Hace cerca de una semana tuve la oportunidad de dar una conferencia a un grupo de damas en la ciudad de Zacatecas y el mensaje central de la charla fue lo peligroso que pueden ser nuestros sentimientos cuando no tienen un fundamentos y cuando estos nos llevan a tomar decisiones viscerales, ya que lamentablemente, tras cada una de éstas decisiones, hay una excusa y un porqué que vienen ligados a algo que nos pasó.

Cuando pienso en esto, recuerdo con mucho cariño la época en la que una gran amiga en Monterrey se acercaba de nuevo a Dios, es decir, de nuevo estaba dándose la oportunidad de que Dios hablara a su vida y buscar de las cosas de Dios y aplicarlas, pero me decía lo siguiente: “no me gusta acercarme a Dios, ya que cada vez que lo hago me empiezan a suceder cosas malas”, y se refería a que de una u otra manera cada vez que pretendía acercarse a Dios, simplemente le pasaban cosas fuera de lo ordinario o simplemente las cosas no le salían como esperaban.

Una de las razones porque le pasaban este tipo de cosas, no era tanto porque le fuera mal por el simple hecho de acercarse a Dios, sino porque se acercaba a Dios con una mentalidad de hombre (me refiero a la raza, no al género), es decir con una idea de acción-reacción que generaba una gran expectativa, y no es que le pasaran cosas malas, sino que simplemente su expectativa no se cumplía y el desencanto era grande.

Muchas personas crean mitos acerca de Dios y se escudan en cosas que han escuchado o en cosas que todos estaríamos de acuerdo por el simple hecho de estar hablando acerca de Dios, uno de esos mitos es el que Dios es bueno, y no me refiero en específico a poner en duda la bondad de Dios, sino a que muchos suelen creer que por simplemente acercarse a Dios, les van a suceder cosas buenas a causa de la bondad de Dios, es como si por estar cerca de una estrella de cine, por consecuencia nos empezaran a invitar a los programas de televisión o bien nos acosaran los periodistas en la calle, cuando sabemos que no es así, ya que no somos estrellas de cine.

En efecto Dios si es bueno y no solo eso, quiere cosas buenas para nuestra vida, pero El sabe tener ese cuidado de que no nos distraigamos con las cosas buenas que nos da o que simplemente suceden y que nos olvidemos del autor y proveedor de esas cosas buenas, esto lo entiendo de esta manera y lo digo a muchos cuando hablamos del tema: “Independientemente de que a Dios no le gustan los juegos de azar, El nunca le dará la lotería a nadie, ya que lo mas probable es que nos distraigamos con el dinero ganado, en vez de pasar tiempo de calidad con el autor de ese favor, osea Dios”, y es fácil de entender, solo piense que pasaría si de la nada recibiera usted 5 millones de dólares, le aseguro que su mente y su corazón irían miles de lugares y comprarían miles de cosas y a lo mucho su consciencia le llevará a pensar en las buenas obras para parecer “agradecido”, pero creo que nadie o muy pocos se detendrían a orar para preguntar a Dios el propósito de este dinero, por muchas razones, pero creo que la principal el miedo a que Dios les responda y les de instrucciones específicas que incluyan el deshacerse del dinero (ouch!).

La realidad es que Dios quiere que nos acerquemos a El, y cuando lo hagamos le interesa demostrarnos su amor y su favor, pero no a la manera que lo conocemos y probablemente no de la manera que esperamos, pero siempre nos dejará saber que se agrada de nuestro corazón y por eso es que tomé el ejemplo de José para el devocional del día de hoy.

José buscaba a Dios y amaba a Dios, mas que sus hermanos y Dios se agradaba en el, al grado que sus hermanos le tenían celos, no sin contar que su Padre Jacob le amaba mas que al resto de sus hermanos y justo cuando Dios le da un sueño a José, en donde le promete grandeza, es que sus hermanos deciden venderlo como esclavo.

Como decimos en México “a José le fue como en feria” es decir le iba de mal en peor, lo venden como esclavo, luego su ama lo acusa de quererla violar, luego va a la cárcel, ahí sus amigos lo olvidan a pesar del bien que les hizo al interpretar sus sueños, pero sabe, a diferencia de otros personajes de la Biblia y a diferencia de nosotros, a lo largo de los relatos acerca de José, no se le ve renegar en ningún momento, sino por el contrario, a pesar de sus desventuras, José se esfuerza por ser siempre intachable, siempre dispuesto, siempre excelente, en todo lugar que estaba y en todo lo que hacía daba honra a Dios y esto obviamente agradaba a Dios y le invito a buscar en el libro de Génesis los relatos sobre la vida de José, y descubra, como a pesar de estar en situaciones desfavorables, siempre Dios estuvo con El y le mostraba su favor, siempre era el favorito de su autoridad, ya sea Potifar el eunuco, el Jefe de la cárcel o bien el Faraón, esa era la manera de Dios de demostrarle su amor y su favor, no importaba donde estuviera, siempre tendría un lugar de privilegio, siempre tendría los beneficios que nadie mas tuvo.

Nunca se ha puesto a pensar que a lo mejor cuando le va mal o bien no le va como usted espera, Dios quiere mostrarle su favor y hacerle entender que siempre tendrá un beneficio que los demás no tienen?, la verdad le puedo decir que ignoro si Dios hizo o solo permitió la desventura de José, pero le aseguro que siempre tuvo la intención de bendecirle y beneficiarle, y así lo hizo, y estoy seguro que si mi amiga lo hubiera permitido en todas las ocasiones que se acercó a Dios, Dios le hubiera mostrado el mismo favor que a José, para que aprendiera de depender de Dios y no de las circunstancias a su alrededor.

Por tanto, mi invitación de ésta mañana y para todo el fin de semana, se trata de que medite en la situación en la que esta, no se si sea falta de trabajo, enfermedad, problemas en su familia, deténgase de hacer lo que hace y tome un tiempo para agradar a Dios, ya sea en oración, en alabanza o simplemente cambiando de actitud, le prometo que en lo inmediato no sucederá nada, pero déle tiempo a Dios para notar que su actitud es auténtica y reciba el favor que José recibió y mas, atrévase a descubrir que Dios escribió acerca de José en la Biblia para que aprendiéramos de el y que lo tomáramos como base y fundamento de todo lo que haremos en nuestra fe el resto de nuestros días.

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