Soñar es una de las cosas más fáciles que existen y creo que es uno de los recursos mas comunes que solemos usar para hacer que nuestros momentos sean más felices o simplemente para dejar de ver algo que nos agobie o algo que nos haga sufrir, coincide conmigo?.

 

Hay quienes pasan largos períodos de su vida soñando, de hecho hay grandes empresas a nivel mundial que tienen su fundamento en un sueño, es decir, la ilusión de una persona materializada en un sueño, ha llevado a personas a convertirse en emprendedores exitosos que no solo han amasado grandes fortunas, sino con su vida de éxito también han glorificado el nombre de Jesús y lo han puesto muy en alto.

 

El día de ayer le compartía acerca de aquella frase que me vino a la mente y al corazón al  escuchar a un buen amigo compartirme de sus sueños, la frase era: “la diferencia entre un soñador y un emprendedor es que el segundo tiene un plan”, se lo digo, porque esta frase movió mucho dentro de mi, no porque yo la haya pensado, sino porque me he tenido que dar cuenta en mi propia vida cuantos sueños se han quedado ahí en la etapa de sueño y nunca ha pasado nada con ellos (a lo mejor muchos han muerto por inactividad) y nunca maduraron al grado de hacerlos realidad.

 

Al pensar en esto tuve que reflexionar varias cosas y entender muchas otras acerca de los sueños y se los quiero compartir:

 

Los sueños son sueños, porque muchas veces no tienen un fundamento y están lejos de la realidad, ojo, hay una diferencia entre “la” realidad y “nuestra” realidad, es decir hay cosas que son realidad que nunca sucederán porque van por ejemplo en contra de la voluntad de Dios y por tanto, por mucho que oremos y pidamos, jamás sucederán, eso es “la” realidad, pero hay sueños que se hacen realidad porque no estamos listos para recibirlos o para vivirlos, como ejemplo sería pedirle a Dios una esposa e hijos a los 12 años de edad, “nuestra” realidad es que no tenemos ni la madurez física, emocional, intelectual ni económica para tener una familia, pero que es algo que si damos oportunidad al tiempo y ponemos de nuestra parte le podemos poner solución, para fundamentar una linda familia (obvio, es solo un ejemplo un poco extremo), por tanto uno de los primeros pasos a seguir para realizar un sueño, es ubicarlo en la realidad, no lo cree?.

 

Otra de las cosas que suelen pasar con los sueños, es que solo los vemos como un beneficio, pero no estamos dispuestos a hacer nada en pro de que ese sueño se cumpla, es como querer sacarse la lotería y no comprar boleto!, creo que mínimo deberíamos hacer eso no cree? (aunque en lo personal estoy convencido de que Dios no nos daría la lotería a ninguno de sus hijos, no creo que fuéramos capaces de desapegarnos de algo así) y es precisamente de este tema que quiero hablarle.

 

Al hablar de un sueño, no puedo evitar recordar a José el “famoso” soñador, Dios puso en el un sueño, que sus hermanos algún día habrían de inclinarse a el, pero era solo un jovencito, el menor de sus hermanos y no tenía la preparación que ellos tenían, de hecho no contaba siquiera con su amistad, no solo por la diferencia de edad, sino por el trato  diferenciado que su padre le daba, por tanto y viendo “su” realidad, José no tenía la más mínima idea de como es que su sueño se cumpliría.

 

El resto de la historia la conoce, sus hermanos le golpean y hacen creer muerto ante su padre Jacob y le venden como esclavo, haya gracia ante su amo y es luego acusado de violación por la mujer de su amo, y pasa largo tiempo en la cárcel y así sucesivamente hasta que llega a ser segundo al mando en el reino del Faraón y tiene un puesto de autoridad en el que sus hermanos un día van delante de el y se postran pidiendo clemencia y alimento, y es entonces que el sueño puesto en José se cumple.

 

Muchos creen que el tiempo en la cárcel fue el precio que José tuvo que pagar para poder realizar su sueño, yo en realidad no lo creo, conozco el corazón de Dios y se que no hace las cosas de esa manera, mas estoy firmemente convencido de que el precio que José tuvo que pagar, fue el aprender a dar el crédito del cumplimiento de su sueño a Dios, a dejar de hacerlo propio y de no jactarse por ello, sino por medio del cumplimiento de ese sueño, dar la verdadera honra y gloria a Dios.

 

La cita de hoy es una que me impacta mucho, ya que no solo tiene un gran poder y una gran verdad en si, sino que es muy mal entendida, muchos han hecho ver que el tomar una cruz es tomar una carga pesada y desagradable, difícil de llevar, pero en realidad es algo mucho mas fácil y sencillo de lo que usted y yo solemos creer, ya que al final todo se trata simplemente de reconocer que nuestro sueño será y permanecerá siendo un sueño en nuestras manos, y que puede ser mas allá de una realidad si le damos paso a Dios a que se luzca por medio de aquello que hizo en nosotros para realizarlo, cuando permitimos que sea El quien ponga en nuestras manos los medios, los acompañamos de nuestro esfuerzo, amasamos las cosas adecuadamente y luego lo encoronamos con la voluntad de Dios de manera que tengamos que reconocer como José que con medios propios nunca lo habríamos logrado y que le debemos todo a El.

 

Toda historia de éxito es digna de contarse, para los que amamos a Cristo aun mas, ya que por medio de nuestras historias hacemos famoso el nombre de Cristo, es un precio que le duele a nuestro orgullo, pero que no es caro, si nos acostumbramos a ser los segundos a bordo del éxito recurrente de Dios en nuestra vida, no lo cree?.

 

Mi invitación de esta mañana es a que ponga acción a cada sueño, pero siempre tomando como primer paso el tomar la cruz de darle el crédito de todos nuestros logros al único que tiene el poder sobrenatural de poner lo natural a nuestros pies, para establecer que es Todopoderoso.

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