Hace aproximadamente 7 años empecé a escribir devocionales, y no le puedo decir como fue exactamente como sucedió, ya que sucedió como todas las cosas que pedimos a Dios con una respuesta mejor que la petición que tenía en ese momento, nunca pensé pasar mas allá de unos cuantos días de dirigir unas líneas dirigidas a un grupo reducido de personas (7 para ser exacto) y sin embargo hoy en día son mas de 18,000 en todo el mundo las que las reciben.

Cuando miro hacia atrás, no puedo mas que asombrarme y sonreír, ya que aún el día de hoy no soy capaz de dimensionar como es que sucedió, ni como es que sigue sucediendo, hasta que ayer un buen amigo  me recordó algo que ha sido primordial para que este ministerio suceda y siga en pie.

La cita de hoy hace referencia a la primer batalla que el pueblo de Israel tuvo al salir de Egipto, los Amalecitas habían venido a atacarlos y Moisés dio instrucciones específicas a sus hombres y a Josué que iba al frente de ellos y por su parte el Moisés buscó un lugar en una colina cercana donde el pudiera ver la batalla, pero donde a su vez su pueblo le pudiera ver a el.

Que hizo Moisés desde la colina?, sencillo, interceder por su pueblo, levantar sus manos en señal de rendición a Dios y sostener en ellas su vara, que era símbolo de autoridad, pero note esto, Moisés, tenía una gran necesidad de interceder, estaba peleando contra un pueblo que tenía un ejército, mientras los Israelitas no estaban preparados ni física, ni militarmente, ellos venían de 430 años de ser sometidos, de ser esclavos y de estar acostumbrados a agachar la cabeza como tales y ahora, de la nada tenían que pelear contra otro pueblo.

Y sucedió que Dios entendía esto, de manera que cuando Moisés mantenía las manos levantadas, los Israelitas tomaban ventaja en la batalla, pero cuando Moisés bajaba las manos debido al cansancio, los Amalecitas tomaban ventaja, por lo que quienes iban con Moisés, le ayudaron, primero a sentarse sobre una piedra y segundo a tomarle cada uno de una mano y a sostenerlas siempre levantadas, hasta que vencieron a sus oponentes.

Su posición estratégica le favorecía, ya que el podía ver la batalla, pero a su vez, los Israelitas le podían ver a el, y tenían la confianza de que estaba intercediendo por ellos.

A lo largo de estos 7 años escribiendo devocionales, ha habido un factor que en especial me da ánimos, una y otra y otra vez he recibido y afortunadamente sigo recibiendo correos de personas que conozco y de otras que no conozco alrededor de todo el mundo, diciéndome una cosa, que están orando por mi vida y por mi ministerio, y sabe, esto ha sido ese factor fundamental para que mi ministerio siga en pie y que haya podido crecer de la manera que lo sigue haciendo día a día.

Bien dice la palabra de Dios: “orad los unos por los otros”, a lo largo de los años he aprendido esto y lo he puesto en práctica, cuando voy a comenzar algo, cuando estoy en medio de una situación difícil o simplemente cuando siento que las fuerzas no me son suficientes, recurro a mis amigos cercanos por apoyo en oración y eso me da la seguridad de seguir adelante, además es muy reconfortante cuando recibo llamadas o mensajes de mis amigos preguntando acerca de mi situación, ya que me muestra no solo que están orando, sino que están al pendiente, sin darse cuenta se convierten en ese Moisés en la colina al cual puedo ver que está ahí clamando por justicia para mi vida.

Hay muchas personas que me escriben y me cuentan sus situaciones día a día y es muy común que responda (a veces me tardo un poco) y siempre mi respuesta lleva una pieza de consejo si me es posible y alguna frase que les asegure que estoy orando por ellos, de hecho en muchas ocasiones les digo “no dejes de mantenerme al tanto” para saber que dirección tomar con mi oración y si me es posible, les envío correos de seguimiento para saber que es lo que sucede, ya que como sucede conmigo, es importantísimo para todos saber que alguien ora por nosotros y está al pendiente.

Por tanto, el día de hoy le quiero hacer un recordatorio, procure siempre tener a alguien que ore por usted en lo específico y recuerde usted siempre estar orando por alguien más y hacerselo saber, usted necesita un Moisés en la colina y a la vez puede ser el Moisés de muchos otros, solo así podrá salir adelante, haciendo como Dios nos indicó y nos puso como ejemplo en la palabra.

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