Cada vez que empieza un año solemos decirle a las personas “Prospero año nuevo”, a veces no estoy seguro de que en realidad sepamos que es lo que estamos deseando y sin embargo es muy importante.

Es obvio que cuando decimos “Prospero año nuevo” estamos deseando cosas buenas a las personas, pero piense en esto, si hablamos en términos de prosperidad, muchos entienden bajo el concepto de prosperidad la abundancia de lo económico, aunque en realidad no se refiere solamente a eso, la prosperidad significa “aumento” es decir, cuando deseamos un “prospero año nuevo” deseamos que las cosas vayan en aumento y es interesante entenderlo de esta manera, ya que con ello podemos entender que esperamos ver a las personas mas crecidas en todos los aspectos de como las vemos en ese momento.

Lo interesante empieza, cuando nos damos cuenta que muchas personas terminan el año siempre donde mismo, como lo mencionaba en días pasados, cada año sueñan, piden y esperan lo mismo para el año siguiente, acaso quiere decir que estas personas no crecieron en lo absoluto?, quiere decir que todos sus buenos deseos para el año estaba huecos y que no los llevaron a cabo?

En realidad es muy difícil determinar eso, pero si es importante el considerarlo, es decir, deberíamos de tomarnos un tiempo de pensar en que condiciones queremos llegar al “año viejo” para desde este momento empezar a planear donde queremos empezar a desear cosas nuevas para el “año nuevo”, es decir tenemos que tener un plan, una ruta crítica de como es que queremos ser prósperos.

La cita de hoy habla de ello, el autor expresa sus deseos y escribe “es mi deseo el que que tú seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud”, me llama la atención que separa la salud de la prosperidad, ya que me imagino que se refiere a un hijo de Dios que vive bajo el efecto de salud continua como promete una Vida de Reino, por ello no necesita ser prosperada, pero también dice “que seas prosperado en todo”, esto abarca lo  económico, lo emocional, lo espiritual y cualquiera de los proyectos que tenga aquel que es objeto de esta bendición y note como cierra con un “así como prospera tu alma” y en esto quiero profundizar un poco:

El pasado domingo un gran amigo me preguntaba como es que a pesar de que hay quienes buscan a Dios fiel y auténticamente, hay otros que son más prósperos en lo económico, le explicaba yo que a veces nuestra alma no está preparada para la riqueza aún y esto es cierto de acuerdo a la Biblia, ya que Dios no nos dará cargas mas fuertes de las que podamos soportar y por difícil que parezca de entender, la abundancia económica puede llegar a ser una gran carga para quienes no la saben sobrellevar y administrar.

Todos sabemos que somos creados a la imagen y semejanza de Dios, es decir somos cuerpo, alma y espíritu, lo cual quiere decir que el cuerpo es nuestra naturaleza física, nuestra alma es aquella que contiene nuestros pensamientos y nuestros sentimientos y nuestro espíritu es aquella parte de nosotros que se comunica con Dios y no controlamos.

El objetivo de toda persona es ser alguien espiritual, es decir ser alguien que es dominado por su espíritu, por lo general solemos ser personas almáticas, personas que somos dominados por lo que pensamos y sobretodo por lo que sentimos, y es aquí donde se pone buena la cosa, ya que la cita de hoy nos dice que la condición de la prosperidad en nuestra vida es que nuestra alma prospere, pero lejos de significar lo mismo que para el resto de las cosas, la prosperidad del alma tiene un significado distinto, ya que nuestra alma no debe de tender a crecer, sino mas bien a menguar, nuestra alma es engrandecida cuando da paso a nuestro espíritu y aprendemos a ser gobernados por los pensamientos de Dios.

Hay un dicho que reza “Dios no le da alas a los alacranes” y esto se refiere a que Dios en ocasiones no nos da cosas que tanto Él como nosotros sabemos que no aprovecharemos de manera adecuada o en otras palabras cosas que recibiremos almáticamente, pero, cuando dejemos a nuestra alma prosperar, en este caso menguar para dar paso al dominio de nuestro espíritu, es entonces que estaremos preparados para recibir cualquier cosa que pidamos a Dios.

En este año que comienza, es mi oración que el 2012 sea un año próspero en todos los sentidos para usted, que su alma sea prosperada y que no haya cosa que Dios le pueda negar por haber llegado a tener un corazón conforme al de Él.

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