La Biblia nos promete que somos incapaces de vivir sin pecar, pero la verdad pocas personas se toman el tiempo para meditar acerca de ello y entenderlo adecuadamente, ya que lejos de ser algo malo, es algo completamente bueno.

 

Obvio, el pecar en si es algo malo, el pecado encierra todo aquello que nos aleja de Dios y de su voluntad, pero tenemos que recordar que fue precisamente Dios quien nos creó de esa manera, entonces, que sentido tiene que Dios nos haya creado con una inevitable tendencia a alejarnos de El?, es sencillo, El anhela y se goza en que dependamos de El, es decir, de la misma manera que la Biblia nos promete que somos incapaces de dejar de pecar, la Biblia también nos promete que el único remedio contra el pecado es la sangre derramada en la cruz para el perdón de esos pecados y con un efecto eterno, es decir, cada pecado solo tiene que ser perdonado una sola vez y para siempre, esa es la parte que nos hace dependientes de El, ya que ni aun nuestra mente es capaz de olvidarse del pecado y de perdonarse a sí misma por ese pecado.

 

Esto es mas sencillo de lo que parece, solo que algunas personas viven con a idea de que las cosas de Dios son complejas y con ello tienen la excusa perfecta para no tener que lidiar con ellas en su diario vivir, sé que como lo planteo suena fácil y créame, es tan fácil como lo lee.

 

Una de la cosas que he aprendido a hacer a lo largo de mi caminar en Cristo, ha sido el aprender a hacer viva la palabra de Dios en mi vida, es decir, cada frase que leo, cada pasaje que repaso, es mi intención el no solo entenderlo con mi mente, sino el vivirlo de manera que entienda el Reino de los Cielos y pueda vivir en el, aun en esta tierra y es precisamente la cita de hoy, la que me tomó un poco mas de lo normal el entender y asimilar, ya que es una cita que pareciera sencilla y promete mucho, pero en definitiva no es una frase para entenderse intelectualmente, ya que como es que Dios puede poner algo en nosotros que aun nuestra mente se niega a hacer?.

 

No podemos olvidar que Dios nos dio uno de los mejores regalos existentes después de la salvación, el libre albedrío, es decir, la capacidad de decidir por nosotros mismos y la garantía de que cada uno de los actos de nuestra vida serán responsabilidad nuestra y de nadie mas, entonces, como es que Dios puede poner en nosotros el querer como el hacer?, como puede ir mas allá de nuestra voluntad?.

 

Hace algunos días venía de regreso a casa en la carretera y escuchaba un plática llamada “como permanecer limpio en un mundo de suciedad” y hablaba sobre una persona que vivía una vida de constante pecado sexual y que en su propia mente no percibía el como poder dejar de hacerlo, si sus propios ojos lo traicionaban todo el tiempo y ni que decir acerca de su mente, si en fracción de segundos ya se encontraba elaborando toda una historia cuando veía pasar a alguien por la calle.

 

Cuando escuché esto, recodé claramente que el pecado no se origina al momento de robar, o tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, ni cuando maldecimos a alguien con nuestra boca, en realidad el pecado se origina en el momento que le damos cabida en nuestra mente, inmediatamente recordé a alguien que comentaba acerca de un libro que leyó que relataba como un hombre fue infiel a su mujer y como ese pecado tenía 40 días alojado en su mente, antes de siquiera tocar a otra mujer que no fuera la suya, el libro relataba como cada día su mente hacía crecer la fantasía, hasta que llegó al acto en si (si alguien sabe como se llama el libro se lo agradecería me lo hiciera saber), en otras palabras el día que este hombre tomó a esa mujer que no era su esposa, tenía 40 días pecando, y no simplemente pasó en ese momento.

 

El entender eso, me tomo algo de tiempo, ya que por lo general las personas solemos pensar que no pecamos mientras pensamos en cometer un acto contrario a Dios y por ello nos la pasamos dándonos “baños de pureza”, ya que nos comparamos con otras personas que si comenten actos físicos (de cualquier índole, no tiene que ser sexual) de pecado.

 

Por tanto entendiendo esto, nos damos cuenta que no podemos dejar de pecar, ya que muchas veces no podemos dejar de pensar en el pecado, de hecho hay quienes les gusta hacerse pecadores cuando ven que alguien mas tiene u obtuvo algo bueno y le dicen “que envidia, pero de la buena” cuando saben que no existe cosa tal como la envidia buena y que toda envidia es pecado, en vez de simplemente festejar a esa otra persona y disfrutar con ella y por ella ese beneficio que obtuvo.

 

Al sabernos pecadores desde nuestros pensamientos, muchas personas empiezan a reprimir sus pensamientos, es decir, tratan de no pensar en lo que su mente esta a punto de maquinar, ya que creen que con sus propias fuerzas lograrán ser agradables a Dios, siendo que no es así, es precisamente en este momento cuando podemos darle oportunidad a Dios para que se engrandezca en nuestra debilidad y le quiero explicar como hacerlo.

 

Hay cosas que no podemos dejar de sentir o pensar, ya que están directamente ligadas a nuestra carne y muchas de ellas son consecuencia de hábitos añejos, por tanto cada vez que en nuestra mente y en nuestro corazón surja algún pensamiento que tienda al pecado, no debemos de reprimirlo, ojo, tampoco le de vuelo a la hilacha en su mente, sino con plena conciencia de ese pensamiento y ese sentimiento, haga un pequeño alto y entréguelo a Dios, explíquele como le es imposible dejar de pecar, si lo identifica, explíquele desde donde viene ese pensamiento y ese sentimiento y reconózcalo como desagradable a Dios y déjelo en sus manos… si, simplemente así, contrario a todo lo que usted y yo entendemos con nuestra mente, Dios necesita solo eso, para poner en nosotros el querer como el hacer, el necesita que reconozcamos nuestra inhabilidad para dejar de pecar y que dobleguemos ante El nuestra voluntad, para que sea El quien actúe y nos transforme en aquellos seres que planeó desde antes de la creación del universo.

 

Por tanto el día de hoy le quiero invitar a ello, tómese un tiempo y medite en la cita de hoy, entienda mas allá de con su mente que solo hay un poder sobrenatural y este no se encuentra escondido dentro de su propia voluntad, pero que si puede ser invocado por el espíritu que Dios le dio y que al reconocer que su mente y su corazón tienden a pecar en todo momento y que necesita ayuda, simplemente pídala en el momento adecuado, al comienzo de su pecado que es en su mente y entréguelo a aquel que se hace llamar a sí mismo todopoderoso (afortunadamente para nosotros) y note como es que Dios no le cambia de la noche a la mañana, sino que le transforma progresivamente en un verdadero hijo de Dios.

 

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3 Comentarios

  1. Sí he escuchado de ese libro, aunque yo no lo he leído

  2. que el Sr. te siga bendiciendo, dando sabiduria y rema en su palabra, has sido una bendicion en mi vida. Gracias por estos devocionales que nos enriquezen en la palabra del Dios

  3. Wow!, palabra de Dios vino a mí.. Muchas Bendiciones en su vida, y que Dios lo siga utilizando. Lei el devocional de hoy 29 de Junio, y me llamó la atención el devocional de ayer, y en el orden que los leí fue el más adecuado para que Dios me conteste muchas cosas. Gracias!