Existe una gran diferencia entre lo cotidiano y lo simple, es decir, lo cotidiano es algo que sucede día a día y es parte de nuestra vida, lo simple, es algo que no tiene porqué suceder a diario, pero es tan simple que no requiere de un esfuerzo o un orden.

 Dios anhela ser cotidiano en nuestras vidas pero no quiere por ningún motivo ser simple, ya que no va con su personalidad, ni con lo que quiere y puede hacer en nuestras vidas.

 

Hay una palabra que en especial se ha mantenido en mi mente y corazón, porque considero que está mal empleada y esa manera de emplearla mal, nos impide que entendamos la vida de Reino, esa palabra es la palabra “Milagro”.

 

Bajo milagro entendemos un suceso en el cual Dios tuvo una implicación directa, es decir, tuvo que participar El para que ese hecho tenga la categoría de milagro y se refiere a cosas grandes e inauditas que nosotros como seres humanos no hubiéramos podido lograr, lo malo es que estamos acostumbrados a que esas cosas no sucedan con frecuencia en nuestras vidas, al grado que cuando vemos a alguien que hace tiempo que no vemos, le decimos “que milagro”, haciendo referencia a que Dios tuvo que intervenir para que pudiéramos ver a esa persona, pero también a que hace mucho que no vemos.

 

Para Jesús los milagros eran cosa cotidiana, es decir, eran algo que sucedía con cierta frecuencia y eran parte de su vida diaria, le aseguro que hay cientos y tal vez miles de milagros que realizó que no están documentados en la Biblia (esa es mi opinión), ya que sería demasiado largo el describirlos cada uno, y es justo ahí donde empieza mi meditación, si el mismo Jesús nos dijo que las cosas que El hizo y mas podremos hacer nosotros (Juan 14:12), quiere decir que los milagros, no tienen que ser cosa esporádica, por el contrario, pueden ser cosa que suceda a diario, pero como es que podemos hacer que sucedan?.

 

Para que un milagro de cualquier tipo suceda, es necesaria la fe y la oración de acuerdo a esa fe, pero muchas o la mayoría de las veces no sucede, porque primeramente nuestra oración no es algo cotidiano en nuestras vidas y segundo nuestra oración por lo general es acerca de cosas simples a las que según entiendo en la palabra Dios, El no se encarga, ya que previamente nos dejó una solución cotidiana para las cosas simples.

 

Que es algo simple?, algo que no requiere de la intervención de Dios en nuestras vidas, algo que es de este mundo y no de Dios.

 

Hace un par de días le comentaba acerca de 2 ejemplos que si entendemos el Reino de los Cielos, nos daremos cuenta que son simples y una de esas no nuestras finanzas, Dios habla muchísimo de finanzas o dinero (según usted lo quiera llamar), pero lo menciona muchísimas veces porque quiere que tengamos todo bajo control en nuestra área financiera, de manera que podamos ocupar nuestro corazón y nuestra mente a darle honor a El.

 

La cita del día de hoy me emociona, porque antes de entrar a la tierra prometida, Dios hace un pequeño recordatorio a Josué quien se estaba estrenando como Profeta delante del Pueblo de Dios, y le dice que todo lo que necesita en su vida (simple) está contemplado en su ley, y que si lo cumple, todo lo que haga le saldrá bien.

 

Y le digo que esta cita me emociona por el contexto histórico en el que se desenvuelve esta escena, es cuando están a punto de entrar a conquistar la tierra prometida que esta habitada por el enemigo y habrá que sacarlo de ahí, es decir y en otras palabras, Dios le dijo a Josué: las cosas de tu vida diaria están resueltas en mi ley, de manera que si la sigues (la ley) todo irá bien, de manera que tu oración la ocupes en cosas milagrosas y en lo que haré para que puedas poseer la tierra prometida.

 

Por tanto y trayendo este ejemplo a la vida cotidiana, todo lo que necesitamos para tener una muy buena vida, esta contenido en la Biblia, de manera que no nos es necesario orar a Dios al respecto de esas cosas simples, sino seguir la ley y tener la garantía de que no batallaremos por absolutamente nada, de manera que podremos ocupar nuestra oración mas seguido en cosas que tienen la característica de milagro y hacer que sucedan mas frecuentemente.

 

El llevar una vida de Reino, significa precisamente eso, que entendamos las cosas que nos corresponden como hijos de Dios y que una buena vida es una garantía para nosotros, de manera que lo que llevemos delante de Dios en oración sean realmente cosas difíciles donde le dejemos manifestar su poder y su grandeza absoluta.

 

Mi invitación de esta mañana es a que evalúe su oración, si sigue ocupando su tiempo delante de Dios en cosas simples que ya fueron garantizadas y están escritas (las cuales en lo personal no creo que tengan oído delante de Dios), o si está creyendo y recibiendo cosas inauditas que le reflejan como Hijo de Dios y que le permiten ser un impacto para los que le rodean.

 

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