En ocasiones me he puesto a pensar en las veces que me he equivocado en esta vida y en la cantidad de errores que he cometido y creo que no sería capaz de contarlas, es inaudito el número de veces que lo he hecho, pero sabe, en realidad eso no me preocupa, lo que si me preocupó es la cantidad de tiempo que he invertido en sentirme culpable, la cantidad de tiempo que he invertido en juzgarme a mi mismo y la cantidad de tiempo que he invertido en imaginarme cosas que Dios ha de pensar en mi.Hay dos pensamientos que hacemos muy a la ligera todo el tiempo y es interesante el darnos cuenta que son 2 pensamientos totalmente opuestos, estos pensamientos son: “Dios es bueno” y “Dios esta enojado conmigo”.Por alguna extraña razón solemos relacionar el “Dios es bueno” con un subliminal “Dios me va a dar lo que yo quiero” y el “Dios esta enojado conmigo” con otro subliminal “Dios no me va a dar lo que yo quiero” y lo mas interesante es que con el tiempo aprendemos a quedarnos con la incógnita de porqué aquello que queríamos y esperábamos nunca llegó y pretendemos justificarlo con un “Dios sabe porqué hace las cosas”, aunque nosotros nunca lleguemos a enterarnos de ese “porqué”, como si no lo mereciéramos.
La realidad es que si, Dios es bueno y esa dimensión de bueno es tan grande que no somos capaces de entenderla en nuestro limitado entendimiento humano, ya que desafortunadamente nos cuesta trabajo comprender a Dios fuera de nosotros mismos, es decir, solemos entender a Dios y nuestra relación con Él basados en los beneficios de lo que de ello obtenemos, pero no solemos pensar en Dios como un dios y como un ser independiente de nosotros con un plan ligado a nosotros pero de Él hacia nosotros y no de nosotros hacia Él.
Por el otro lado no existe tal cosa como “Dios está enojado conmigo”, ya que si existiera, no me lo puedo imaginar de otra manera mas que como la historia de Coré (Números 16), quien hizo enojar a Dios por su rebelión y Dios abrió la tierra y se lo tragó a el a su familia e incluso sus animales, así de radical y poderoso es Dios, pero en realidad lo que percibimos como enojo de Dios, no es otra cosa que nuestra conciencia que nos acusa y nos recuerda lo que hemos hecho y nos hace recordar que es desagradable a Dios y esa mala conciencia es aprovechada por nuestro enemigo quien se convierte en nuestro engañador empieza a tratar de convencernos de que Dios no moverá un dedo a nuestro favor.
La verdad y basado en la palabra de Dios es que si Dios se enojara con nosotros, nos lo haría saber, entiéndalo de esta manera, cuando Dios se enojó contra Satanás, lo echó del Reino de los Cielos, cuando se molestó contra Adán y Eva, los echó del Edén y cuando se molestó con Coré abrió la tierra para tragarselo, pero ni a usted ni a mi Dios nos ha hecho participes de ninguna expulsión de ningún lado o si?, por el contrario, cuando nuestra conciencia nos deja en paz, casi como un acto de magia de repente nos volvemos a sentir amados por Él y como si lo mereciéramos volvemos a gozar de su favor, increíble, no?.
La realidad es que Dios tiene un plan eterno para nosotros, es decir, no se va a molestar y entretener en pequeñeces y trivialidades con nosotros, si lo hiciera, no tendría ningún sentido que hubiera hecho a su Hijo a morir por nosotros y a pagar nuestras culpas y nuestros pecados, por tanto, Dios si nosotros lo permitimos, va a capitalizar nuestros errores y nuestras ofensas, para convertirlos en experiencias y muestras de su amor, misericordia y de su gracia, para que cometamos cada error una sola vez, y nada mas, o bien, nos tiene la paciencia de que los cometamos tantas veces como querramos, hasta que cansados de fracasar y cansados de la culpa que nos acosa, acudamos a Él y le permitamos actuar en nuestra vida de acuerdo a su plan y las cosas cambien radicalmente en nosotros.
Una de las ventajas que Dios tiene sobre nosotros es que no tiene memoria para el pecado, ya que el pecado a diferencia de lo que muchos piensan, solo es temporal el pecado no es eterno, pero la voluntad de Dios si, por tanto, si Dios desde antes de crear el mundo, planeó morir por nosotros y pagar nuestras culpas, eso es lo que cuenta y no los errores y pecados que podamos llegar a cometer, ya que esos han sido perdonados incluso antes de cometerlos (obvio, siempre y cuando tomemos un momento, y nos arrepintamos de ellos), de manera que lo que permanece es su plan y no nuestro pecado.
Por tanto, si usted es de aquellas personas que vive bajo el mito de “Dios es bueno” y “Dios esta enojado conmigo” y cree que su relación con Él se trata de usted, le invito a que haga un alto, y reflexione acerca de la bondad de Dios que tiene que ver mas con el hecho de que Él ya tenía un plan y ese plan lo incluye a usted en la eternidad que con el hecho de las cosas que pueda usted hacer o no en esta tierra, y no va a ser sino hasta que usted decida dejar de pensar en lo efímero y empiece a pensar en lo eterno que verá y entenderá verdaderamente que es lo que significa ese famoso “Dios es bueno”.