Hace unas semanas paseaba por una tienda departamental y no podía dejar de sorprenderme ante los avances de la tecnología, que impresionante todo lo que está a nuestro alcance, y hablo en específico de las televisiones, que gran gama y variedad hay de estos aparatos y cuantas cosas hacen que ni siquiera pudiéramos imaginarnos hace algunos años cuando éramos jóvenes o niños.

Me emociona ver como existe una lucha entre los fabricantes de crear la televisión mas plana y a su vez que muestre imágenes en 3D o tercera dimensión, que aparatos tan fascinantes.

Le soy muy honesto, no me llama mucho la atención poseer una televisión de 3D, la verdad me da algo de pereza el tener que portar unos anteojos especiales, que además son caros para ver algo que normalmente esta a mi alcance en una televisión “convencional” a un menor precio, y hace un par de meses estuve en casa de unos amigos quienes intentaron presumirme su TV de 3D y batallaron tanto para encontrar un programa con estas características que mejor desistieron.

Al pensar en esto no pude evitar el meditar en lo siguiente: para que queremos una televisión que muestre una realidad mejor que lo que tenemos día a día? que sentido tiene ver las cosas mas nítidas y de mejor calidad que la vida cotidiana?

No tengo respuesta a esa pregunta, pero entiendo que los hombres tenemos una fascinación por ese y otros tipos de tecnologías que nos presentan una realidad mejor que lo que vemos con nuestros propios ojos.

Ayer veía un video que me recordaba algo de suma importancia para la vida de fe de cualquier persona, y se trataba de la tridimensionalidad de Dios, al escuchar estas palabras de nuevo, no pude evitar el pensar en lo siguiente: “a pesar de que vivimos en un mundo de 3 dimensiones, los hombres pocas veces pensamos en 3 dimensiones, mas bien pensamos en 2 dimensiones, vivimos en 3 dimensiones pero nuestro pensamiento solo es plano”.

Que interesante pensar que Dios nos creó a su imagen y semejanza, así como Dios es 3, nosotros somos 3, Dios es Padre, Hijo y Espíritu y nosotros somos Cuerpo Alma y Espíritu, pero sabe, normalmente vivimos en las dimensiones de nuestro cuerpo y nuestra alma y nos olvidamos de nuestros espíritu, mas bien, no sabemos como funciona, por tanto no lo utilizamos y muchas veces tratamos de entenderlo desde la dimensión de nuestro cuerpo y nuestra alma.

Cuando hablamos de nuestro cuerpo, nos referimos a nuestra consistencia física, nuestra alma es aquella que contiene nuestros pensamientos y nuestros sentimientos y por último nuestro espíritu es la parte de nosotros que se comunica con Dios y sobre la cual no tenemos dominio y eso es algo que no nos gusta, al no tener dominio sobre él, lo utilizamos poco.

Quiero ponerle un ejemplo acerca de nuestro pensamiento bidimensional, creo que es mas sencillo de lo que imagina, y ese ejemplo es la cita de hoy, note como Dios habla por medio del Profeta Isaías, note como Dios nos dice “mis pensamientos no son los suyos y sus pensamientos no son los míos”, muchas personas entienden de esta cita que al ser distintos nuestros pensamientos, jamás podremos entender a Dios, cuando no es así, solo nos aclara que pensamos de manera distinta, pero no nos dice que no lo entenderemos, por el contrario, Jesús al venir a la tierra, nos prometió que al ser sus amigos, nos revelaría todo lo que el Padre le ha revelado, y ese ser amigos de Dios no es otra cosa mas que pensar en 3 D en vez de solo en 2 planos.

Lo que le quiero decir con esto, no es otra cosa mas que si podemos llegar a entender los pensamientos de Dios, solo tenemos que poner en práctica el uso de nuestro espíritu y empezar a escuchar mas a Dios y llenarlo menos de palabras que solo tratan de nosotros.

Me encanta entender que Dios nos hizo y por tanto hizo las cosas de una manera que lo entendiéramos, note como Dios Padre era quien hablaba con los hombres en el antiguo testamento, en esos tiempos las cosas solo tenían una dimensión, la de la ley, era un tiempo de aprendizaje, luego, al venir Jesús, aprendimos la segunda dimensión que es el amor que Dios tiene por nosotros, y aprendimos que la ley es buena y que está ahí por amor, luego, al partir Jesús, nos dejó a un consolador, que no es otro que el Espíritu Santo, que es la dimensión del poder, donde Dios actúa por medio de nosotros, siempre y cuando hayamos entendido y adoptado las 2 dimensiones anteriores, la dimensión del poder que es por medio del Espíritu Santo es la dimensión que nos tocó vivir y muchas veces no las dimensionamos.

Recuerda que le dije, las televisiones de 3D nos presentan una realidad mejor que lo que vemos cotidianamente, así es nuestra vida con Dios, cuando vemos las cosas por medio de las 3 dimensiones de Dios, nuestra vida no solo se ve, sino se siente mejor y lo podemos hacer de manera diferente y a diferencia de las televisiones de 3D que son sumamente caras, el precio de la tercera dimensión de nuestra vida, ya fue pagado por Jesús, solo es cuestión de que lo entendamos y lo querramos para nuestra vida.

Entender los pensamientos de Dios, es algo que no podremos hacer en 2 dimensiones, la tercera dimensión que agrega el Espíritu Santo es la que nos pone los pensamientos de Dios a nuestro alcance, pero esa tercera dimensión va ligada a la acción, cada pensamiento entendido, nos lleva a actuar, ya que Dios en ninguna de sus 3 dimensiones es teoría, en todas es práctica y eso nos dice que si no vivimos una mejor vida, es porque no nos hemos atrevido a actuar en ninguna de las dimensiones de Dios, que nuestra fe a veces ni siquiera es plana, ya que es una fe pasiva.

Por tanto le invito el día de hoy, deje de pensar en Dios desde su alma, deje a un lado sus pensamientos y deje de hablar sin parar delante de Dios, permítale a su espíritu a escuchar para entender y de inmediato actuar, para que pueda vivir una verdadera vida en 3D, que es mejor que su vida actual y que no solo lo beneficiará a usted, sino a todos los que lo rodean.

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2 Comentarios

  1. Gracias por el devocional de hoy. Es una bendicion contar con estas bellas reflexiones.