Obviamente no puedo generalizar, pero no se si se ha percatado que los propósitos de año nuevo de la mayoría de las personas son cada año los mismos, desde bajar de peso, conseguir un mejor trabajo y que se yo tantas cosas y cada propósito viene acompañado de un cierto sabor a culpa, por saber que una vez más tenemos el mismo propósito del año pasado que no hemos cumplido, es decir, si hubiéramos bajado de peso y sido consistentes en nuestra dieta, no tendríamos que tener el mismo propósito este año, no lo cree?

Lamentablemente y más en los tiempos actuales hemos aprendido a ser mas y mas condescendientes con nosotros mismos y siempre encontramos una genial justificación para todo aquello que no hacemos, y todo aquello que no sucede en nuestra vida y mas lamentable aún es que solemos echarle la culpa a Dios bajo el lema de “Dios por algo hace las cosas”.

La verdad es que muchas veces, si no es que la mayoría en realidad no hemos decidido que queremos que ese propósito se cumpla y sabemos perfectamente que es lo que necesitamos hacer, pero no estamos dispuestos a pagar el precio por ello, como el dejar de comer, el hacer ejercicio, el salirnos de nuestra rutina, el ahorrar y dejar de gastar en cosas que nos gustan aunque no nos satisfagan, que se yo, creo que usted entiende perfectamente de lo que le hablo.

Por otro lado se encuentra el mal entendimiento de lo poco que conocemos de Dios, creo que es una de las pláticas que más suelo evitar, la plática sobre el famoso tema de la humildad:

La humildad es un concepto fácil de entender pero que a su vez hacemos difícil, ya que en realidad no nos hemos dado del tiempo de aplicar en nuestras vidas, es un concepto que habla de una cualidad de vida y no de una serie de acciones, hay quienes entienden bajo el concepto de humildad las cuestiones económicas y el vivir de una manera moderada y luego pretenden transformar esta cualidad en un yugo para aquellos que sirven en la iglesia, sin importar a la religión o denominación que pertenezcan, no puedo contar el número de veces que he escuchado la frase “que no se supone que deben de ser humildes como Jesús”, bajo el mal entendido que Jesús fue pobre durante su estancia en la tierra, cosa que no es cierta, pero eso es material para otro tema.

El concepto de humildad como le decía es muy sencillo y fácil de entender, la humildad se trata de reconocer aquello de lo que no somos capaces o de lo que no podemos hacer y dar paso a un poder mas grande y sobrenatural a que lo haga en nuestras vidas, en este caso Dios y también la humildad se trata de reconocer aquellas cosas que hacemos o suceden en nuestras vidas al no tener esa capacidad o esa cualidad para hacer eso que pretendemos.

La cita de hoy nos da la solución para cualquier cosa que no haya sucedido en nuestra vida, incluso el bajar de peso, créame, la cita de hoy habla de humillarse es decir, el poner en práctica el concepto de humildad en nuestra vida, si lo nota, la cita empieza con un “si se humillare mi pueblo”, es decir si mi pueblo reconociera todo aquello que debe de hacer y no ha hecho y se arrepiente de todo aquello que ha hecho en vez de lo que se supone que debía hacer y reconoce que es incapaz de hacerlo en sus propias fuerzas, y posteriormente buscara el rostro de Dios, es decir, le confesara cara a cara su situación, y estén dispuestos a que nunca mas se repita esa situación, es entonces que Dios no solo perdonará los pecados de los que así hacen, sino que además sanará su tierra, es decir, pondrá en ellos aquello que necesitan para nunca mas caer en esa situación de nuevo.

No se si le haya sucedido que en ocasiones promete cosas que desde el momento que las promete, sabe que no sucederán y que no las hará, mas de todas maneras se compromete a ello, para posteriormente quedar mal, ese tipo de cosas son precisamente aquellas cosas de las que habla Dios en esta cita, estas son las cosas que Dios sanará y con ello evitará que vuelvan a suceder, es en donde Dios pone en nosotros el querer como el hacer, y va mas allá de nuestra voluntad, pero siempre a nuestro favor, obvio, siempre y cuando nos hayamos humillado.

El día de hoy le quiero invitar a reflexionar sobre sus propósitos de año nuevo, piense en cuantos de ellos son repetitivos y cuantos de ellos año tras año no cumple, lea una y otra vez la parte de este devocional que explica lo que es la humildad y el acto de humillarse y detecte en usted como es que debe de humillarse para que Dios sane esa parte de su vida y pueda de una vez por todas ser sanado, cumplir ese propósito y nunca mas volverlo a tener en su lista, permita que Dios se fortalezca en sus debilidades por medio de la humillación y el reconocimiento de aquello que no somos y no podemos por nosotros mismos.

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