Muchas veces me pongo a pensar cual es la diferencia entre los tiempos de Jesús y los días actuales, como es que en ese entonces se manifestaban tantas cosas y se realizaban tantos prodigios y ahora solo pareciera que están reservados para unos cuantos.

Ayer recordaba esto, antes de la venida de Jesús a este mundo, Dios había guardado silencio durante mas o menos 400 años si no me equivoco, es por ello que los hombres vivían en un profundo estado de religiosidad, no les quedaba mas que tratar de apegarse a la ley y con ello tratar de cuidar cada uno sus caminos, entendiéndolo de esta manera no me asombra aquello con lo que Jesús se encontró, pero quiero pensar y entienda que esto viene de mis pensamientos y no es una regla, que fue algo así como un ensayo de algo que venía.

Antes de este período de silencio, los hombres disfrutaban de la presencia constante del Padre quien se manifestaba en el templo y el cual daba seguridad y respaldo a su pueblo, el cual había sacado a su pueblo innumerables veces del cautiverio y que una y otra vez les daba una manera gloriosa de vivir, pero era el tiempo de llevar a los hombres al siguiente nivel, a verdaderamente vivir por fe.

Jesús no vino a otra cosa que mostrarnos la manera en la que habríamos de vivir, hizo milagros, para que aspiráramos a hacer milagros, sano enfermos para que aspiráramos a imponer nuestras manos sobre aquellos necesitados y sanen, todo esto por medio del Espíritu Santo, y nos mostró la profunda intimidad que tenía con el Padre, para que aspiráramos a lo mismo.

Jesús vino a marcar la diferencia de lo que es un ritual de hombres y la voluntad de Dios y rompió con los paradigmas de la costumbre y los hábitos que se tenían después de 400 años de silencio de Dios, que pretendían mas agradar a los hombres que a Dios mismo, todo esto resulto en una ola gloriosa de manifestaciones de poder, los hombres y mujeres de aquel tiempo aprendieron a tener comunión con Dios por medio de su Espíritu y tomaron gustosos en sus manos la oportunidad que Dios les daba de tener una relación con Él sin la necesidad de un intermediario y a ser juntamente con Dios los protagonistas de todo aquello que el amor del Padre promete.

Hace unos días me fue recordado un punto importantísimo acerca de la cita de hoy, el contexto habla de que Pedro el Apóstol estaba en la cárcel a punto de ser juzgado y mientras había un grupo de personas orando y ayunando por su vida, un Ángel vino a Pedro, le liberó de sus cadenas, le ordenó vestirse y le sacó de la cárcel por la puerta principal, dejándole libre, ya que había sido puesto en prisión de manera injusta, la reacción inmediata de Pedro fue ir a aquel lugar que el sabía había personas reunidas orando por el, y cual fue su sorpresa que la chica que atendió la puerta no le abrió ante la emoción de saber que era Pedro quien estaba ahí, pero eso no es lo importante, lo importante es la respuesta que dan las personas que oraban a la chica ante el anuncio de que Pedro esta a la puerta, le responden “estas loca, seguramente es su angel”.

Note la intensidad de la presencia de Dios en aquel lugar en esos tiempos, note como los hombres y mujeres estaban acostumbrados a las respuestas de Dios de manera que consideraban que era mas probable que hubiese un Ángel a la puerta que el mismo Pedro liberado de la cárcel, inaudito, no?

Hoy en día hemos perdido esa capacidad, oramos y pensamos que estamos sujetos a la voluntad de Dios y vaya que lo estamos, pero al creer de la manera que lo hacemos, pareciera que creemos que Dios tiene un carácter caprichoso y que no hay nada seguro con Él y en pocas, muy pocas ocasiones nos atrevemos a declarar aquello que oramos con autoridad y con el poder que el Espíritu Santo nos confiere, de hecho, hemos cambiado el sentido de la palabra milagro, que lejos de significar la intervención de la mano de Dios en cualquier asunto, en algo que sucede de manera esporádica y poco frecuente, siendo que Dios anhela todo lo contrario.

Veo con mas asombro aún que se ha levantado un mito acerca de quienes son los Ángeles, como si tuvieran voluntad propia, sin entender que estos están al servicio de Dios y que Él los envía cada vez que invocamos su nombre, que son aquellos que lo ayudan a Él a realizar cosas asombrosas a nuestra vida y que cuando nos es permitido verlos, es para que no importa que tan asombroso sea lo que nos sucede, podamos estar seguros que la mano de Dios está detrás de ello.

Nos encontramos en la segunda semana de Enero y probablemente muchos ya empezaron a olvidar sus propósitos de año nuevo, una de las cosas que a mi me animó el empezar este 2012, es que no importa que esté en mis propósitos, los cumpliré y estoy dispuesto a dejar a Dios participar en ellos y estoy seguro que entre más oportunidad le de, mas probabilidad habrá veré su mano y a sus Ángeles, en mi vida, tal como sucedía en los tiempos posteriores a la partida de Jesús, en donde era común ver las respuesta de Dios y no algo que sucedía como un “milagro” cada de vez en cuando, como ve?, se anima a creer de la misma manera?

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