En lo personal soy una de las personas que disfruta del comer, no es tanto que me guste comer mucho, sino que me gusta la buena comida, de hecho tengo la costumbre de tomar fotografías a la comida que vale la pena recordar y alguna de ella incluso la comparto con mis amigos en facebook.

 

Creo que para el promedio de la gente, comer no es una preocupación, siempre y cuando sepan que van a comer a su hora o al menos en ese día, pero se convierte en una preocupación cuando el hecho de que llegue la siguiente comida se convierte en algo incierto, no se si lo ha notado, pero es precisamente cuando por alguna razón sabe que no habrá algo de comer que le da mas hambre de lo normal?, y que por alguna razón no puede dejar de pensar en ello?.

 

Lo que le cuento no es un caso aislado, es algo cotidiano, sumamente común y normal, nuestra mente almacena y programa los hechos de nuestra vida y hay cosas que en nuestro subconsciente suceden en automático, somos seres que estamos acostumbrados a ser rutinarios y sentirnos cómodos en esas rutinas, la rutina nos proporciona tranquilidad, pero cuando se rompe esa rutina, es que empezamos a preocuparnos por la incomodidad que nos ocasiona la incertidumbre de lo que pasará.

 

Dentro de mis hábitos esta el comer carne, creo que eso lo heredé de mi Madre, ambos somos grandes carnívoros y aunque en ocasiones he considerado (sólo considerado) el adoptar una dieta vegetariana, el puro hecho de prescindir de la carne me asusta y dejo de pensar en ello, hasta que hace un par de semanas conocí a alguien quien me pidió la invitara a comer a un restaurante de comida mexicana, a lo cual elegí una de mis opciones favoritas en la ciudad de México y estaba dispuesto a lucirme mostrándole las delicias de la comida mexicana (ya que esta persona es extranjera), todo el plan era perfecto, hasta que una vez en el coche y ya rumbo al restaurante me comparte que es vegetariana, no le miento al decirle que tuve que frenar por completo ante mi asombro!, como que es vegetariana y pretende que vayamos a un restaurante de comida mexicana!?!?!.

 

Obviamente la persona de la que le cuento, no iba a cambiar sus hábitos alimenticios por ir a un restaurante de comida mexicana, pero me retó a que descubriera como es que podíamos hacer una comida completa y sin la necesidad de quedarnos con hambre en un restaurante de comida mexicana, y le voy a decir que así fue, comí de todo, obvio menos carne y quedé mas que satisfecho, fue una experiencia digna de repetir.

 

Al pensar en esto, no pude evitar en recordar al profeta Daniel quien por no contaminarse decidió no comer de la mesa del rey Nabucodonosor, y adoptó una dieta vegetariana en la cual afligió su carne durante años con el objetivo de agradar a Dios por medio de no contaminarse, y logró su objetivo, y es uno de los profetas mas reconocidos de la Biblia, a lo cual, puse el tema en oración y pedí a Dios me diera la oportunidad y la instrucción para ayunar de la manera que Daniel lo hizo, y no le miento, lo hice con cierto temor, ya que era yo uno de los fieles convencidos que es mas fácil dejar de comer en lo absoluto que solo comer una dieta restringida y mas cuando esta uno de viaje, como lo estoy yo constantemente.

 

Así que habiendo recibido una respuesta afirmativa de Dios, empecé mi ayuno por un lado buscando la voz de Dios y por el otro lado dejándome sorprender por lo que iba a aprender sobre el comer solo cosas de origen vegetal y nada de origen animal por una semana, lo compartí al staff del hotel y le prometo que ha sido una gran experiencia culinaria, no tiene idea, al grado que alguien comentó en mi facebook, que lejos de parecer un ayuno de Daniel, lo mío parece un banquete de Daniel y tiene mucha razón en decirlo, y lo mejor de todo es que la voz de Dios ha estado ahí durante todo el tiempo, como El lo promete cuando ayunamos.

 

Por que le comparto todo esto? y que relación tiene con la cita de hoy?, es sencillo, como le comenté, solemos ser seres rutinarios, cada vez más nos acostumbramos a sobrevivir con nuestros propios medios, y nos acostumbramos a prescindir de aquellas cosas en las que no podemos influir, pero es cuando algo que sale de nuestra rutina sucede, que nos acordamos de Dios y empezamos a clamar y nos desesperamos por no recibir esa respuesta que esperamos y necesitamos, es decir, de cierta manera, no nos preocupamos por Dios en nuestras vidas, porque nuestro subconsciente sabe que El siempre esta ahí, pero cuando estamos en apuros y tenemos gran necesidad de El, es cuando pasa como cuando nos damos cuenta que no comeremos ese día, nos da mas hambre de la voz de Dios y nos desespera el no escucharla, le ha sucedido?.

 

Afortunadamente Dios tenía esto previsto y lo dejó por escrito en su palabra, para que tomáramos nota de ello, y está precisamente documentado en la cita de hoy, cuando Jesús entendió de Dios que era el tiempo de comenzar su ministerio, fue a bautizarse, pues sabía que así era conveniente, pues tenía que ser obediente y posterior a esto fue al desierto y ayunó por 40 días, lo interesante es que Satanás pensó que Jesús habiéndose hecho hombre sería débil como los hombres y por ello le trató de tentar como a los hombres y por ello le retó a convertir las piedras en panes, pero se equivocó, Jesús se alimentaba de algo que no era físico, y no era efímero, su alimento venía de lo espiritual y de lo eterno, del Reino de los Cielos.

 

A lo que pretendo llegar con el devocional de hoy es a que estamos tan acostumbrados a nuestras vidas rutinarias y estamos tan acostumbrados a vivir por nuestras propias fuerzas y con las cosas bajo nuestro propio control, que nos desesperamos fácilmente cuando estas salen de ese control y de esa rutina y es entonces que nos atrevemos incluso a culpar a Dios de no escucharnos y de no respondernos, aunque en realidad no estamos acostumbrados a ver con una visión mas amplia y a entender la variedad y la riqueza de respuestas que nos puede dar, que buscar de El no es como muchos entienden el restringirse de muchas cosas y vivir una vida como dicen en México “mocha”, sino como mi experiencia en mi ayuno de Daniel, esta llena de delicias y banquetes en forma de bendiciones, de la constante voz de Dios y sus señales en nuestra vida, y al grado que podríamos hacer como Jesús, el verdaderamente alimentarnos de lo que sale de la boca de Dios y no solo ir esporádicamente por un postre o un dulce a su presencia.

 

Mi invitación de este viernes y con la intención de que lo reflexione el fin de semana, es a que no espere a estar en problemas o en una situación fuera de su rutina para depender de Dios, no espere a que las cosas cambien, empápese de la palabra, conózcala, créala, hágala verdadera en su vida, para que pueda como Jesús prescindir de las cosas de este mundo y depender de lo que viene de Dios, se dará cuenta que es mas abundante, mas variado y de mejor sabor que cualquier cosa que haya probado, deje a un lado su carne y aliméntese del Espíritu de Dios que esta aquí para darle una vida plena, ajena a las rutinas y llena de todo aquello que existe en el Reino de los Cielos.

 

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2 Comentarios

  1. Tienes mucha razon Rene, si realmente queremos un cambio, naseciramos llenarnos de la palabra y el nos llenara todoss esos huecos de nuestro ser, Rene gracias por recordarnos x k aveces vivimos una vida tan rutinaria k se nos olvida k tenemos k hacer para estar bien con Dios.

  2. Es un reto paa salir de nuestra rutina… gracias