Todos aspiramos a la bendición y el favor de Dios, todos queremos ser beneficiados por aquello que llaman el sacrificio de la cruz, pero en ocasiones realmente puede parecer algo tan lejano y tan ajeno que no logramos imaginar siquiera como es que esa cruz nos benefició, en otras ocasiones no entendemos el como una gota de sangre que en lo natural solo mancha, puede en realidad ser algo que limpia al grado de dejar nuestro pasado tan blanco como la lana o como la nieve, y pareciera que todo el tiempo nos hablaran en metáforas y no como seres humanos pensantes.

Al pensar en esto, entiendo perfectamente que muchas personas creen que el ser escuchados por Dios es solo para unos cuantos y el poder hacer oraciones poderosas que invoquen verdaderos milagros es solo para algunos privilegiados que son quienes tendrán que interceder por los que no están en esa posición.

El verdadero problema no radica en que Dios haya o no escrito su palabra en metáforas o que la Biblia haya que entenderla o descifrarla, el problema esta en nuestra expectativa.

Hace una semanas alguien me dijo lo siguiente: “tan grande como es tu expectativa, de ese tamaño será tu desilusión”, en otras palabras, si nos acercamos a algo o a alguien que no conocemos y creemos saber todo acerca de como ese ese algo o ese alguien, y hemos hecho una previa imagen en nuestra mente y en nuestro corazón acerca de ese algo o alguien, siempre nos daremos cuenta que la imagen que teníamos, era mas grande que lo que en realidad pensábamos y si lo analizamos detenidamente, la mayor parte de la imagen que teníamos, consistía de cosas que realmente no son posibles en los términos normales.

Con Dios no pasa distinto, nos solemos acercar a Dios sin conocerle, pero con una gran expectativa y construimos en nuestra mente y en nuestro corazón una imagen de Dios que no concuerda con la realidad y además que no son posibles en la términos normales, y quise hacer hincapié en el concepto “términos normales”, porque para Dios hay una normalidad, esa es la excelencia, la abundancia, la riqueza y el poder, pero nuestro normal no lo es, por tanto, nos será difícil percibirlo, porque nuestros ojos perciben la excelencia, la abundancia, la riqueza y el poder enfocado a nuestras necesidades y no enfocado a su verdadero significado.

Hace unos días platiqué con alguien quien me dijo que cada vez que abría su Biblia y la trataba de leer, simplemente no entendía nada, otra persona hace unas semanas atrás me trataba de convencer que la Biblia había que descifrarla, ya que su contenido no era perceptible a simple vista, lo cual me parece difícil de creer e inaudito de aplicar y le voy a explicar porque:

Casi todas las personas saben que la Biblia es la palabra de Dios, mas no todas están convencidas de su autenticidad y que en realidad sea inspiración divina, por tanto, cuando la empiezan a leer, lo hacen con una gran expectativa, esperan que la Biblia esté escrita al alto nivel del concepto que tienen acerca de la espiritualidad y al encontrar solo palabras simples, creen que el contenido es confuso, porque en realidad no empata con su expectativa de lo que iban a encontrar en su interior.

Dios es un Dios asombroso, tan complejo como ningún otro ser en el universo, pero dentro de esa complejidad, se tomó el tiempo de escribir una ley que fuera sencilla de entender y mas sencilla de obedecer, lo mejor de todo es que la hizo entendible para todo aquel que la quiera entender y el que la quiera obedecer, es decir, si usted se acerca a la Biblia con la intención de que Dios le hable, esta usted equivocado, Dios no lo hará simplemente porque usted abrió una Biblia y ahora quiere que a cambio El cumpla su capricho, pero si abre su Biblia y la lee con la intención de conocer a Dios, creer y obedecer lo que ahí dice, entonces se dará cuenta, como es que una nueva dimensión se abre, ya que el Padre, no hablará, sino le revelará cada una de las intenciones detrás de cada palabra, pero ojo!, no lo hará al momento que lee, sino lo hará al momento que obedece, ya que en ese momento la Biblia deja de ser una instrucción teórica y se convierte en una revelación práctica.

Por tanto, si usted quiere bendición en su vida y anhela el poder recibir el favor del Padre, lo único que necesita es obedecer y no crea que tiene que hacer grandes sacrificios para poder obedecerle, por el contrario, la obediencia a Dios es por medio de cosas pequeñas que se convierten en hábitos de vida y que llevan a la santidad.

Cuando comenzamos a obedecer, es cuando comenzamos a vivir una vida de Reino y es cuando nos damos cuenta que el favor de Dios es directamente proporcional a nuestra obediencia, de manera que incluso nuestra manera de orar es transformada, ya que cada vez nuestra oración se tratará de El y no de nosotros, ya que pasaremos de solo hablar y pedir a escuchar y recibir, hasta el grado donde podamos realmente establecer una conversación con el Creador del Universo.

Mi invitación en éste día es que persevere en una Vida de Reino, a que se de cuenta que las cosas pequeñas de su vida no necesitan oración, ya que están cubiertas por las promesas de la Biblia, solo hay que conocerlas, obedecerlas y recibirlas por medio de cumplir la condición de cada una de ellas, la Vida de Reino se trata de tener una conciencia que delimite entre nuestra capacidad y la de Dios y como nuestra voluntad no tiene nada que ver con la de El, y aunque la de El es mayor y mas trascendente, no tiene porque sernos oculta, por el contrario, Dios se complace en revelarnos todo, mientras estemos dispuestos a escuchar y obedecer todo lo que nos diga, como ve? se anima a llevar una Vida de Reino?.

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4 Comentarios

  1. Muchas veces nos es difícil obedecer porque se empieza a doblar rodillas dejando el «yo» a un lado y comenzando a que Dios fluya en nosotros…
    pero cada vez somos más bendecidos, y no con ese afán sino con el único propósito de agradar a Dios.