Anoche tuve la oportunidad de platicar con una buena amiga que hacía tiempo que no veía y le compartía que no hay mejor manera de entender la palabra de Dios que ponerla en práctica, y que a veces debemos de insistir con Dios, hasta que nos quede muy claro lo que cada cita quiere decir y cual es su aplicación para nuestra vida en ese preciso momento y le quiero compartir un ejemplo que puede parecer sencillo, pero que puede ilustrar de una manera muy interesante lo que le digo.

Como muchos saben, soy soltero y vivo solo hace ya algunos años y tanto por mi trabajo, como por mi ministerio e incluso por gusto propio, viajo todo el tiempo, tengo la oportunidad de visitar muchos lugares interesantes, conocer personas mas interesantes aún y e desarrollado una pasión por la comida, muchas personas disfrutan que todo el tiempo comparto en mi Facebook lo que estoy a punto de comer y parece que lo saborearan conmigo.

Hace unos meses reflexioné acerca de ello, y me di cuenta que tenía que comenzar a comer de manera mas sana, ya que el tanto viajar, me había hecho hasta cierto punto dependiente de la comida rápida y dependiente de las comidas sencillas incluso en casa, de modo que me puse tanto a investigar que alternativas tenía, e incluso oré a Dios por un poco de guianza al respecto, después de algún tiempo llegué a la conclusión que intentaría adoptar una dieta kosher, que es aquella que viene descrita en el antiguo testamento y que es la que Dios diseñó para su pueblo.

Aclaro que esta decisión fue solo basada con el fin de comer de manera mas sana y sin ningún toque religioso, y como no me gusta hacer nada sin tener el conocimiento necesario, compré un libro al respecto y me di unos meses para investigar adecuadamente.

Uno de mis temores al pensar en llevar una dieta como la kosher, era el pensar en todo lo que no podía comer y todas las limitaciones que tendría, el hecho de pensar de entrada en todos los alimentos de los que tendría que prescindir como mis amados tacos al pastor y otras cosas que se encontraban en mi dieta básica, pero cual fue mi asombro, que el libro que leí empezaba de la manera opuesta a como me imaginaba, ya que de entrada abordaba el punto sobre la variedad que había en la cocina kosher y las ventajas nutricionales que encontraría al llevarla a cabo.

Obviamente la dieta kosher es una dieta que los que la practican por razones de fe la llevan de una manera muy radical al grado de tener utensilios específicos para cada tipo de carne y otras cosas, que no le voy a mentir que estoy orando para ver si pongo en práctica algún día, pero le quiero compartir un poco los resultados de mi nuevo régimen alimenticio para ejemplificar lo que le comentaba al principio de éste escrito.

Una de las cosas que mas me ha asombrado es que lejos de sufrir por todo aquello que “no puedo comer” ha sido el darme cuenta que antes comía de una manera en extremo repetitiva , siempre comía lo mismo porque me gustaba, pero ahora que mi decisión me ha puesto bajo un régimen y que hay alimentos que no puedo comer, me ha hecho observar mas detalladamente las opciones que me ofrece el supermercado, el menú de los restaurantes y las cosas que hay en mi alacena, sin esforzarme mucho, mi alimentación se tornó en algo emocionante y en extremo variado, cada día encuentro cosas nuevas para cocinar e ideo nuevas combinaciones de cosas que antes no consideraba, ya que siempre comía lo mismo y lo mismo!.

El resultado inicial de mi nuevo régimen ha sido muy satisfactorio, he bajado de peso, sin haber tenido la intención, he ampliado radicalmente mis opciones de comida, he aprendido a apreciar el sabor de muchas cosas y he empezado a comer de una manera consciente, en general me encanta mi nueva manera de comer.

La cita de hoy habla acerca de que todo nos es lícito, pero que no todo nos conviene, esto quiere decir que nada nos es prohibido, pero que no todo lo que hagamos nos es conveniente hacer, y esto lo digo porque he escuchado de muchas personas que tienen cierto temor de acercarse a Dios, o bien tienen no se atreven a leer la Biblia, ya que piensan que al hacerlo, se encontrarán con un montón de limitaciones y prohibiciones y no están dispuestos a sacrificar su “libertad” para vivir “oprimidos” bajo la palabra de Dios, pero sabe, esto es exactamente igual que lo que me pasó a mi con mi nuevo régimen alimenticio, una vez que se documenten de lo que es una vida en Cristo, lo primero que se darán cuenta es que no era una verdadera libertad la que vivían, ya que se encontraban bajo un estilo de vida rutinario y repetitivo y que una vez que se quitan aquellos hábitos que no les favorecen, encontrarán una nueva vida variada y emocionante.

Muchas personas me han preguntado que si mi nuevo régimen alimenticio es el que deberíamos de llevar y mi respuesta es siempre la misma, como hijos de Dios, ya no vivimos bajo la ley, por lo cual no estamos obligados a ello, pero lo que si me he dado cuenta es que Dios no se equivoca, y que cuando puso las reglas simples y básicas de la dieta kosher, tenía un propósito detrás de ello, por lo que podría comer de todo, pero no todo me conviene, ya que el consumo de ciertos alimentos y a combinación de muchos de ellos, no son los mas favorables para mi organismo, en otras palabras, me es lícito comerlo todo, pero no todo me conviene, de la misma manera en nuestro diario vivir, nos es lícito hacer todo tipo de cosas, pero no todas nos convienen, y no porque nos lleven a pecar y nos vayamos a condenar en el infierno por ello, sino porque nos esclavizan a nuestros hábitos y una vida rutinaria sin sentido y sin orden.

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