Hace unos días tuve la oportunidad de viajar de nuevo en mi coche desde la ciudad de Guadalajara hasta la ciudad de Chihuahua, fue un buen viaje, aunque un poco largo, el viaje duró un poco menos de 12 horas, las cuales creo que aproveché bien para pasar en presencia de Dios, exponer muchas cosas que tenía pendientes de platicar con El y poner en sus manos y también aproveché para agarrar un poco de color durante el trayecto.

 

Como muchos de los que me leen saben, conduzco un pequeño coche de la marca Smart y es hasta cierto punto cómico que en las carreteras las personas se me queden viendo, como si concibieran prácticamente imposible que un coche de tales dimensiones circule por carreteras y autopistas y mas aún a la velocidad promedio de cualquier coche de tamaño “normal”, de hecho y últimamente, hay muchos retenes tanto del ejercito como de la policía federal en México que aseguran que los particulares no porten armas ni drogas y hacen revisiones aleatorias a los transeúntes de las carreteras y en ese chequeo “aleatorio” mi pequeñísimo coche termina siendo revisado casi todo el tiempo (a pesar de que no le cabe casi nada) por curiosidad de quienes trabajan en estos retenes y pareciera que se ponen de acuerdo, ya que todos me hacen las mismas preguntas todo el tiempo, que si es seguro viajar en ese coche, que si no lo mueven los camiones y autobuses cuando pasan al lado mío, que si no me da miedo viajar en ese coche tan chiquito, etc., etc., de alguna manera, pareciera que cada persona lejos de esperar y pretender que me fuera bien en mi coche, estuvieran esperando que les confesara que no es seguro, ni me gusta, y tengo miedo, para que estuvieran contentos y satisfechos con mi respuesta, de hecho hay quienes se vuelven tan insistentes que se torna un poco molesto.

 

También después de cerca de 3 años de viajar constantemente por avión debido a mi trabajo, ahora que Dios ha hecho cambios en mis labores, ahora viajo en carretera todo el tiempo y cuando llego a mis destinos, es muy común que la gente me pregunte si no es peligroso, que si no me da miedo, debido a la situación de violencia que pasa México, a lo que tengo que responder siempre que obviamente tomo mis precauciones para viajar, pero lo mas importante, es que no salgo a ningún lado sin asegurar que la presencia de Dios vaya conmigo, y más importante aún, que cada uno de mis viajes, tenga un propósito en el Señor, para asegurar que cada viaje sea una enmienda exitosa que me permita regresar no solo bien, sino triunfante a casa.

 

Últimamente he tenido que aprender de manera distinta a los muchos cuestionamientos que la gente me hace, ya que en vez de ver molesto el que me pregunten sobre la seguridad de mi coche o la seguridad de las carreteras mexicanas, veo en cada pregunta una oportunidad para exaltar el nombre de Dios, últimamente he aprendido a responder con la frase que reza “inseguridad?, para nada, esas cosas son para las personas que no conocen y no temen a Dios!” y pudiera parecer un poco presuntuosa, porque en realidad no se cual es la relación para con Dios de cada persona, pero esa frase es siempre una llave para abrir la oportunidad de hablar de Dios y sus beneficios con cualquiera, creyente o no creyente, no lo cree?.

 

Nuestra sociedad se esta acostumbrando a la desventura, nuestra sociedad se alimenta de las malas noticias, nuestra sociedad esta aprendiendo a vivir con miedo, ya que escucha mas cosas malas que buenas, cada día es mas común escuchar que alguna persona cercana fue secuestrada, asaltada, o simplemente le clonaron su tarjeta bancaria en algún establecimiento y alguien sacó una cantidad importante de su cuenta, las personas salen menos a la calle que antes, las personas viven cambiando sus hábitos, tratando de que nada les pase y buscan el cuidado de Dios como si este fuera un guarda espaldas en vez de un Dios poderoso.

