Una de las cosas que nos deberíamos de preguntar a diario es que tipo de vida tenemos, porque normalmente vivimos concentrados y enfocados en lo que necesitamos y en lo que queremos, pero no en el tipo de vida que tenemos o que llevamos y es curioso, ya que justo en el momento que entendamos el tipo de vida que llevamos, es cuando entenderemos lo que realmente necesitamos y nos daremos cuenta que lo que queremos no es tan atractivo como parecía y aunque usted no lo crea, sus gustos se irán modificando.
Lamentablemente he aprendido que en el tema espiritual las personas rara vez llegan a ser plenas, obvio, no puedo generalizar, pero es una realidad, que como pocas personas hablan de ello, pocas personas tienen una idea de cual es el tipo de vida que debemos de perseverar en lo espiritual, raro, pero cierto.
He tenido la gran fortuna de que muchas personas me compartan su situación, sus experiencias y sus vivencias con Dios, pero curiosamente cada una de ellas tiene que ver con luchas, con sufrimiento y con la falta de certeza de lo que el mañana les depara, y sabe, eso es todo lo contrario a lo que Dios quiere para nosotros y a lo que Dios tiene preparado para nosotros.
Es muy triste el puro hecho de pensar que simplemente sobrevivimos espiritualmente, cuando Dios planeo que tuviéramos una vida de campeones, cuando nos creó para ser “mas que vencedores”.
Hace unos momentos me enteré que uno de los equipos locales en Monterrey México fue campeón en el torneo de invierno de fútbol de aquel país y no puedo negar que me dio mucha risa el siguiente post de facebook:
Muchas felicidades al equipo de Tigres por ser campeones después de:
7 Mundiales, 2 Huracanes, 5 Presidentes, 28 Super Bowl’s, 28 Series Mundiales, 28 Miss Universo, 2 Papas, 9 Alcaldes, 7 Juegos Olímpicos, 7 Años Bisiestos, 42 Liguillas, 4 Visitas del Papa, Una visita del Cometa Halley, 2 Guerras en Iraq, la creación de Telefonía Celular, etc…
No estoy seguro de que realmente hayan pasado todos esos eventos entre ambos triunfos de los Tigres de Monterrey, pero sabe, estamos lamentablemente acostumbrados a esto, a que nuestros triunfos y nuestros logros sean una cosa aislada, a que dependamos de la misericordia de Dios y no a vivir bajo su gracia que es la que nos hace brillar, si es que lo permitimos.
Es preocupante darnos cuenta que nuestra oración esta concentrada en nosotros mismos y no solo eso, sino que en el aquí y en el ahora, es decir, lamentablemente nuestras visión es de lo mas reducida y no alcanzamos a ver mas lo que sentimos en este momento.
Espero haya notado que dije “no alcanzamos a ver mas lo que sentimos en este momento”, me asombra darme cuenta que nuestra percepción de las cosas tenga como fundamento nuestros sentimientos, y veámoslo de esta manera, los bebes lloran cuando tienen hambre y cuando sienten la necesidad de comer, todo su mundo y todo su ser gira en torno a comer y hacen un escándalo hasta no haber saciado su sensación de hambre, absolutamente nada mas importa.
Y sabe, en lo espiritual no es diferente, cuando sentimos miedo, temor, aflicción, angustia o lo que sea, todo nuestro ser, toda nuestra atención y todo lo que sucede en ese momento se enfoca a nuestro sentir, que tremendo y que peligroso!.
La palabra de hoy me emociona, ya que es una gran promesa que nos garantiza que todas las cosas irán en aumento si logramos que nuestra alma progrese, y eso es de lo mas sencillo que hay, es decir, en nuestra alma están contenidos nuestros sentimientos y nuestros pensamientos, en otras palabras, conforme logremos controlar por medio de nuestro espíritu (que es la parte de nosotros que se comunica con Dios y que no controlamos) a nuestros sentimientos, tendremos la capacidad de prosperar en todo lo que hagamos, y no habrá nada que se nos pueda enfrentar.
Por eso es importante que aspiremos a una vida de campeones, entiéndalo de esta manera, un campeón no es aquel que gana esporádicamente, eso lo convierte en un suertudo pero no en un campeón, un campeón es aquel que vive para ganar, aquel que no acepta una derrota como parte de la voluntad de Dios, y que tiene sus metas alineadas con el plan de Dios para asegurar ser un ganador, un campeón no se puede dar el lujo de ser débil, sino que se fortalece en Dios cuando no puede mas… wow! aquí tengo que hacer un pequeño alto… normalmente estamos acostumbrados a lograr las cosas por nuestras propias fuerzas y cuando no podemos mas solemos decir “a lo mejor Dios no quería que lo lograra”, sin darnos cuenta que tenemos acceso a todo, siempre y cuando le permitamos a Él ser Dios y Señor sobre nosotros y ser Él quien se luzca cuando lo hace, para que vivamos una verdadera vida de campeones.
En éste lunes le quiero hacer una invitación muy especial, reflexione acerca del tipo de vida que tiene, lea un par de veces el devocional del día de hoy e identifique en donde es que sus sentimientos le estorban en su caminar de campeón y dedique toda la semana o el tiempo que sea necesario en aprender a hacer que su alma prospere, para que todo lo que haga le salga bien y lleve una verdadera vida de campeón, le parece?
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