Aprendemos a soñar cuando somos pequeños y durante ese tiempo uno de los sueños mas comunes que tenemos o bien tuvimos es el sueño acerca de lo que seríamos de grandes, hay muchos de los que se cuentan entre los que soñaron ser Bomberos, Astronautas, Médicos o que se yo, yo en lo particular no le puedo decir que me acuerde que es lo que soñaba, pero mi Madre se encarga de recordármelo muy seguido, y resulta que mi sueño de pequeño era el ser cartero y la razón era muy sencilla, había un cartero de edad avanzada que cubría la ruta donde mi familia vivía en el tiempo que vivíamos en Alemania, y todas las personas se alegraban al ver al cartero y le saludaban muy efusivamente y siempre pensé que quería hacer felices a las personas y el cartero lo lograba a diario, por tanto mi anhelo era que al crecer pudiera llegar a ser cartero.
Obviamente crecemos y descubrimos que hay un mundo de opciones allá afuera y que no todas son tan heroicas como ser Bomberos o Astronautas, pero nos encontramos con carreras y oficios que nos pueden apasionar y que pueden darle un vuelco a nuestra vida o bien adoptamos el oficio de nuestra familia, ya que en el encontramos nuestra identidad y aquello a lo que fuimos llamados a hacer.
Ese crecer y ese desarrollarnos en el área profesional y laboral de nuestra vida, sucede como algo casi automático para muchos y creo que todos encontramos ese sentido de lo que queremos en nuestra vida tarde o temprano y aprendemos a ser buenos en lo que hacemos y de ello en muchas ocasiones obtenemos nuestra identidad.
Una de las cosas de las cuales soñamos en muy pocas ocasiones, es acerca de que es lo que seremos para Dios, ya que lamentablemente pocas personas nos hablan de ello en nuestra niñez y aún de adultos, y cuando muchas personas descubren ese amor por Dios y se dan cuenta que al igual como tienen una responsabilidad de hacer una carrera en la vida, tienen que hacerlo para Dios, empiezan las confusiones.
No le puedo decir cuantas veces he escuchado la famosa frase que reza “es que estoy esperando que Dios me revele su propósito para mi vida” y veo que pasan años y años esperando a que esa revelación llegue, como si de la nada les fuera a nacer un nuevo anhelo a ser Pastores, Sacerdotes, Misioneros o que se yo, pero sabe, eso en muy pocas ocasiones va a suceder, ya que Dios no hace las cosas de esa manera, Dios lo hace de una manera mucho mas sencilla.
En Marcos 16:15-18 encontramos lo que todos debemos de hacer, es llamado la gran comisión, es decir lo único que Jesús nos pidió que hiciéramos en esta tierra y nada mas.
Note como la primera instrucción de Jesús fue que salgamos al mundo y hagamos discípulos, y es interesante porque si no entendemos esta primera parte, no entenderemos el resto de la instrucción.
En la antigüedad, un discípulo dejaba su casa e iba a vivir a la casa de su mentor, le servía y le seguía todo lugar que iba, y no dejaba de hacerlo, sino hasta que había aprendido todo lo que su mentor sabía y se podían comparar el uno al otro, es decir y en otras palabras, el proceso del discipulado consiste en enseñar a nuestros discípulos a vivir de la manera que nosotros lo hacemos y he ahí un detalle interesante, porque es ahí donde interviene aquello de nuestros sueños y nuestra manera de vivir.
La cita de hoy fue escrita por Pablo quien fue el único de los Apóstoles que no conoció a Jesús en persona, sino le conoció en Espíritu y fue uno de los mas destacados del nuevo testamento, ya que fue el primero de los Cristianos de primera generación, fue de los que aprendieron a creer sin haber visto a Jesús físicamente, y la cita nos exhorta a imitarle a él quien fue un radical en la palabra de Dios, ya que él imitaba a Cristo en todo lo que hacía y esa fue su manera de vivir, pero sabe, Pablo siempre hizo lo mismo, solo que antes de hacerlo para Jesús, lo hacía como Judío.
En otras palabras, Dios no anhela revelarnos un día de la nada el que dejemos lo que somos, para ir al mundo de misioneros o algo así, eso ya está escrito en nuestra sangre y lamentablemente hay quienes tienen ese llamado, pero no lo siguen, ya que están esperando que sea Dios en persona que baje de su trono en el Reino de los Cielos y se los diga, como hay obvio quienes atienden de inmediato, para el resto de nosotros, Dios espera que le hagamos parte de nuestra vida cotidiana, que le incluyamos en nuestros planes y que lo que nos dejó por escrito se refleje en todas nuestras acciones, para que seamos imitadores de Cristo, no importando si somos Médicos o Astronautas.
Si usted por alguna razón no ha entendido que es lo que Dios espera que usted sea en la vida, no se detenga, no deje de avanzar busque dentro de usted mismo, le aseguro que ahí encontrará cual es su talento, a que fue llamado, y cuando lo haya hecho, no olvide hacer a Dios su acompañante en esa manera de vivir, para que no solo sea usted brillante y excelente en lo que haga, sino que además la luz de Cristo se vea reflejada en usted, y que otros anhelen no lo que tiene, sino lo que refleja, en ese momento habrá cumplido su sueño y el sueño de lo que Dios tiene planeado para usted desde y hasta la eternidad.
Una vez que haya encontrado ese sueño y haya incluido a Dios en el, entonces puede con conocimiento de causa hacer discípulos, es decir enseñar a alguien mas a vivir como usted lo hace, teniendo sus prioridades bien claras y haciendo a Dios parte de todas sus decisiones, sin tener que ser religioso, simplemente asegurando la intervención de la mano de Dios en todo lo que haga, una vez que haya logrado eso, entonces habrá encontrado y cumplido su propósito en esta vida, como ve?