Ayer aprendí una gran lección que aun retumba en mi cabeza, y estoy contento y agradecido por haberlo aprendido, pero una parte de mi se mortifica en pensar en porqué no lo había visto antes y se lo quiero compartir.

El pueblo de Israel desde su creación fue un pueblo de excelencia, ya que desde Abraham, Dios dejó ver su favor hacia El, la Biblia relata que hubo un tiempo que era tan próspero que les fue necesario a Abraham y a su sobrino Lot alejarse el uno del otro porque tenían tanto ganado que corrían el riesgo de tener problemas el uno con el otro.

Mas delante, Jacob quien originalmente había salido huyendo de su hermano Esau, llega a casa de su tío Labán, y trabaja como su siervo por su hijas hijas a quienes había tomado como esposas, y por el favor de Dios enriquece a Labán por la excelencia del trabajo de Jacob trabajo y posteriormente Dios prospera a Jacob con ganado pinto y con manchas de acuerdo al pacto entre Jacob y Labán que serían su paga por el tiempo trabajado en su casa, y sucede que son es mas su ganado que el de Labán y sucede que es incluso mas gordo y mas fuerte.

Posteriormente José hijo de Jacob es vendido como esclavo, pero durante todo su caminar encuentra favor para con sus amos, sus carceleros y aún el Faraón, tanto que José llega a gobernar como segundo a bordo del Reino de Egipto y Dios le muestra como hacerlo diligentemente asegurando abundancia para su casa y la de su amo.

Al morir José, al pueblo de Israel le iba tan bien en Egipto que era motivo de envidia, las tierras de los Israelitas eran mejores, daban mas frutos, sus ganados estaban mas gordos y daban buena carne y buena leche, y no importaba que hicieran los Egipcios, lo que tenían los Israelitas era siempre mejor, tanto que llegó un tiempo en que los Egipcios tuvieron temor y decidieron hacer de sus visitantes (ya que eso eran) los Israelitas, sus esclavos, ya que tenían miedo de que un día fueran tan fuertes (económica, y militarmente) que un día les robaran su reino y sucedió que los prósperos y abundantes Israelitas, estaban tan enfocados en su prosperidad que no lo vieron venir que terminaron siendo esclavizados por un poco mas de 400 años!.

Es asombroso ver como un pueblo que nació de un hombre obediente y que entendía el corazón de Dios como Abraham y que ciertamente reflejaba al Dios al que temía y del cual dependía fuera hecho esclavo porque se distrajo y no solo eso, sino que su manera de pensar y su manera de vivir cambió tal que de ser visitantes que reflejaban el favor y el poder de Dios, pasaron a simplemente ser esclavos incapaces de ver y entender al Dios al que los rescató.

Le tomó a Dios 40 años el cambiar la mentalidad de los Israelitas, su pensar y su vivir como esclavos estaba tan arraigado en ellos que parecía ridículo, hace unos días leí como es que Dios mismo le decía a Moisés: “hasta cuando entenderán lo que hice por ellos?”, y se refería a que no importaban los milagros y las grandes obras que Dios hizo en medio de Egipto, al mas mínimo inconveniente el pueblo iba delante de Moisés y renegaba y le decía “mejor nos hubieras dejado en Egipto, donde éramos esclavos, pero nada nos faltaba”, inaudito, no?.

Dios nos creo con una naturaleza y una capacidad para gobernar, y gobernar en todos los aspectos de nuestra vida, no entiendo como las personas creen que la humildad de modos o la económica tiene que ver con Dios, cuando la Biblia esta llena de todo lo contrario, no podemos depender de un Dios que es abundante y vivir de la manera contraria.

Al igual que a los Israelitas, luego nos sucede que cuando nos va bien, enfocamos nuestra vida en el bien que hay alrededor de nosotros y nos olvidamos de aquel que nos lo proveyó y cuando nos damos cuenta, ya somos esclavos de nuestro propio pecado y luchamos incansablemente por recuperar lo que teníamos y ahí empieza toda una historia nueva que pareciera no tener fin.

A pesar de esto, Dios tiene un plan, y como rescató al pueblo de Israel, también nos rescata a nosotros por medio de Jesucristo, y así como los Israelitas pasaron de ser esclavos de Egipto a ser el Pueblo de Dios de nuevo, nosotros pasamos a ser hijos de Dios por medio de reconocerle como nuestro Señor y Salvador, pero también tenemos que pasar por el mismo proceso que ellos, tenemos que cambiar nuestra mentalidad de esclavos por la de conquistadores, y tenemos que aprender que en esta nueva modalidad de hijos de Dios, ya no son nuestras fuerzas, ni nuestras habilidades las que nos sacarán adelante, sino la dependencia de nuestro Dios, el dejarnos usar por El y entender que El pelea nuestra batalla espiritual por nosotros, ya que si lo hacemos en nuestras fuerzas, seguiremos siendo esclavos de nuestra mente y de nosotros mismos.

Me encanta ver como la Biblia es vigente, es decir, no importa que haya sucedido hace miles de años, todo lo que en ella esta escrito es tan actual como el de hoy, y tenemos la oportunidad de hacer vigente cada una de las situaciones que en ella están, pero ojo, tanto las buenas como las malas, es decir, usted puede pedir a Dios que le use como a José quien en mi personal opinión considero el Midas del pueblo de Dios, o bien puede pedir a Dios ser como David y tener un corazón conforme al de Dios y gobernar gloriosamente como El hizo, incluso puede pedir a Dios ser como Jesús y hacer cuanto hizo El, ya que nos invitó a ser imitadores de El y hacer todo lo que El hizo, pero si no tenemos cuidado, nos puede suceder tal como a los Israelitas, nos puede tomar 40 años enteros el que Dios transforme nuestro entendimiento y nos cambie de esclavos a conquistadores.

No se en que etapa de su vida se encuentre usted, pero si usted ve que su situación económica mejora, no ve que la salud regrese, si ve que pasa una vida llena de problemas inexplicables y siempre repetitivos, si vive una vida esforzándose y no logrando ser satisfecho en nada, quiere decir que sigue usted siendo esclavo de usted mismo, que sigue esforzándose y queriendo hacer las cosas por sus propias fuerzas, vea la cita de hoy, Dios prometió a los Israelitas pelear por ellos y lo cumplió, y lo sigue cumpliendo el día de hoy, pero lo mas importante, es que la promesa no es solo para ellos, es para usted también, permita que Dios le quite la mentalidad de esclavo y deje de luchar en sus fuerzas y aprenda a gobernar en dependencia de Dios.

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