Uno de los temas de los que mas me gusta hablar después de Jesús, es sobre la Vida de Reino, que fue la enseñanza que Jesús nos dejó, es decir, Jesús vino a esta tierra simple y sencillamente a enseñarnos la manera en la que podemos vivir de acuerdo a las escrituras, como vivir una vida gloriosa, y como sabernos hijos de Dios.

Lo mas asombroso, es que Jesús no hizo nada nuevo mientras vivió, es decir, los milagros que El hacía, ya habían sucedido, recuerdo que Elías multiplicó le vino al estar con la Viuda y Jesús hizo lo mismo con los peces y los panes, el hombre muerto cobró vida al tocar los huesos de Eliseo y Jesús oró y dio vida de nuevo a Lázaro, y así muchos otros milagros, lo que si hizo, que ninguno antes pudo hacer, fue el reconciliar a los hombres con Dios y esto lo hizo por medio del derramamiento de su sangre, pero note que interesante que antes de eso, su vida no fue otra cosa que un recordatorio de lo que los hombres y mujeres de aquel tiempo ya sabían.

En su diario caminar Jesús se encontraba con los fariseos, estos eran los religiosos de aquel tiempo, hombres que conocían a la perfección la palabra y la ley, la cumplían al extremo, pero les costaba trabajo creerla, y quiero entender que es algo parecido a lo que pasa a muchos el día de hoy, que dicen creer en Dios pero que creen que los prodigios y milagros están reservados para los tiempos de la Biblia y que lo que está escrito en la Biblia no es actual y aplicable hoy en día.

Jesús una y otra vez aclaró: “no vengo a abrogar la ley sino a cumplirla”, es decir, lo primero que hizo fue conocer la palabra de Dios y cumplirla, Jesús cumplió con todas las leyes y costumbres del pueblo Judío, creció y fue instruido de acuerdo a sus tradiciones y enseñanzas y llegó al grado de maestro de la ley o Rabino, en otras palabras, no por ser el Hijo de Dios y saber mejor que los hombres la voluntad de Dios esquivo ninguna de sus responsabilidades, ya que una de sus intenciones en su estancia en esta tierra, era el mostrarnos que tipo de vida Dios nos puede dar y es por eso que El se hizo hombre y vino a la tierra y no al revés.

Hay quienes creen que las cosas del Reino de los Cielos es solo para unos cuantos escogidos, pero Jesús nos demostró lo contrario, El se hizo tan común como cualquiera de los hombres, para demostrarnos que la oportunidad es para cualquiera de nosotros, siempre y cuando estemos dispuestos a vivir una vida de santidad.

Aún más emocionante, Jesús antes de irse, nos aclaró que todo lo que El hizo, nosotros seríamos capaces de hacerlo, ya que lo tenemos a El como garantía como intercesor para con Dios para respaldar esas obras (Juan 14:12).

Lo que me asombra es que aún sabiendo todo esto, nos cuesta trabajo creer, y lo visualizo tan inaudito como los Israelitas que a pesar de haber visto los milagros que Dios hizo por medio de Moisés, las plagas con las que azotó a los Egipcios, ver el mar rojo abrirse ante ellos, ver caer maná del cielo y muchas otras cosas, aún así dudaban y a la mas mínima distracción se inclinaban ante otros Dioses, así nos sucede a nosotros y a pesar de decir que creemos en Jesús y decir que entendemos su sacrificio y aún así hay quienes deciden creer “a su manera” en vez de hacer como El nos lo señaló.

La cita de hoy es escrita por Pablo el Apostol, quien deja en claro lo que El cree y lo que todos dicen creer, pero el lo usa como justificación de su manera de vivir, es decir, tan cree que Jesús es verdaderamente el Hijo de Dios hecho hombre, muerto en la cruz y resucitado, como que entiende que sus obras y sus instrucciones son verdaderas y por ello vive tal como la palabra lo dice y además como Jesús nos enseñó.

Por tanto me cuesta tanto entender cuando personas se acercan a mi y me dicen “tu que estas mas cerca de Dios”, a la mayoría he cuestionado si creen en Dios y todos suelen responder que si, después cuestiono si creen en Jesús y también contestan que si, pero a pesar de decir que creen lo que creen, no se sienten capaces de creer y aplicar su fe en su situación, y obvio mucho menos se sienten capaces de creer en un milagro y entender que cualquier cosa que entendamos de la palabra de Dios es posible para cada uno de nosotros.

Hace unos días un hombre preguntó a un grupo de personas que quien necesitaba un milagro y el 100% de las personas levantó la mano, esto me hizo reflexionar, que asombroso que todas las personas necesiten de Dios y que todas necesiten un milagro, pero pocas se preocupen por leer de la palabra y ser los protagonistas de esos milagros que dicen necesitar, tal como Jesús nos lo mostró.

Por tanto mi invitación para este fin de semana es la siguiente: Si usted dice creer en Dios, tiene que creer que Dios es tan poderoso como para asegurar que su palabra se conserve íntegra y no haya sido manipulada por los hombres, como muchos suelen decir, que la Biblia es contemporánea, es decir que a pesar de haber sido escrita en otro tiempo, cada una de las cosas que en ella están escritas tienen una aplicación práctica y actual y que es a favor de nosotros, y tiene que creer que le será imposible recibir verdaderamente el favor de Dios sin conocer la palabra, y aplicarla a su vida y que cada minuto que usted vive sin el conocimiento de la palabra, corre el riesgo de ser un minuto perdido y de no vivir una vida gloriosa como nos fue prometido.

Ayer recibí un correo de alguien que decidió comenzar a leer y vivir lo que esta escrito en la Biblia y que aún desde el comienzo de este proceso, todo el tiempo se preguntaba ¿por qué no loe había hecho antes?, ya que desde el principio empezó a aprender tanto y a reforzar su relación con Dios de tal manera que pareciera inaudito el no haberlo hecho desde siempre.

Por tanto si usted cree en Dios, eso le tiene que bastar, para transformar su manera de vivir, como sucedió con Pablo que paso de ser un fariseo experto en la Ley, a ser un hijo de Dios adicto a Cristo y protagonista de una Vida de Reino gloriosa.

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