Le ha sucedido que esta usted con algún amigo o un grupo de amigos y hay una persona que no puede dejar de ver su teléfono celular?, ya sea para revisar su correo, su facebook o estar chateando constantemente, es molesto no?.

Este fin de semana, pase un tiempo genial con algunos amigos, viajamos a otra ciudad y aprovechamos para turistear un poco, platicar y convivir, pero dentro de ese grupo de amigos iba uno que no podía dejar de separarse del grupo por estar hablando todo el tiempo o bien iba distraído por estar enviando mensajes de texto todo el tiempo, hasta que le quitamos su teléfono y pudimos disfrutar enteramente de su compañía.

Al hacerlo, por un lado me dio mucho gusto, pero por el otro lado me dio mucha pena que es algo que normalmente yo también hago, a veces creo que las personas creen que tengo una mejor relación con mi teléfono que con ellas y es algo que me he propuesto corregir a la brevedad y poder demostrar a todas las personas con las que convivo, mi afecto y mi respeto.

Al pensar en esto he pasado un largo tiempo meditando acerca de que es tan atractivo de estar constantemente en el teléfono, el internet o el facebook y me percaté que la mayoría de las cosas que hago (al menos yo), es resolver asuntos pendientes que no hice por estar a su vez distraído ya sea por el teléfono u otras cosas, o bien hablando de cosas irrelevantes con amigos por chat o por facebook, de manera que todo el tiempo voy atrasado y todo el tiempo genero mas atraso y simplemente no lograré ponerme al día al menos que decida poner alto a esta situación.

Al llevar esto al terreno espiritual, nos sucede exactamente de la misma manera, llegamos delante de Dios y aún cuando sea solo por pedirle algo a Dios, llevamos la cabeza tan llena de cosas que nos cuesta tener una conversación continua con El, sin darnos cuenta, cambiamos de tema constantemente e incluso dejamos de orar por pensar en los detalles de esas cosas, lástima que no llevemos nuestro teléfono celular a nuestra oración, así Dios nos lo podría quitar y simplemente demandar nuestra atención, como hicimos con nuestro amigo el fin de semana.

Hablar con Dios es cosa seria, ya que de ello depende nuestro caminar en la vida, de ello depende el que no nos desviemos y no nos confundamos, ya que cuando tenemos la mitad de la atención puesta en Dios, solo entenderemos la mitad y es ahí donde empezamos a creer por nuestra cuenta y haremos nuestras propias conjeturas acerca de quien es Dios y que es lo que espera de nosotros y tiene para nosotros.

Me he percatado que hay personas que tienen problemas con encontrarse con Dios, de hecho hace poco conocí a alguien que tiene años sirviéndole a Dios, haciendo todo lo que su palabra dice, mas nunca ha tenido un encuentro cara a cara con ese Dios al que sirve, y quiero entender que aun leyendo y aun sirviendo, está tan absorto en sus pensamientos que no se da cuenta que la palabra de Dios y el servicio a El, se tratan de Dios y no de lo que pensemos, lo que entendamos o lo que querramos.

La cita de hoy nos habla de buscar a Dios de todo corazón, es decir, nuestro corazón se contamina fácilmente, y mas con la manera que hablamos hoy en día, pienselo de esta manera, usamos la misma palabra “amar” para Dios que para cualquiera de nuestros hobbies o gustos, habemos quienes “amamos” la comida china y también “amamos” a Dios, y ahora que lo pienso, no entiendo como es que esos 2 amores pueden convivir dentro del mismo corazón, y no es que pueda yo comparar ambos amores, sino el problema radica en la intensidad de mi gusto por la comida china (recuerde que es solo un ejemplo), al grado que le damos entrada a nuestro corazón o bien, es una palabra tan simple al expresar, que puede llegar a demeritar lo que sentimos por Dios.

Dios tiene mucho que darnos y lo quiere hacer, pero no tiene porqué hacerlo si no tenemos un tiempo y un espacio exclusivo para El, obvio, es un Dios celoso, pero creo que también no se arriesgará a darnos algo de lo que parecemos no estar seguros, ya que aún al pedírselo estamos distraídos  y con nuestra mente llena de cosas y asuntos no relevantes que impiden tener esa platica con Dios.

Hace tiempo dije a una amiga que solía distraerse mucho cuando platicábamos y al final de nuestra conversación me culpaba (en broma) de los temas importantes que no tocamos, al grado que un día le sugerí traer un acordeón (una nota) con los temas importantes a platicar, para no olvidarlos y abordarlos todos, y sabe, a veces creo que es algo que deberíamos hacer para nuestro tiempo de intimidad con Dios, deberíamos ir preparados, y enfocados, de manera que no dejemos nada fuera en nuestra conversación y que podamos adquirir poco a poco la costumbre de dedicar, nuestro tiempo y nuestro corazón a Dios, y que hagamos de cada oración un encuentro con El.

Sería importantísimo anotar en esa nota que debemos alabrarle y adorarle, ya que a veces nuestra oración es solo pedir, y eso lamentablemente no genera intimidad, ya que hay mas de nuestra mente y corazón en las cosas que pedimos que en Dios mismo, hay ocasiones que pasamos tanto tiempo pidiendo que ya no tenemos tiempo de escuchar a Dios, y en otras ocasiones pedimos tanto, que no nos percatamos siquiera de que la presencia de Dios estuviera en ese lugar y nos haya escuchado.

Por tanto mi invitación de esta mañana, es a que haga un plan, diseñe sus tiempos con Dios, anote de lo que quiere hablar con El, propóngase el limpiar sus pensamientos de otras cosas, y cuando ore, hágalo en un lugar íntimo, donde solo usted y El se encuentren y si puede, ore en voz alta, de manera que su mente esté ocupada en escuchar sus palabras y no se distraiga pensando en otras cosas, y es justo cuando Dios sea el centro de su atención, que experimentará verdaderamente su presencia y disfrutará cada vez del mejor dialogo de su vida.

 

¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

5 Comentarios

  1. Excelente, Gracias por ese gran aporte que nos ayuda a tener una comunion con DIOS muy cercana Bendiciones

  2. es sierto el deve de ser el centro de nuestra vida .. si somos fieles imaginate todo lo que nos dara…

  3. señor Rene, cada que escucho o leo sobre este tipo de cosas me viene a la mente una pregunata que no he podido responderme, sobre qué hablo con Dios? le cuento mi día o le hablo sobre lo que molesta o sobre qué? Hay veces que intento orar con Dios sin pedirle algo, no se me ocurre nada que decirle. sobre qué se platica con Dios??

    • Rene Giesemann Ilsem

      Hola Ilse,

      gracias por tu pregunta y que buena pregunta!, la verdad es mas fácil de lo que te imaginas, mira, obvio, siempre empezamos hablando de nosotros mismo, lo que hicimos, nuestro dia y que se yo, luego, conforme va pasando el tiempo y leemos mas de la palabra de Dios, vamos empezando a cuestionar cada uno de los hechos ahí descritos, hasta que llega un momento donde Dios te empieza a hablar y es El quien te habla de lo que esta escrito y lo relaciona con todo lo que vives, es como si El pusiera situaciones paralelas en tu vida, en todo lugar al que vas, y te primeto que después de eso, no podrás dejar de hablar con El.

      espero esto te haya servido, bendiciones!