La historia de Samuel es una que me gusta en lo especial, ya que es una vida llena de promesas cumplidas y personas que realmente buscaban agradar el corazón de Dios.

Ana, la madre de Samuel fue una mujer que sufrió mucho por el hecho de no poder tener hijos, mientras la otra mujer de su marido era fertil y le daba hijos sanos, relata la Biblia que Ana lloraba con gran amargura, y un día decidió ir a la presencia de Dios y pedirle un hijo, e hizo un voto, que si Dios le concedía tener un hijo, lo dedicaría a servirle, y así lo hizo, en cuanto le destetó le envió al templo para ser instruido, y a menos que me equivoque y según entiendo de acuerdo a mis conocimientos de las costumbres de aquellos tiempos, Ana se separó de su hijo mas o menos a los 3 años de edad.

Me encanta leer esta historia, pues hoy en día hay muchas parejas que anhelan tener hijos, y también hay muchas mujeres que lo desean, pero note como el deseo de Ana no era simplemente el ser madre, ya que si así fuera, no hubiera tenido el corazón para separarse de su hijo a tan corta edad, pero entiéndalo de esta manera, Dios nos creó con un propósito y con un fin y uno de los fines de las mujeres es tener hijos, y no lo digo desde una perspectiva machista, sino pensando en que tenemos que usar y explotar todos los recursos que Dios nos da, entre ellos cada una de las partes de nuestro cuerpo para honrarle y glorificarle, Ana quería y anhelaba darle honra a Dios siendo madre y dándole un heredero a Dios y un gran profeta a su pueblo.

La Biblia relata que Samuel creció en el templo, dice que ministraba la presencia de Dios en presencia de Elí quien era el Sumo Sacerdote y profeta de ese tiempo, me llama la atención que dormía donde estaba el Arca del Pacto, es decir donde la presencia de Dios se manifestaba físicamente, que tremendo, no?, no dormía en una cama, dormía en el suelo a los pies de la presencia de Dios.

Cuando pienso en Samuel, imagino a un chico con una verdadera hambre y celo por Dios y las cosas de Dios, veo un ejemplo de fidelidad y a un hombre de orden, mas me impacta de sobremanera la escena mas famosa acerca de Samuel, el día que lo llama Dios.

Por mas que me esforcé mucho tiempo no entendí esto, un chico que fue criado para servir a Dios, un chico que lograba que la presencia de Dios descendiera, un chico que no solo hallaba gracia delante de los hombres, sino de Dios mismo y sucede que una madrugada Dios decide hablarle y éste no le reconoce!, inaudito!.

Y todo me quedó claro cuando leí la cita de hoy, y de deja helado, a pesar de vivir en el templo, y servir a Dios de tiempo completo, no le conocía, nunca había escuchado su voz, en pocas palabras Samuel era “bueno”, pero de ahí no pasaba, es decir, Samuel hacía todo lo que era bueno, todo lo que era correcto, pero simplemente lo hacía porque así lo había escuchado de Elí y probablemente de todos los que le rodeaban, note como tenía un anhelo auténtico por Dios, al grado de dormir donde el arca, mas se había perdido de la parte mas importante, la palabra.

Esto me lleva recordar a muchisimas personas que me he topado en mi caminar, que una y otra vez me dicen “tu que estas mas cerca de Dios, ora por mi”, y muchas personas que confían en aquellos que sirven a Dios, pero si lo pensamos bien, Samuel sería una persona perfecta a quien recurrir para pedir oración, no lo cree?, no había otra persona en el mundo entero, que durmiera a los pies del Arca, es decir, mas cerca, no se podía, pero que asombro el darnos cuenta que ni el Samuel mismo, reconoció la voz de Dios al escucharla!.

La diferencia entre Ana la madre de Samuel y Samuel, era el conocimiento de su propósito, Ana no quería un hijo para poder decir que era madre, sino quería un hijo, ya que entendía desde la palabra de Dios que el ser madre era parte de su papel y de las cosas que tenía que hacer en la vida, por otro lado Samuel tenía un anhelo auténtico por Dios y hacía cuanto podía para agradar a Dios y a los hombres, pero no conocía ese propósito, ya que no le había sido revelado por la palabra, y quiero entenderlo de esta manera, hacía mucho, pero conocía poco.

Hoy en día hay montones de manifestaciones de fe de las personas, unos oran, otros cantan, otros peregrinan, otros hacen promesas y todos ellos tienen un común denominador, todos pretenden agradar a Dios, el problema radica en que si todo lo que hacen no esta alineado a la palabra, les puede suceder igual que a Samuel y no darse cuenta de que Dios les habla.

Samuel es uno de mis profetas favoritos, por medio de El Dios coronó reyes e hizo cosas asombrosas, pero sabe, la mayoría de esas cosas no las hizo en el templo, las hizo escuchando la voz de Dios y esta no la podría haber identificado nunca, sino conocía su palabra.

Con esto le quiero decir a usted, que probablemente Dios le haya hablado en muchas ocasiones, pero tal vez le haya sucedido igual que a Samuel, no sabía que era Dios quien le hablaba, que preocupante, no?.

Por tanto, mi invitación de hoy es esta: no importa cuanto vaya usted a la iglesia o si no va, no importa si cada año asiste a la tradición familiar o de su pueblo o ciudad en peregrinación o si es usted de las personas reconocidas de su iglesia, le puede pasar igual que a Samuel, quien aún estando dormido a los pies del arca, es decir, aun estando lo mas cerca posible de su presencia, no distinguir la voz del que habla, por tanto le invito, le exhorto, póngase en contacto con la palabra de Dios, para que Dios le pueda revelar lo que espera de usted y pueda usted identificar su voz cuando le hable, al fin y al cabo es eso lo que anhela, que no?.

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