Hace algunos años un buen amigo asumió un cargo en una empresa que tenía una reputación internacional, pero que no tenía el mejor nombre en ese momento, es decir, la empresa y la marca que representaba no estaban en su mejor momento, mas me llamaba mucho la atención el entusiasmo con el que mi amigo hacía las cosas y estaba dispuesto a volver hacer de esa empresa una gran empresa y ponerla de nuevo en el escaparate.

Al empezar a hacer su labor, tomó un lema y voy a parafrasear sus palabras, ya que no las recuerdo textualmente: una mentira contada un millón de veces se convierte en una verdad y somos (los que trabajamos en ella) los primeros que debemos estar convencidos  que esta es una gran empresa.

La situación de la empresa que le cuento no era tan mala como esta frase pudiera hacer creer, pero si la percepción interna no era buena, por tanto se debía hacer algo y por el momento y ante la escasez de recursos y la imposibilidad de implementar un cambio dramático, mi amigo empezó con esta frase y la repitió hasta que todos la creyeron.

Una de las cosas que mayor éxito le dio a la campaña de este hombre (además de la repetición) fue que estaba completamente dispuesto a respaldar con hechos sus palabras e hizo todo lo que estuvo en sus manos para que esa empresa fuera una gran empresa de nuevo, lo importante era que todos lo creyeran desde un principio, aun cuando esto no se viera reflejado en ese momento, de  manera que los inversionistas pudieran confiar en ellos, el resultado no se hizo esperar, en un poco mas de un año, la empresa estaba floreciendo y con un mejor nombre y mas inversionistas que nunca.

Durante años luché con el lema de mi amigo, no es algo con lo que yo comulgue, pero durante mucho tiempo me enfoqué en la frase y no en la visión que tenía y entender que además ese era el estilo personal de este hombre para hacer las cosas, quien es alguien enfocado en los resultados.

Hoy en día admiro la manera en la que logró este cambio, aunque no estoy convencido de que pudiera aplicarlo en mi vida, pero le puedo decir que es un ejemplo que viene a mi mente todo el tiempo, cada vez que voy a emprender algo.

La razón por la que le cuento este ejemplo, es porque me maravilló la manera que un hombre con una visión y una frase fuera de lo común logró despertar a una empresa entera y transformarla, pocas personas se atreven a hacer esto hoy en día, pero sabe, esto que hizo el de manera positiva, nos sucede a nosotros todos los días de manera negativa, lo sabía?, déjeme explicárselo.

Nuestro enemigo (Satanás, el Diablo, el Chanclas o como le quiera usted llamar) siembra mentiras en nuestra vida diariamente, todos los días habla versiones distorsionadas de la palabra de Dios a nuestra mente, nos convence de que tenemos derecho de opinar en cuanto las cosas de Dios, aun cuando no tenemos conocimiento de ellas, nos dice que tenemos un entendimiento del bien y del mal y que podemos ser flexibles cuando se trata de nosotros, nos llena de engaños y lo peor es que los creemos y los adoptamos.

La diferencia entre la situación de la empresa en la que trabajaba mi amigo y lo que le acabo de contar, radica en que todos los que formaban parte de la empresa sabían 2 cosas, primeramente la realidad acerca de la situación de la empresa y lo que se necesitaba para sacar a la empresa adelante, pero en cuanto a la situación con nuestro enemigo, pocas veces sabemos realmente cual es nuestra situación para con Dios, ya que al desconocer la palabra y orar al respecto, ignoramos que es lo que tenemos que hacer para salir adelante.

En realidad, ambos ejemplos no son mas que estrategias de comunicación, una con un respaldo y un soporte y la otra sin ambos, lamentablemente, somos víctimas de la estrategia de nuestro enemigo por falta de conocimiento, por tal nos cuesta trabajo entender el alcance de nuestras decisiones, ya que vivimos engañados que porque las cosas nos van bien un día, Dios esta de parte nuestro y cuando nos va mal, es porque Dios esta enojado.

La estrategia de Satanás se basa en que no tengamos una visión a futuro y en específico a la eternidad, su visión y su misión van enfocadas a que nuestra visión sea tan corta como nuestro hoy y posiblemente nuestro mañana, pero no mas allá de eso, con eso le basta, así no veremos el futuro, el nos hace creer que Dios está ahí para nosotros y no entendemos nuestro importantísimo papel en la preparación para la 2da venida de Cristo, el llena nuestra vida de mentira, y sin darnos cuenta adoptamos sus mentiras y aprendemos a vivir con ellas y sus efectos.

La Biblia señala a Satanás como el padre de mentira y los que viven bajo estas mentiras, no son mas que hijos de quien cuenta esas mentiras, por tanto, le quiero invitar a que reflexione al respecto, le aseguro que Dios tiene una mejor empresa que Satanás, y esta no necesita mejorar su reputación, pero nos es necesario levantar la mirada de nosotros mismos, hacia la palabra de Dios y posterior a ello a la eternidad para poder considerarnos verdaderos hijos de Dios y no hijos de mentira, como ve?, acepta el reto?.

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