Soy una de las personas de disfruta mucho de la Biblia, me emociona que cada vez que la abro, voy a encontrar algo poderoso y que va dirigido específica y exclusivamente a mi, como si así lo estuviera desde el principio de la creación y justo para ese momento (claro que sabemos que así es), me asombra la manera en la que Dios es capaz de en tan solo unas páginas contener las respuestas a las vidas de millones y millones de personas a lo largo de miles y miles de años, lo mejor de todo es que sólo Él lo puede hacer y nadie mas.

Muchas personas consideran que leer la Biblia es algo dificilísimo, y que su entendimiento es reservado solo para unos cuantos, yo digo que es todo lo contrario, solo que estamos acostumbrados a lo fácil, sé de muchas personas que suelen abrir su Biblia al azar y tratar de encontrar una respuesta en ella, y a veces funciona, me quiero imaginar que es como un intento de Dios de cautivarnos y de ver si de esa manera consigue que leamos la Biblia (ojo, esto es solo mi opinión), pero Dios no es un dios de milagros esporádicos y a domicilio, mas bien es un Dios de eternidad, y todo lo que haga para nosotros tiene que ver con la eternidad, por ello frecuentemente se frustran al “no recibir” respuesta de Dios, cuando no se dan cuenta que lo que piden o la respuesta que buscan no tiene mas que un impacto efímero y lejano de la eternidad, es decir muchas veces lo que buscamos no tiene que ver con Dios, aunque pretendamos verlo como alguien que nos pueda sacar del apuro.

Hace unos días un buen amigo me preguntó algo que hace tiempo yo me preguntaba a mi mismo y a su vez le preguntaba Dios, me preguntó: “como saber cuando es Dios quien nos habla y como saber cuando es nuestra mente quien fabrica la respuesta que esperamos de Él?”, la respuesta es sencilla, Dios solo habla un lenguaje, el amor expresado en la Biblia, es decir, y por raro que parezca para muchos, pero todo lo que Dios nos hable, está relacionado con la Biblia, todo lo que nos tenga que decir tiene que ver con algo que ya nos dejó por escrito, no en vano la Biblia habla del principio y del final de los tiempos, en otras palabras todo lo que nos tenga que decir en esta vida, está contenido en la palabra que nos dejó por escrito.

Leer la Biblia es muy fácil, pero sabe, hay que leerla completa para entenderla, ya que sucede que muchos empiezan a leer, encuentran lo que buscaban y simplemente la dejan de lado para seguir viviendo la vida “a su manera”, o bien, hay quienes le ponen limitantes a Dios y exigen respuestas a la primera y al no recibir las respuestas que esperan, simplemente la dejan de lado también para vivir una vida como siempre lo han hecho, pero sabe, a mi me emociona que cada vez que abro la Biblia, lejos de encontrar respuestas, se generan mas y mas dudas en mi interior, pero una vez que continúo leyendo, cada una de ellas son respondidas y en muchas ocasiones el conjunto de esas respuestas es la respuesta a las preguntas que tenía previamente, es decir, como si cada duda que es respondida fuera un platillo dentro de un banquete que tendrá repercusiones deliciosas en mi vida.

La Biblia nos declara que la fe viene por el oír y el oír por la palabra de Dios, es decir, no podemos tener fe en algo que no conocemos y la base de nuestra fe no consiste en tener fe en un Dios que todo nos lo concede, sino consiste en conocer a Dios por medio de su palabra y luego usar esta misma palabra como fundamento de lo que creemos y no habrá nada que se nos niegue de esta manera.

Génesis 1:3 dice: “Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz”, me impacta que desde el principio de la Biblia nos da la receta para hacer las cosas, para lograr que sucedan y dejar en claro que es Él quien esta detrás nuestro, note como cada vez que Dios dice algo, el universo se transforma de acuerdo a su voluntad y cómo donde hubo tinieblas, ahora hay luz, así como Dios hizo esa fuerte declaración en Génesis, así la Biblia esta llena de declaraciones de poder y además contiene mas de 10,000 promesas a nuestro favor que sólo es cuestión de conocerlas y de invocar el nombre de Dios al repetirlas para poder hacerlas efectivas en nuestra vida.

El detalle está en primero leer y conocer lo que Dios ha dicho a nuestro favor, y luego creer que realmente fue Dios quien así lo dijo, para que cuando salga por nuestra boca, tenga un impacto eterno y contundente, para que nuestra oración deje de ser un conjunto de súplicas y peticiones y se convierta en una serie de declaraciones con un gran impacto en nuestras vidas y de quienes están alrededor nuestro.

La cita de hoy trata de hablar, note como no trata de pedir, sino nos invita a hablar a declarar a confesar lo que creemos, ya que solo de esa manera se hará verdadero aquello que confesamos, así como Dios sabe que todo lo que salga de su boca será hecho, nosotros también podamos confesar sus palabras y tener la misma certeza de su cumplimiento en nuestra vida, le invito a que deje de pedir y empiece a declarar palabra de Dios en su vida y vida la verdadera vida que Dios tiene planeada para usted y para mi.

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