Hace algunos años conocí a quien ahora es mi Pastor y recuerdo como desde la primer cita que tuvimos me impactó de gran manera, ya que al despedirme me dijo: “vive una vida gloriosa” y a partir de ese momento y por muchos años cada vez que nos veíamos o hablábamos por teléfono, al terminar siempre cerraba con un “vive una vida gloriosa”, y no le voy a mentir, desde la primer vez causó un gran impacto en mi, pero a su vez me incomodó un poco, y no porque no quisiera yo vivir una vida gloriosa, sino porque no tenía la más mínima ni remota idea de como hacerlo o bien como era eso de vivir una vida gloriosa y me imagino que durante ese tiempo fui demasiado orgulloso como para preguntarle como se hacía eso, o bien preguntar porqué era que me decía que lo hiciera.

Una de las cosas que me quedó mas que clara es que el estaba convencido de que yo tenía la capacidad de vivir esa vida gloriosa de la que me hablaba y que el veía algo en mi para que lo hiciera, si no, no me daría esa recomendación o bien no me alentaría a hacerlo, así que tuve que orar, buscar en la palabra y no descansar hasta entender lo que era vivir de esa manera y hacerlo.

Muchas veces queremos entender que Dios está ahí para nosotros y si lo está, pero en realidad eso no nos sirve de mucho, ya que tenemos una naturaleza insaciable, es decir, no importa cuando nos de Dios o cuanto haga por nosotros siempre vamos a querer mas, somos como diría mi Mamá “un barrilito sin fondo”, no importa cuando nos den, siempre habrá espacio para mas, el problema radica en que es lo que hacemos con aquello que Dios nos da o nos permite tener, ya que ahí es donde corremos riesgo.

Hace semanas que Dios ha estado hablando a mi vida acerca de las personas que son acumuladoras, hoy en día salen en la televisión muchos programas en los que se muestra la vida de estas personas, que llegan al grado de llenar las habitaciones de sus casas de tantas cosas que ya no se puede caminar por ellas e incluso llegan a vivir en situaciones insalubres, lo interesante es que estas personas aparentan ser normales y nadie que no entre a su casa podría saber que en su casa hay una situación de acumulación desmedida.

Según entiendo, estas personas empiezan a acumular con una buena intención, ya que empiezan teniendo un plan para cada cosa que acumulan, pero llega un momento que realmente las cosas que acumulan en realidad son el reemplazo para las faltas de amor, autoestima y muchas otras cosas que hay en sus vidas y que solo entienden llenando esos vacíos con cosas u objetos.

La Biblia nos dice que nuestra vida tiene que ser como un vaso en el cual Dios pueda derramar de su favor y su bendición, pero a su vez la misma Biblia nos aconseja de vaciar ese vaso de constante, para que la bendición en nuestra vida sea siempre fresca y siempre nueva, al entender esto, me doy cuenta que las personas que se convierten en acumuladoras, son personas que están acostumbradas a recibir y tienen una constante necesidad de recibir, pero no dan nada de si, por tanto todo lo que reciben se hace añejo y se pierde entre todo lo que tienen, y no me refiero solo a lo físico, sino también a lo emocional y a lo espiritual.

Una vida gloriosa se trata precisamente de que la gloria de Dios se vea reflejada en nosotros todo el tiempo, es decir, que todo aquello que Dios espera de nosotros sea hecho, en otras palabras, que seamos exitosos en todo no importa que es lo que emprendamos, que nos vaya bien, que nuestra vida refleje la abundancia de Dios, tanto la económica, la emocional, la espiritual y de cualquier tipo que pueda existir, no nos dice que viviremos libres de problemas, pero si nos dice que seremos victoriosos al pasar por cada uno de ellos y que siempre tendremos paz, pero como podría hacer tantas cosas en nosotros y que no se acumulen?, sencillo, solo hay que aprender a compartir de aquello que recibimos.

Hemos aprendido de la Biblia que es mas bienaventurado el dar que el recibir, pero a pesar de que lo creemos, solo damos cuando estamos seguros que no nos faltará nada, pero no nos damos cuenta que entre mas nos vaciemos, mas espacio hay para que Dios llene con nueva y fresca unción (quiero entender que nuestro vaso no crece), lamentablemente también relacionamos el dar solo con el dinero, siendo que hay tanto de nosotros que dar, solo a veces no lo vemos, ya que como los acumuladores de la televisión tenemos tanto que perdemos la perspectiva de lo que pudiera servirle a otros de nuestra vida.

Una vida gloriosa tiene que ver con el fluir del poder de Dios en nosotros, tiene que ver con el que nada se estanca, una vida gloriosa tiene brillo propio, el brillo de Dios.

Note como la cita de hoy habla de ello, nos dice que una ciudad no necesita que el sol o la luna la alumbren, ya que la gloria de Dios la ilumina, y sabe, las cosas diferentes nos atraen, podemos ver millones de personas en el mundo iluminadas por el sol o por la luna, pero siempre nos llamarán la atención las personas que brillen con luz propia, por tanto, que mejor que ser una de ellas y poder compartir con muchos el secreto de como hacerlo y hacer que la intensidad del brillo de la gloria de Dios aumente y siempre poder mostrar a otros que Cristo vive verdaderamente en nosotros y que es posible vivir de una manera gloriosa sin tener que ser religioso, sin tener que prescindir de nada, solo dejando que la bendición y la unción fluyan y no se estanquen para que mantengan su brillo y Dios sea exaltado por medio de nuestra manera de vivir, le gusta la idea?

Es mi oración que viva usted una vida gloriosa.

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