Mis Padres nacieron en países distintos y se conocieron estando los 2 en país fuera del suyo, al tiempo se enamoraron y se casaron y se fueron a radicar a Alemania, país del cual mi Padre es originario y ahí nacimos mi hermano y yo, desde pequeños el idioma oficial en casa era el alemán, y era nuestra obligación por así decirlo el responder siempre en alemán, aunque mi Madre nos hablara en español, y no es que mi Madre no hablara alemán, sino que era su manera de asegurar que aprendiéramos ese segundo idioma, por tanto mi Madre nos hablaba en español, el cual nosotros siempre entendimos perfectamente y respondíamos en alemán, y recuerdo que en alguna ocasión mi Abuela materna agradeció esto de gran manera a mi Madre, ya que ella siempre tuvo miedo de no poder comunicarse con sus nietos y era un alivio darse cuenta que venían de visita dos pequeños alemancitos con los que podía hablar y entenderse claramente.A veces parecen que son cosas poco relevantes, pero la relación con nuestra Abuela materna en ese entonces y ahora que vivimos en Latino America con nuestra Abuela alemana, tienen su fundamento en el idioma, afortunadamente tanto mi hermano como yo dominamos ambos idiomas y podemos sentirnos cómodos y en casa al poder expresarnos libremente en ambas situaciones.En muchas ocasiones he recibido correos en respuesta a este devocional diario que escribo o bien, me he encontrado con muchas personas que me preguntan la misma cosa: cómo escuchar la voz de Dios?, cómo saber que es Dios quien me habla y no mis propios pensamientos?, por qué no recibo respuestas de Dios cuando oro y le pregunto algo?, la respuesta es sencilla, en la mayoría de las situaciones es porque no hablamos el mismo idioma de Dios, queremos ir a su presencia, y hablar con Él, pero al recibir respuesta no la entendemos, es como si de repente llegáramos mi hermano o yo a casa de mi Abuela mexicana, hablando en alemán y recibiéramos una respuesta en español que no entendemos.La respuesta es mas que obvia, necesitamos conocer de la palabra de Dios, para entender las respuestas de Dios, es decir, La Biblia contiene el principio de los tiempos, la creación, todo lo que fue anterior a nosotros y tiene un final, con la promesa del final de los tiempos de nuestra era, todo lo que Dios nos va a decir esta contenido en la Biblia, ya que es lo que corresponde a nuestra era, fuera de ella, no habrá nada que no nos pueda decir.Y se que en este momento aun no le queda muy claro, pero permítame explicarle, para que pueda ir aprendiendo o reconociendo el idioma en el que Dios nos habla.Una de las cosas mas importantes que tenemos que entender, es que nosotros fuimos creados en el Reino de los Cielos, es decir, venimos de aquel lugar y tenemos una naturaleza a imagen y semejanza de Dios, fuimos depositados en la tierra para venir y establecer el Reino de Dios aquí, así como un embajador hace en un país extranjero.

El lugar de donde venimos es eterno y es nuestro objetivo el pasar la eternidad en presencia de Dios, por tanto todas las cosas que Dios nos hable, tienen que ver con nuestra eternidad, y es aquí donde quiero hacer un pequeño paréntesis, ya que muchas personas tienen la idea de que la eternidad empieza el día en el que morimos y lo que haremos de ahí en delante, pero se equivocan, nuestra eternidad empieza justo cuando nacemos de nuevo y decidimos hacer de Jesús nuestro Señor y Salvador, por tanto nuestra eternidad es ahora mismo, por tanto todas las cosas que Dios nos hable, tienen que ver con cosas que impactarán nuestra vida de manera eterna.

Recuerdo que en alguna ocasión alguien me comentó que pedía consejo a Dios para saber a quien si y a quien no dar limosna en la calle, y que de acuerdo a esto lo hacía, obviamente no puedo quitar crédito a Dios de poder hacer lo que a Él venga en gana, pero le aseguro que el discernir a quien dar limosna y a quien no, no lleva a la eternidad a nadie, la Biblia es muy clara acerca de la misericordia de Dios y jamás nos llevaría a hacer acepción de personas.

Ahora bien, la única receta que conozco para escuchar la voz de Dios es la que yo utilicé, empecé a leer la palabra de Dios, y empecé a creer firmemente en lo que ahí decía, de manera que comencé en génesis y no daba vuelta a la hoja de no estar convencido de lo que ahí decía era verdad, a veces tenía que recurrir a fuentes históricas y a otros libros, pero paso a paso se convirtió en algo mas sencillo, y lo mas asombroso, es que Dios se percató de mi interés, de manera que poco a poco, horas, días o semanas después de haber leído algo, pasaban en mi vida cosas que constataban aquello que había leído y aquello de lo que tenía duda, de manera que de una manera muy sutil y muy discreta me fui acostumbrando a la voz de Dios y aprendí a diferenciar entre mis pensamientos y sus palabras, pero siempre entendiendo que la voz de Dios nunca es igual, porque es su voluntad (la de Dios) que nunca le dejemos de buscar y siempre perseveremos en Él, pero siempre bajo el mismo fundamento, su palabra.

Si usted no está seguro de haber escuchado la voz de Dios, esta es una muy buena manera de comenzar a hacerlo, otra cosa que puede hacer, es lea acerca de los hombres y mujeres de la Biblia, y vea como es que Dios hablaba con ellos, le aseguro que usted identificará que Dios ya le ha hablado de alguna de esas maneras, justo por eso quedaron plasmadas en la Biblia, y esto le ayudará a afinar su oído y escuchar la dulce pero poderosa voz de Dios que le lleva a lo eterno.

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