El día de ayer Dios me recordó algo importantísimo acerca de la Vida de Reino y de todas las cosas que nos impiden estar verdaderamente en su voluntad y de las cosas que nos impiden vivir en plenitud aquello que El diseñó y planeó para nosotros y recordé como es que vivimos equivocados y errados por pequeñas cosas que parecieran insignificantes, pero que nos pueden desviar grandemente de hacer y cumplir nuestro propósito de paso por esta tierra.
A los hombres (me refiero a la raza y no al género) nos encantan los comienzos, celebramos los nacimientos, las inauguraciones de los negocios, las fiestas de bienvenidas a las clases, el año nuevo, la navidad y que se yo, todo lo que comience es un motivo de celebración, lo ha notado??.
Por el contrario, todo lo que acaba nos entristece y no nos gusta, lloramos la muerte de quienes amamos y tememos a la muerte propia, no nos gusta cuando se acaban las cosas, aún cuando vamos al cine, quisiéramos que la película durara mas y mas cuando es una buena película, en general solemos tener problemas con los finales, y no solo de lo bueno sino también de lo que no es tan bueno.
La cita de hoy es una que marcó una gran diferencia en mi vida, creo que en realidad mi vida se divide en el antes y el después de entender el gran significado de esta frase y se lo quiero compartir:
Esta cita tiene lugar al momento de la destrucción de Sodoma y Gomorra, como usted y yo sabemos, estas ciudades fueron destruidas por Dios por la gran perversión que había en ellas, pero interesante, justo antes de que esto sucediera, Abraham había intercedido por ellas, ya que le dolía que Dios destruyera a estas personas que parecieron no tener solución, justo unos días antes de éste suceso Abraham negociaba con Dios y le cuestionaba acerca del número de personas justas que habitaban en estas ciudades, y no hubo siquiera diez justos entre ellos, por tal Dios permitió que el único hombre con un corazón justo en esa ciudad saliese y salvase su vida, este hombre era Lot, sobrino de Abraham.
Dios dio una advertencia a Lot, le reveló que mientras salían de la ciudad, ésta sería destruida, mas no importaba lo que oyeran y lo que vieran mientras salían, no debían voltear hacia atrás, todo lo que dejaban sería destruido, pero no era de su incumbencia como sucedería con la ciudad que dejaban, mas la mujer de Lot no resistió la tentación de voltear y se convirtió en estatua de sal, Lot, tristemente tuvo que seguir adelante sin ella.
Muchas personas no pueden salir adelante en su vida, porque tienen puesta su mente y su corazón en el pasado, ya sea bueno o sea malo, la televisión y la historia nos enseñan que “todo se paga en esta vida” y que de alguna manera, todo lo que sucedió o todo lo que hicimos tiene una consecuencia y que tarde o temprano esta nos alcanzará y estamos tentados a indagar cuando es que será esto que llega un momento que nos convertimos en estatuas de sal y somos incapaces de seguir adelante y no nos damos cuenta que Dios tenía un plan distinto para nosotros.
Dios afortunadamente piensa de manera distinta, El vino y lavo nuestro pecado en la cruz, aún el que no hemos cometido, de manera que cada vez que vengamos a su presencia y confesemos algo, El no solo nos perdonará, sino incluso olvidará que lo hizo, de manera que no tengamos que voltear atrás y correr el riesgo de convertirnos en estatuas de sal quedemos paralizados sin poder avanzar.
Note esto, es interesantísimo!, Jesús no nos envió a festejar su nacimiento, como hacemos equivocadamente, El nos envió a celebrar su muerte ya que es el fin de un cliclo y a esperar en su resurrección, Dios no dejó instrucciones de celebrar la liberación del pueblo Israelí de Egipto, nos dejó instrucciones claras y precisas de celebrar la pascua, la cual recuerda el paso de la muerte por egipto y el fin de un ciclo de esclavitud.
Si lo nota, Dios tiene planes distintos a los nuestros, nosotros solemos celebrar los comienzos, ya que nos dan esperanza, mientras Dios espera que cerremos ciclos, que aprendamos a romper con el pasado y lo celebremos, para que de esa manera podamos tener comienzos sanos, limpios de efectos del pasado para poder construir junto con El un futuro glorioso.
Llevar una Vida de Reino significa eso, terminar con nuestro pasado, poner nuestra visión en nuestro futuro, pocos entienden que nuestro futuro es la eternidad, por tal si es que ponemos nuestros ojos en nuestro corto y pequeño pasado, corremos el riesgo de quedar paralizados y no llegaremos al futuro por falta de visión.
Nuestra oración para el futuro no tendrá ningún tipo de efecto, si estamos sujetos a nuestro pasado, pero si aprendemos a terminar con el y a poner nuestros ojos en el futuro, estaremos alineando nuestra vida con la de Dios, El ve hacia adelante y solo hacia adelante, su palabra lo comprueba y lo demuestra.
La Vida de Reino se trata de nuestro presente y nuestro futuro, sin importar que es lo que Dios haya tenido que perdonar y hacer para que llegásemos a donde estamos, lo importante es lo que viene, por tal le invito a hacer una sencilla y simple oración en la que con toda consciencia enumere sus errores del pasado, los ponga delante de Dios y pida perdón por ellos, pero con el objetivo de construir y edificar un futuro que no tenga nada que ver con su pasado, pero ojo! no es olvidarse del pasado solamente, es dolerse y exponerlo delante de Dios para que pueda tener ese perdón absoluto y seamos verdaderamente libres de el, si no, solo seremos liberados, tal como lo fue la mujer de Lot y cada vez que volteemos hacia el (el pasado) quedaremos inmovibles y sin poder avanzar mas!.
Aprendamos a cerrar ciclos en nuestra vida y celebrarlos, sin ello, no importa cuantos comienzos celebremos, si contienen pedazos de nuestro pasado, corren el riesgo de no ser fructíferos.
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