas, ya que las respuestas de Dios son siempre para hacernos crecer y para que seamos usados, haga usted como Job y como el ciego de nacimiento, deje de oír de Dios, y empiece a ver conscientemente lo que Dios puede y quiere hacer por medio suyo, no se atreva a quedarse sin respuestas, exíjalas, demándelas y sea parte de la obra de Dios.

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