Hace poco me tocó escuchar la historia de una persona que se declaró fiel a la empresa a la que trabajaba, a pesar de que le ofrecían trabajos en otras empresas y con muy buenos sueldos, simplemente decidió ser fiel a quien le había dado su primer oportunidad y se mantuvo ahí por muchos años, todo el tiempo pensaba que la empresa agradecía su fidelidad y que había tomado una buena decisión, después de muchos años, en una situación difícil y un mal entendido, la empresa decide despedirlo sin mayor explicación y por así decirlo traicionan su confianza.

Me imagino que no le es difícil imaginarse como es que este hombre se sentía después de entregarle años y años a una empresa, pensando que tenía una relación con ella y con las personas que en ella trabajan, para luego darse cuenta que todas las empresas son negocios que se dedican a hacer dinero para alguien que muchas veces no interviene en la toma de decisiones difíciles y puntuales como es el caso de este hombre.

Este es solo un caso de muchos otros que pudiéramos enumerar y contar en este y muchos otros foros de personas que se esforzaron y fueron fieles y trabajadoras y a su vez víctimas de una injusticia o una mala jugada.

La razón del porqué suceden estas cosas, no se la puedo dar, la verdad a mi también me gustaría saberla, pero sabe, una de las cosas que si le puedo decir, es que este tipo de cosas se pueden evitar, de una manera poderosa y que va mas allá de cualquier empresa y de cualquier situación difícil.

Obviamente la lealtad es un valor que todos deberíamos de cultivar, pero sabe, a veces solo le somos fieles a lo que vemos, pero como dice el dicho “caras vemos, corazones no sabemos” y aquello a lo que le somos fieles nos puede traicionar, como le pasó en este caso a la persona del relato al principio de este escrito.

Me encanta darme cuenta que con Dios las cosas son completamente distintas, Dios no tiene pensamientos ocultos para nosotros, su misma palabra lo dice: “Él tiene pensamientos de bien para nosotros” y lo mejor del asunto es que Dios no va a cambiar de opinión, ya que lejos de sernos fiel a nosotros, le es fiel a su palabra de manera que podamos usarla como apoyo, como escudo y como sustento y que tengamos siempre una referencia de que hacer y como actuar para asegurar nuestro bienestar.

Todos sabemos que para estar bien económicamente, tenemos que esforzarnos y tenemos que ser excelentes en todo lo que hagamos, pero aunque los ojos de nuestros jefes, y el mundo nos observan, deberíamos estar mas preocupados por el hecho de que los ojos de Dios nos observan y no para castigarnos, sino todo lo contrario, para llenarnos de favor cuando hacemos las cosas para agradarle, aun las cosas de trabajo y las cosas de nuestra vida cotidiana.

Recuerde que usted y yo hemos sido enviados a esta tierra a ser embajadores del Reino de los Cielos, o si lo prefiere entender de otra manera, somos enviados a la tierra a ser como la luna, que es bella y admirada, pero que en realidad solamente refleja la luz del sol, no tiene brillo propio, de manera que, cuando hacemos las cosas con excelencia con la intención no de agradar a los hombres, sino agradar a Dios, hacemos precisamente lo que hace la luna, reflejamos a Dios en nuestra vida y nuestra manera de vivir.

A veces olvidamos que Dios trasciende mas allá de las empresas y de la economía mundial, he sido testigo como Dios ha puesto gracia en muchas personas y en un servidor y nos ha favorecido económicamente en medio de una situación difícil y que para todos pinta funesta, ese es el Dios en el cual yo creo, el cual es fiel a su palabra y no se deja influenciar por las noticias, por las situaciones económicas y que no cree en la deslealtad.

Por tanto, si usted desea una vida económicamente tranquila y que vaya siempre en aumento, le doy la receta, haga como dice la cita de hoy, haga todas las cosas con la intención de agradar a Dios, sabiendo hacer lo bueno y evitando lo malo, dejando a un lado lo deshonesto y permita que Dios le lleve mas allá de situaciones incómodas y desagradables, permita que aun la opinión de las personas cambie por medio del consejo que Dios ponga en ellas, con tal de favorecerle a usted, ya que vive para agradarle a Él.

 

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