A lo largo de mi vida he tenido el privilegio de vivir en muchas partes y viajar a muchas otras y una de las cosas que mas me ha gustado acerca de esta oportunidad que Dios me ha dado, es el aprender acerca de las personas.

Hace unos días estaba en una reunión con amigos que conozco, aprecio y amo desde que era muy pequeño y una de las muchas conversaciones que tuvimos, trató acerca de como las personas tienen hábitos distintos a los que estamos acostumbrados, como usan ciertos modismos, como incluso la puntualidad es distinta en un lugar y otro, al pensar en esto me doy cuenta que he aprendido a ser flexible de acuerdo a cada lugar al que voy, y he aprendido a entender y tratar de una manera distinta a las personas de acuerdo al lugar que voy e incluso he aprendido a disfrutar de cada modo y a sacarle provecho a la manera de ser de las personas en cada lugar, no le puedo decir que todo esto es de manera consciente, muchas cosas simplemente las entiendo en mi alma y en mi espíritu y otras las voy pensando y planeando, y me doy cuenta que no soy el único, creo que casi todos funcionamos de esta manera.

Anoche me acompañé de un par de amigos muy queridos y fuimos a escuchar a una gran amiga de oficio profeta hablar acerca de las maravillas de Dios y la reunión tomó un giro muy distinto al que nos imaginábamos, al final de la reunión nos fuimos a cenar y comentamos acerca de nuestras impresiones de lo que habíamos visto, escuchado, entendido y sentido, y hubo de todo un poco, pero no pude evitar el percatarme como es que en nuestra relación con Dios, no tenemos esa misma flexibilidad que tenemos para con las personas, y no lo digo porque a alguno de nosotros no nos haya gustado, por el contrario, salimos emocionados de ver y entender lo que sucedió en ese lugar, mas me sorprendió el darme cuenta que cada uno de nosotros 3 llegamos a ese lugar con una expectativa distinta y todos digerimos las palabras dichas ayer de una manera diferente también, incluso estando sentados el uno enseguida del otro.

Cada persona tiene un concepto distinto de quien es Dios y cada persona tiene una opinión individual y muy respetable acerca de quien es El y de como actúa en nuestras vidas, mas eso no significa que ni unos estén correctos y que otros estén equivocados, hasta que lleven ese concepto y esa opinión delante de Dios mismo y validen ante El lo que es y lo que no es.

Es interesante darnos cuenta que no podemos aprender acerca de las personas de un lugar, hasta que no vamos a ese lugar y hasta que no vemos y observamos y aún así probablemente al principio nos equivoquemos, de la misma manera nos sucede con Dios, nos es necesario pasar tiempo en su palabra primero y posterior en su presencia aprendiendo acerca de El, y cuando digo en su presencia, me refiero a estar en verdadera oración, no pidiendo, sino en presencia de Dios, conviviendo, escuchando, observando y entendiendo quien y como es El.

Una de las cosas que es muy común que sucedan y lo he mencionado varias veces en los  últimos días, es que lamentablemente solemos tener una fe de acuerdo a nuestra conveniencia y nuestra comodidad, es decir, creemos que tener fe se trata en creer de acuerdo a lo que queremos y a lo que necesitamos y no a lo que Dios es y puede ser para nosotros y por medio de nosotros, por tanto, hay muchas cosas que no dimensionamos de Dios porque simplemente van mas allá de nosotros.

Por tanto, me emociona leer la cita de hoy, me encanta ver y entender como Dios deja ver al principio de su palabra quien es El, y simplemente lo dice, con autoridad, sin dar lugar a las dudas y sin permitir que nadie opine, note como dice “que haya luz y hubo luz”, es decir, una de las características mas asombrosas de Dios es que es un Dios absoluto, lo que dice es y lo que es, es porque El así lo dijo y de ninguna otra manera.

Imagine!, si usted y yo somos capaces de entender esto de parte de Dios, nuestra oración  cambiaría radicalmente, dejaríamos de decir plegarias repetitivas y dejaríamos de ir con dudas delante de Dios a pedir una y otra vez lo mismo y con el as bajo la manga de que si nuestra oración no es respondida, poder decir “Dios por algo hace las cosas”, nuestra oración se trataría de que estuviéramos atentos a la voz de Dios para saber lo que es y lo que será y lo que no, y de esa manera aprendiéramos los modos de Dios y enfocáramos todos nuestros esfuerzos en aprender como es que son las cosas en el Reino de los Cielos y aspirar a hacer que salga de la boca de Dios aquello que anhelamos, sabiendo que nunca dirá nada en contra de su palabra, pues a ella es fiel y que todo lo que dice tiene un sello eterno que no puede ser deshecho.

Esta mañana le quiero invitar precisamente a eso, a que tome un tiempo y note como de cierta manera hemos sido injustos y no le hemos dado a Dios la misma oportunidad que le damos a otros, como no hemos aprendido a ser flexibles y no hemos aprendido a entender a Dios como lo hacemos con las personas de otros lugares, me viene a la mente el dicho que usamos en México: “a la tierra que fueres, haz lo que vieres”, lamentablemente no hemos ido lo suficiente a la presencia de Dios para hacer como se hace ahí, pero esta es nuestra oportunidad, aprendamos los modos del Reino de los Cielos y obtengamos respuestas absolutas y eternas, así como nadie podrá apagar la luz, ya que fue hecha porque Dios así lo dijo, haga que la bendición en su vida no se vaya jamás cuando logre tocar el corazón de Dios de manera que lo diga sobre y acerca de usted que así será.

¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Un comentario