Creo que todas las personas anhelamos mas de Dios, aún aquellas que dicen no creer en Él, han pasado por un tiempo de búsqueda de su rostro con la idea de ser bendecidos, sólo que muchas veces, no estamos seguros de que es lo que buscamos o bien donde es que podemos encontrar mas de Dios.

Existe una gran confusión de las personas con respecto a 2 conceptos, buscar a Dios y el buscar sus beneficios, creo que es parte de nuestra naturaleza el buscar mas sus beneficios que el buscar a Dios en sí, decimos amar a alguien a quien no conocemos, y del cual no conocemos su voluntad, por tanto no estamos dispuestos a obedecer, decimos que lo mas importante de nuestras es Dios cuando no tenemos un tiempo diario de intimidad y anteponemos lo que nos han inculcado nuestros padres y la tradición de nuestra religión a buscar en la palabra de Dios su voluntad para nuestras vidas y por último creo que es parte de nuestros propósitos de año nuevo una y otra vez el acercarnos a Dios y terminamos no haciéndolo de nuevo, le suena familiar?

Hay cosas que la verdad me frustran y algunas de ellas es el escuchar a las personas dar testimonios de situaciones que les pasaron donde sospechan que Dios intervino, es decir no están seguras de que así sea, pero como fue algo bueno y lo bueno viene de Dios, piensan que fue Él quien estuvo ahí para ayudarles y segundo las personas que buscan a otras personas que están “mas cerca de Él” para que interceda por ellas o por su necesidad, como si la cercanía con Dios fuese algo que se midiera o algo que se ganara por resistencia y constancia.

La verdad es que toda esta confusión radica en una sola cosa, no entendemos la diferencia entre lo que pasa en esta tierra y lo que pasa en el Reino de los Cielos que es donde Dios habita, y que a su vez es a lo que nosotros tenemos derecho como herederos de Dios, y esa diferencia es tan sencilla como entender que la tierra contiene lo efímero y el Reino de los Cielos lo eterno, es decir, todo aquello que viene de Dios pretende llevarnos a lo eterno y todo lo que nos separa de Dios nos lleva a lo efímero y permítame explicárselo.

Imagine que tiene usted una gran deuda, y que esta desesperado por pagarla y ruega  Dios su intervención para este asunto, si usted recibe ese dinero y paga su deuda y no cambia su manera de gastar el dinero y un tiempo después se encuentra en la misma situación, solo tuvo suerte de conseguir el dinero, pero no estoy del todo seguro de que haya sido Dios quien intervino, pero si junto con el dinero recibió enseñanza y su vida fue cambiada y ahora es un buen administrador de sus bienes, entonces Dios no solo pagó su deuda, sino que sembró en usted un nuevo habito eterno de ser administrado y ese hábito tendrá repercusiones en todo lo que usted es y en la manera en la que vive.

Espero haya notado la diferencia, y es por eso que usé la cita de hoy, ya que hay muchas cosas que no entendemos de Dios, que por lo general tienen que ver con el hecho de que no nos tomamos el tiempo de leerlas con calma y entenderlas a fondo.

La cita de hoy es una de esas citas, la hemos escuchado cientos si no es que miles de veces y probablemente la hayamos leído otras tantas, pero pocos la entienden, muchos solo creen que tiene que ver con el buscar mas de Dios y lo entienden como el hecho de comer mas ensalada, ya que es “buena” para nosotros, y que algún día llegaremos a ese punto, pero en realidad esto es mas transcendente que eso.

Cuando Jesús respondió a Satanás esta frase, se encontraba en un ayuno de 40 días, es decir se sometió a un tiempo de no comer absolutamente nada con la intención de dejar un precedente de que lo efímero quedaba a un lado y se dedicó a la búsqueda de Dios, se que para muchos esto parece imposible, ya que con menos de un día de no comer ya están de genio y todo les duele, obvio no podemos ayunar solo así porque sí, tenemos que prepararnos física, emocional y espiritualmente para ello, para que podamos entonces ser objeto de el efecto sobrenatural de Dios y sea Él quien nos demuestre que su efecto es mas impactante que lo que un trozo de pan puede hacer en nuestro organismo.

Jesús ayunó para alejarse de las necesidad de este mundo y aspirar al Reino de los Cielos, es decir por medio de afligir su cuerpo le dio un constante sentido de necesidad a su vida para que su espíritu le de paso a la comunicación con Dios y que los beneficios de la diestra del Padre fluyeran en Él para que ese entendimiento de sus planes (los del Padre) le quedaran mas que claros, obvio, ésta no fue la primera vez que Jesús ayunó, probablemente si la primera que ayunó por 40 días pero es una costumbre entre los Judíos el ayunar de manera constante en su búsqueda de Dios.

Lo interesante de esto es el efecto que tuvo su ayuno, después de este período, Jesús empezó su ministerio, empezó a realizar milagros y cumplió con el propósito con el que fue creado, nunca mas tuvo necesidad de nada ya que su espíritu estaba en constante comunicación con el Padre y las promesas del Reino de los Cielos se desataron sobre Él.

Esto que le platico no es algo lejano y ajeno, no es algo reservado solo para Jesús, el mismo Jesús nos dijo que Él solo vino a esta tierra a ponernos ejemplo de aquello que podemos y debemos hacer, es decir, solo vino a mostrarnos el camino, vino a mostrarnos que aunque es una necesidad física el comer, solo es una necesidad efímera, ya que en unas horas lo volveremos hacer, ya que el alimento solo tiene un efecto temporal en nuestro cuerpo, pero que todo aquello que viene de Dios tiene un efecto eterno y que es exponencial, cada vez que busquemos de Él, nos dará cosas nuevas y mejores que nos ayuden a perseverar en la eternidad y que nos ayuden a buscar mas Dios, ya que sus beneficios vienen por consecuencia de su presencia en nuestra vida.

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