Entre mas conozco a Dios más clara me queda la diferencia entre las cosas del Reino de los Cielos, y las cosas de la tierra, lamentablemente y de acuerdo a la realidad que vivimos, nos hemos acostumbrado a vivir de acuerdo a lo que vemos y no de acuerdo a la como las cosas realmente son, anoche reflexionaba acerca eso, adoptamos dichos y filosofías que parecen sabias, sin conocer su verdadero trasfondo y sin saber que es lo que Dios opina al respecto.

Una de las cosas que mas me llama la atención es el erróneo concepto de la libertad que muchas personas tienen, ya que normalmente se entiende por libertad al derecho de hacer u opinar lo que uno quiera y de hacer de la misma manera, las personas creen que deben de tener opciones y decidir entre ellas para llevar una vida libre.

Bueno, en realidad eso es lo que significa la libertad aquí en la tierra, y para aquellos que pretendan pasar su eternidad en ella, pues, no tendrían porque cambiar su concepto acerca de la misma, pero sabe, en el Reino de los Cielos la libertad tiene un concepto completamente distinto, Dios pretende que seamos libres, pero no libres para hacer lo querramos, sino libres para obedecer, libres para disfrutar todo lo que hay en su Reino y que solo nos es dado cuando estamos sujetos a autoridad.

Lo se, un concepto y otro parecieran ser completamente opuestos y de cierta manera lo son, ya que vienen de 2 mundos completamente opuestos, pero permítame ponerle un ejemplo para que le quede mas claro lo que es la verdadera libertad según Dios.

Muchas veces usted y yo hemos actuado con libertad y hemos hecho aquello que nos ha parecido lo adecuado, a veces sin la madurez adecuada, pero con libertad, pero luego de haber sido “libres” para decidir, empezamos a observar las consecuencias de nuestros actos y cuando menos lo pensamos empezamos a sentirnos culpables y vienen los remordimientos y otra serie de sentimientos desagradables.

La razón por la que esto sucede es sencilla, la Biblia dice que Dios escribió en nuestro corazón una copia de su palabra, por tanto, desde antes de nacer hay en nosotros una consciencia del bien y del mal, y esta es la que una y otra vez viene desde nuestro corazón a nuestra mente y nos recuerda lo que es bueno y lo que es malo, y cuando actuamos sin esta consciencia, viene la culpa a hacernos la vida imposible.

El problema radica en que cada vez escuchamos menos esa voz interna que pareciera aburrida y anticuada, pero sabe, nunca nos va a dejar de hablar, por tanto si actuamos como queremos y no como debemos, viviremos una vida llena de culpa, una vida llena de juicio y una vida que en nuestros actos pareciera libre, pero en nuestro interior nos carcome, en otras palabras, viviremos una vida de esclavitud, una esclavitud que nadie en la tierra nos puede quitar.

Por el otro lado si decidimos escuchar esa voz y la reforzamos con la lectura de la palabra de Dios y actuamos de acuerdo a ella, entenderemos las cosas que son justas, las cosas que son buenas y sobre todo las cosas que son agradables a Dios de manera que no solo disfrutaremos de ellas, sino que vendrán acompañadas de bendición y serán en todo caso libres de culpa y remordimientos, y sabe, ahora si estaremos haciendo un ensayo de lo que haremos en la eternidad desde aquí en la tierra.

Hay personas que creen que la eternidad empieza el día que morimos y hay personas que creen que cuando morimos, pasamos a mejor vida, pero sabe, la eternidad no abarca el futuro, la eternidad abarca todo, por tanto nosotros podemos empezar a vivir nuestra eternidad de acuerdo a lo que Dios promete desde hoy, y podemos vivir una vida llena de la presencia de Dios, de su mano, de su abundancia y de todo lo que Él es y nos promete desde ahora mismo, para que no pasemos a mejor vida, sino para que continuemos una vida que desde la tierra es gloriosa, una vida libre.

A poco no es interesante pensar que hay 2 tipos de libertad?, la que Dios nos promete y el libertinaje que la tierra nos ofrece, ambos con resultados opuestos y con conceptos distintos.

El mejor regalo que Dios nos dio, después de su salvación, fue la libertad de elegir, pero ojo!, no elija sin saber y no elija sin conocer, hay muchos que eligen de acuerdo a lo que sienten, pero no se dan cuenta que la misma Biblia dice que cosa perversa es el corazón, por tanto elijamos de acuerdo a lo que nos dicta no nuestro corazón, sino nuestro espíritu que está ahí para llevarnos a lo eterno y ahí a donde Dios planeó que pasemos nuestra eternidad, con Él y no en otro lugar lleno de las consecuencias del libertinaje confundido con la libertad.

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