 

Y es justo de eso de lo que quiero hablarle, la Biblia nos promete que Dios ha puesto poder en nuestra boca, mas es responsabilidad nuestra el usar ese poder a favor de nosotros mismos y otras personas, o usarlo en contra, pero es difícil usarlo a favor si nuestra mente y nuestro corazón están mas convencidos del mal, ya que lo ven todo el tiempo alrededor de si, que del bien y el poder de Dios que lo perciben como si fuera solo para unos cuantos que son “cercanos a Dios”.

 

Hay varias cosas a considerar antes de abrir nuestra boca, Dios habla de que somos embajadores del Reino de los Cielos, y en ese lugar no existen ni los secuestros, ni los asaltos, ni las clonaciones de tarjetas bancarias, pero es nuestra responsabilidad, el asegurar que la presencia de Dios vaya con nosotros a todo lugar y que no solo lo digamos, sino que lo sintamos y estemos seguros de ello, y con ello aseguremos que Dios nos hará inmunes al sufrimiento y nos permita ver su mano y la oportunidad de expandir ese Reino en todo lo que hagamos.

 

La cita de hoy es una de mis 10 favoritas, ya que es una advertencia poderosa, nos habla de que las malas conversaciones, corrompen las buenas costumbres, y sabe, el estar bien es una buena costumbre, el ser bendecido es una buena costumbre, el ser exitoso es una de las costumbres que deberíamos de estar acostumbrados, pero nuestro peor enemigo para tener esos hábitos, somos nosotros, ya que anhelamos estar bien, anhelamos ser bendecidos y exitosos, pero lo que sale de nuestra boca y lo que guardamos en nuestro corazón son los principales enemigos de que las cosas sucedan como en el Reino de los Cielos.

 

No se confunda, esto no es nada parecido a la famosa “ley de la atracción”, es un principio Bíblico, no es algo que tal vez suceda, es una promesa y una garantía dada por Dios, pero que por desconocimiento, muchos aplican en pocas ocasiones y pocos aspectos de su vida.

 

Cada vez que viajo en mi pequeño coche, recuerdo detalladamente, como es que Dios propició que lo comprara, por tal y apoyado en la marca y los detalles del productor, manejo confiado en el coche y cada vez que me hacen una pregunta que pareciera indicar llevar a una mala conversación acerca del coche, la manipulo a ser una excelente conversación acerca de sus atributos y su seguridad, de hecho me preguntan todo el tiempo si me pagan comisión por promoverlo!, obvio no es así, pero se que Dios no iba a cambiar mis hábitos de viaje y darme un coche que no es seguro, eso pondría en riesgo su propósito en cada viaje que hago, no lo cree?.

 

También he aprendido a hablar bendición sobre las carreteras de México, hablo de las buenas condiciones en que se encuentran, he aprendido a abordar con gracia el hecho de los muchos retenes que hay en ellas y entiendo la preocupación que hay de parte de las autoridades para con la población civil de manera que aseguran que existan estos retenes y aprovecho para orar por ellos y bendecirlos cada vez que los veo.

 

Por tanto mi invitación de esta mañana, es a que reflexione en sus palabras, revise meticulosamente el contenido de sus conversaciones y asegure que todo aquello que lleve a una mala conversación sea eliminado y empiece a hablar el bien y apóyelo en la palabra de Dios, así asegurará que el estar bien sea una costumbre en su vida, juntamente con el éxito y el favor constante de Dios en su vida.

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Un comentario

  1. Eva

    Amen!, totalmente de acuerdo, y ahora que lo pienso, es hasta en lo mas minimo de las conversaciones que surgue, me pasa en el lugar en que vivo, es un lugar tranquilo , en el campo fuera de la ciudad, y la gente Siempre esta insitiendo, en que si es un lugar inseguro, que si la carretera es peligrosa, que si no me da miedo ..tratando se infundir sus temores y contamindando con sus pensamientos al dejarlos salir por su boca.. muchas. gracias por esta palabra, me da otra perspectiva de las cosas que uno debe de hablar y declara uno con la boca. Bendiciones