Se ha puesto a pensar por que es que a las personas nos gusta ir al campo, salir a la playa o al mar y simplemente guardar silencio y llenarnos de los sonidos de la naturaleza?, de hecho hoy en día son muy famosos los discos que tienen grabados los sonidos de la naturaleza, muchas personas los escuchan para concentrarse, relajarse o simplemente para acompañar su sueño.

En lo particular, lo disfruto mucho, tuve la oportunidad de vivir en Cancún México por 3 años, 2 de los cuales los viví directamente frente al mar y recuerdo que era sumamente fácil concentrarme y orar, vivía en un estado de constante relajación y siempre tenía motivos para sonreír, me gustaba salir y sentarme en la noche en la playa, donde ni aun los colores del mar me distrajeran y solo escuchar y unirme a esa melodía perfecta.

No es la tranquilidad lo que nos relaja, es el sonido de la alabanza de la creación hacia Dios, es decir, si pone atención, notará que es una melodía y es perfecta y podríamos pasar horas escuchándola.

Para algunos no es fácil entenderlo, pero sabe, la creación no tiene alternativa, es decir, fue creada para adorar y no es capaz de hacer otra cosa, los animales, las flores, los ríos y aún las tormentas y volcanes en erupción son parte de esa melodía y todo lo que hacen, lo hacen para agradar a Dios y no tienen alternativa.

Dios escribió leyes que son universales, es decir El como Dios del universo, tiene una sola ley con una serie de promesas iguales para todos, de manera que si le adoramos y si hacemos su voluntad todos los aspectos de nuestra vida quedarán cubiertos, y como se esto?, es sencillo, permítame explicarle.

La cita de hoy habla acerca de las aves del campo y me encanta darme cuenta que ellas conocen su propósito y simplemente cantan, y a todo lugar que van, solo cantan y se mantienen como parte de esa melodía celestial.

Al hacer la voluntad de Dios, su alimento y todo lo que necesitan, lo encuentran dispuesto en la naturaleza, por ello no batallan y pueden mantener su atención enfocada en ser parte de esa melodía y agradar a Dios.

A nosotros nos sucede igual, cuando hacemos aquello para lo que estamos planeados y para lo que fuimos creados, nos convertimos en parte de la melodía celestial, de manera que toda nuestra necesidad empieza a ser suplida, es por ello que cuando alabamos a Dios por medio de la música, nuestro mundo se transforma, una nueva paz nos inunda, todo pareciera tan fácil en ese momento que a veces no querríamos salir de ahí.

No solo la alabanza musical es la manera de pertenecer a la melodía celestial, de hecho, si lo nota los animales del campo siguen haciendo su vida, nacen, crecen, se desarrollan y mueren y cada una de esas etapas es perfecta, de hecho, no recuerdo haber leído o escuchado de animales en libertad que sean estériles, por lo general todos cumplen con el propósito de dar hijos a Dios que le alaben y lo genial es que usted y yo tenemos la oportunidad de tener el mismo efecto.

Muchas personas desean, anhelan y quieren escuchar la voz de Dios, mas no lo logran y sabe por que?, es sencillo, ya que llegan delante de Dios primeramente hablándole de sus necesidades y haciendo que su encuentro sea y se trate de ellas y no de Dios y por eso no sienten que Dios les escuche y menos que les responda, pero entiéndalo de esta manera, a usted y a mi, nos puede suceder igual que a las aves del campo, solo que nosotros si tenemos alternativa, nosotros decidimos alabar a Dios y cuando lo hacemos, y por ello no logramos estar en su presencia de continuo (al menos tanto como quisiéramos) y no tenemos la paz y tranquilidad suficientes como para simplemente escuchar a Dios.

Por tanto mi invitación de hoy, es mas bien un reto, le invito a que ore y hable con Dios, pídale le enseñe como ser parte de esa melodía celestial y como cumplir ese propósito para el cual fue creado, busque ese propósito en la Biblia y permítase alabar junto con la creación en todo lo que hace cotidianamente y haga como las aves, confíe en si Dios, entienda que la provisión le llegará de lugares inimaginables, con tal de que no deje de alabar y amar a Dios y además escucha su voz de manera constante.

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