El mundo actual esta lleno de distracciones, tantas que ya ni siquiera las distinguimos y pasamos minutos, horas, días y hasta semanas pensando en cosas que no nos llevan a ningún lado y luego nos quejamos de que no tenemos tiempo y que pareciera que pasamos demasiado tiempo en el trabajo, demasiado tiempo en el tráfico y demasiado tiempo en cosas que no nos gustan, de manera que tratamos de recuperar ese tiempo intensamente en el poco tiempo que tenemos libre y sin darnos cuenta se nos hace tarde y tomamos de nuestro valioso tiempo de descanso haciendo “lo que nos gusta”, sin realmente disfrutarlo.

 

La realidad y lo comento porque a mi me sucede, es que durante el día perdemos mas tiempo pensando en todas las cosas que tenemos que hacer que en hacerlas, ocupa tanto de nuestro tiempo la frustración y las mortificaciones cotidianas que nos volvemos poco productivos y sin darnos cuenta se nos va el día en nada, ya que a la hora de irnos a casa, nuestra agenda de pendientes está exactamente igual de saturada que cuando llegamos ese día a trabajar, le suena familiar?.

 

Obvio esto no tiene porque ser una regla para todos, pero lamentablemente es algo que escucho mas y mas todos los días de las personas con las que platico, pocas personas saben y administran su tiempo adecuadamente, y hacen de su día uno productivo.

 

Una consecuencia de llevar un día de esa manera es el descansar poco, no solo por las pocas horas de sueño que muchos tienen, sino también la mala calidad de sueño que logran, ya que esas horas de sueño se ven agobiadas por los pendientes, los anhelos, los sueños por realizar de manera que el tiempo que debieran ocupar en dormir y relajarse, lo pasan dando vueltas en la cama tratando de dormir y olvidarse de todo ese ruido que hay en sus cabezas.

 

De ahí se deriva que ahora se usa decir que hay personas que viven de día y otras que viven de noche, y asombrosamente hay mas personas que viven de noche que las que viven de día y en lo práctico, es mas que respetable una posición como la otra, pero sería interesante saber que es lo que opina Dios al respecto.

 

Hace unos días vi un mensaje que le iban a regalar a un Padre de familia que estaba  por bautizar a su hijo de solo unos meses de edad y este mensaje hablaba acerca de lo que había que enseñarle a su hijo y decía mas o menos algo acerca de que de ese momento hasta que tuviera 6 años de edad habría de enseñarle a respetarlo (al Padre), de ahí a los 10 años a amarlo y de ahí en delante a admirarlo, no me crea mucho los detalles, porque le mentiría si le dijera que los recuerdo, pero cuando me preguntaron que opinaba al respecto, no me quedó mas que decir que era un mensaje muy triste, ya que las prioridades estaban mas que en desorden, y mas en un momento tan significativo como un bautizo de un niño para los que creen y practican esa creencia.

 

Independientemente de cual sea la manera de ejercer su fe, la prioridad de todos es amar a Dios sobre todas las cosas, esto no es opcional Dios lo pone como un mandato y lo prioriza como el primero de todos los mandatos y de ahí el segundo habla de honrar a nuestros Padres para asegurar una larga vida, y aunque entiendo que quien escribió el mensaje que le comento lo hizo con una buena intención, y con la idea de que sonara y pareciera lindo, esta completamente equivocado acerca de las prioridades que hay que tener a la hora de educar a nuestros hijos.

 

Y es precisamente ahí donde se relacionan los 2 temas que le comento el día de hoy, nuestras prioridades…

 

Diario vivimos víctimas de nuestras agendas, es decir, vivimos para resolver pendientes, para atender a citas, para trabajar y pagar nuestras deudas y las cosas importantes se van convirtiendo en urgentes y conforme va pasando el tiempo, Dios va teniendo menos espacio en nuestra agenda; y si, hay quienes dicen traer a Dios en su pensamiento todo el tiempo, lo cual es mas que válido, pero no es un tiempo exclusivo, es lo mismo que pensar en todo lo que tenemos que hacer, pensamos todo el día en ello, pero no lo hacemos, con Dios no sucede distinto, tanto pensamos en El que terminamos sintiéndonos culpables y avergonzados con El, y ni aún de esa manera pasamos tiempo de calidad con El.

 

Hace algunos años pregunté a Dios sobre esto y entendí que no estamos educados de manera que tengamos claras nuestras prioridades, lamentablemente nos alimentamos mas de mensajes lindos como el que le comentaba que de la verdad y no tenemos claro que es lo primero de nuestro día.

 

Cuando entendí esto, aprendí a empezar a organizar mi día y a tener claro que es lo mas importante de mi vida y que es lo primero que haría y no lo último, aprendí que hay una hora del día en la que Dios tiene especial atención de mis necesidades que es la madrugada, ya que es esa la hora en la que haríamos lo primero de nuestro día, en la que tendríamos bien claro quien es el primero y el mas importante para nosotros y la manera en la que aseguraremos su presencia, su favor y sus bondades para el resto de nuestro día.

 

Me emociona leer al salmista que habla precisamente de esto, de como su hambre y su sed incrementan al llegar la madrugada y como sus necesidades son saciadas de acuerdo a lo que tiene claras cuales son sus prioridades.

 

Le puedo decir que Dios ama a todos los que han decidido ser sus hijos, pero se agrada en especial aquellos que han decidido vivir de día, ya que el día es gobernado por la luz y la palabra declara que El es la luz del mundo.

 

Mi invitación de esta mañana es a que tome un tiempo, a que medite en ello, a que reflexione sobre sus prioridades, a que intente poner a Dios en el primer lugar de su vida, de manera que tome un verdadero tiempo al principio de su día, se dará cuenta como poco a poco sus hábitos cambiarán y el favor de Dios incrementará en su vida y Dios que es fiel a su palabra, cumplirá todo aquello que ha prometido a aquellos que le aman, como El espera que lo hagan.

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