Es asombroso las cosas que solemos decir en momentos de necesidad, cuando nuestra visión agotó sus posibilidades y no nos queda de otra mas que volcarnos hacia Dios y tratar de poner las cosas en sus manos.

 

Cuando digo “no nos queda de otra que volcarnos hacia Dios” es porque lamentablemente así suele suceder, no somos personas que estemos acostumbradas a incluir en Dios en nuestros planes, mas bien, solemos planear y con suerte oraremos y lo invitaremos a que sea el factor de éxito de nuestro plan, pero no parte del plan, pareciera que El no tuviera derecho a intervenir, opinar y asegurar la excelencia de lo que hacemos desde el momento de su concepción, le suena conocido?.

 

Esto nos sucede todo el tiempo, ya que no tenemos ese hábito de girar alrededor de Dios, movernos y hacer planes alrededor de su voluntad y su palabra, sino concebimos de una manera casi no voluntaria que es El quien gira alrededor nuestro y solo estuviera al pendiente de nuestras necesidades.

 

Hay personas que tienen a Dios tan fuera de sus planes que se atreven a decir cosas incoherentes como “Dios no me des!, solo ponme en donde hay”, es como si quisieran decir, “tu no sabes que es lo que necesito, así que dame opciones para yo escoger y enseñarte que es lo que necesito”.

 

Lo asombroso de esto ese que ese “lugar donde hay” esta a nuestro alcance, solo que es interesante que cuando lo mencionamos, pareciera que habláramos de un lugar físico con ciertas características y ciertas personas y que una vez estando ahí, pudiéramos manipular las circunstancias y los medios para obtener algo bueno, como si fuéramos mejores que Dios y entendiéramos mejor lo que necesitamos que El.

 

La Biblia declara que Dios es el Señor de Señores, también dice que El es todo poderoso y que no hay quien se le compare, de hecho la Biblia señala a Dios como el dueño del oro y de la plata, por tanto el “lugar donde hay”, no es otro mas que su presencia.

 

Al entender esto y pedirle a Dios que nos ponga “donde hay”, lo imagino como si estuviéramos cocinando un pastel y nos percatáramos que no tenemos azúcar en nuestra alacena para terminar de preparar lo que cocinamos y llamáramos a Dios por teléfono para pedirle que nos de azúcar, visualizamos ese lugar como lejano, por tanto no entendemos como es que esa azúcar llegará a nuestra cocina, siendo que tenemos toda la oportunidad de ir a la puerta de enseguida a la presencia de Dios y con taza en mano recibir lo que necesitamos, y no solo eso,  sino que nos serán presentadas una serie de opciones de diferentes azúcares que pudieran mejorar la receta de lo que estamos preparando.

 

Dios es omnipresente, es decir, está en todos lados, mas aún así nos damos el lujo de alejarnos de El y en ocasiones hasta acusarlo de que no nos escucha (por imposible que parezca ante un Dios que esta siempre en todo lugar), ya que somos nosotros los que aislamos y alejamos nuestro corazón de la presencia de Dios, por tanto no es que Dios nos tenga que atender porque El esta con nosotros, somos nosotros los que tenemos que ir a su presencia, en otras palabras, somos nosotros los que tenemos que abrir nuestro corazón para poder percibir esa presencia y entender que en ese lugar con nuestro corazón abierto hacia El y nuestros oídos atentos a lo que nos tenga que decir que podremos disfrutar la variedad de opciones que tenga para nuestra vida.

 

La cita de hoy nos habla del efecto de la presencia de Dios, nos da las características del lugar “donde hay” y nos garantiza una vida libre de fracasos y equivocaciones, pero depende de nosotros el ir a ese lugar donde El esta para y con nosotros para poder hacer uso de lo que nos promete y asegurar que todo salga como es en el Reino de los Cielos con excelencia y abundancia.

 

Por tanto, mi invitación para este fin de semana, es a que vaya a ese “lugar donde hay”, es decir, tome un tiempo para hablar con Dios y exponerle su situación, pero ojo!, no le de opciones de como resolverlo, mejor solo reconozca delante de El su incapacidad para hacerlo con recursos propios y permítale a El que le muestre la manera correcta y trascendente de como resolver cualesquiera que sea su problema.

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Un comentario

  1. ivan

    Gracias Rene por esta cita y tu reflexión en cuanto a ella. En estos días he estado preocupado porque debo dinero al colegio. Y no quiero comentarlo a mis Padres porque se molestarían del porqué el deber el dinero. Se me han presentado una serie de opciones en donde yo pudiera trabajar. Más yo le digo a Dios que la o las puertas que abro hacia un trabajo, si no son de Él, que las cierre de una u otra manera. Entonces eso es lo que ha pasado, las puertas para esos empleos se han cerrado. Aun tengo un poco de tensión porque no sé de donde obtendré el dinero ya que se acerca la fecha limite para pagar o sino me quedo fuera del semestre. Pero confío en Dios, ya que en Él está mi caminar diario. No sé como y que será lo que haga. Solo quiero verle actuar en mi vida. En pocas palabras, que «llene mi taza con la mejor azucar para mi pastel» un enorme abrazo! DTB