Una de las cosas que mas me emociona de una vida en Cristo es que cuando nos atrevemos a vivirla, entramos a la dimensión del Reino de los Cielos, es decir, cuando empezamos a creer lo que está escrito y nos dedicamos a ponerlo por obra, empezamos a vivir de la manera de aquel lugar a donde pertenecemos y a tener los efectos de aquel lugar en vez de tener los efectos del lugar donde vivimos que es la tierra.

 

Una de las cosas que menos creemos de Dios es que Dios hable de dinero o que las cosas de Dios tengan que ver con el dinero, de hecho, quienes no conocen mucho de la palabra de Dios no toman en cuenta a Dios en sus asuntos monetarios sino hasta que están en aprietos financieros y necesitan un así llamado milagro, le suena?.

 

Curiosamente, uno de los temas que Dios mas habla en su palabra, es acerca del dinero, una y otra vez lo menciona, porque ciertamente sabe que es algo que nos ocupa y el amor que le podemos tener a El (a Dios) es disputado con el amor al dinero , y se que muy probablemente estará usted pensando algo así como “no, no es cierto, yo no amo al dinero y menos compararía mi amor a Dios con el amor al dinero”, pero pongámoslo de esta manera: haga un recuento de cuantas veces al día piensa usted acerca del dinero (cuanto tiene, cuanto no tiene, cuantas cosas se compraría si lo tuviera, que cosas habría logrado si lo tuviera, etc…) y cuantas veces acerca de Dios, de hecho a veces y lamentablemente, dependemos mas del dinero que tenemos y sus efectos en nuestra vida que de Dios, solo que estamos tan ocupados en vivir de esa manera que a veces no nos damos cuenta.

 

Por tanto y para nuestro beneficio Dios se encargó de escribir muchos consejos a lo largo de su palabra de como administrar nuestro dinero y mejor aún, nos dio una serie de promesas que hablan acerca de como podemos hacer para multiplicar el dinero de nuestras arcas, como mantenerlo en nuestras vidas y como vivir de una manera tranquila en la que el dinero no sea una preocupación y que podamos literalmente dedicarle a El todo ese tiempo que dedicamos en pensar en asuntos de dinero.

 

Lo interesante es que la ley y las promesas de Dios aplican para todos, para quienes las conocen y para quienes no, por tanto quien cumpla con las condiciones establecidas para el cumplimiento de algo, Dios será fiel a su palabra y proveerá aquello que tomó la precaución de dejar por escrito para dejar en claro quien es el Rey de reyes y Señor de señores, es decir el único Dios vivo y nadie mas.

 

La cita de hoy nos habla de que las matemáticas en el Reino de los Cielos, no son iguales que en la tierra, aquí 2 + 2 es igual a 4, pero, las matemáticas del Reino de los Cielos son dinámicas, es decir, el resultado de 2 + 2 depende del desapego que tengamos con el dinero y la actitud que tomemos ante el.

 

La Biblia declara que Dios es el dueño del oro y la plata y le aseguro que lo quiere compartir con usted y conmigo, pero nunca pondría en riesgo su relación con nosotros y mucho menos la de alguien quien no la tiene bien afirmada (la relación) o bien que no la tiene en absoluto, por tanto hay quienes se empeñan en pedir y pedir a Dios dinero y este pareciera que no escuche y no nos responde.

 

La Biblia nos reta todo el tiempo y una de las cosas a las que mas nos reta es a dar, no solo dinero, sino nuestro tiempo y nuestra capacidad de creer, nos reta a creer en cosas mas allá de lo que vemos y nos enseña el como lograr cosas que no vemos, pero que tienen un efecto tangible y permanente en nuestras vidas.

 

La cita de hoy, en especial me gusta, ya que habla sobre dar, habla sobre creer y hay quienes hacen las cosas con la intención de retar su propia fe, pero no crea, la palabra de Dios tiene que ver con Dios y no con nosotros, si usted hace algo pensando en recibir, nunca lo logrará, pero si lo hace con la finalidad de comprobar la fidelidad de Dios a su palabra, entrará en una nueva dimensión de prosperidad como no la había experimentado antes y con el respaldo del único que si puede hacer cosas asombrosas y permanentes.

 

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Un comentario

  1. Dios cada día me va confirmando su voluntad en mi vida. Gracias René Bendiciones!