Uno de los problemas mas frecuentes de los que se dicen creyentes en Cristo es que son itinerantes, es decir, no saben vivir en la constante presencia de Dios, no saben hacer de su vida en Cristo algo que suceda todo el tiempo y no deje de ser, por tanto es muy común escuchar a las personas orar como si nunca antes hubieran sido bendecidas y con el temor de que Dios no les escuche.

 

Obviamente no puedo generalizar, pero lo digo con mucha libertad, ya que es muy frecuente que las personas olviden la cantidad de ocasiones que Dios ha hecho algo en sus vidas, es muy común que las personas olviden el ser agradecidas y es muy común el que las personas olviden hacer de Dios alguien cotidiano que esta realmente cerca, alguien que esta todo el tiempo ahí y que no va a ningún lado, pero suelen hablarle en cada ocasión como si comenzaran de nuevo y como si en cada ocasión tuvieran que entablar de nueva cuenta una relación con El, como si El se olvidara de nuestra relación con nosotros como nosotros solemos hacerlo.

 

Una de las cosas que aprendí hace años es que lo físico tipifica lo espiritual, es decir, por medio de lo físico podemos entender aquello que no siempre vemos, pero que viene de la mano del Padre, y es mas o menos así:

 

Imagine que esta usted de compras, sin dinero, pero Dios le da la oportunidad de hacerse de una sala, una cama, el equipamiento de una cocina, una lavadora y una secadora, en menos de lo que se imagina, tiene usted todo el equipamiento de una casa que le fue dado por Dios, que es lo que necesita ahora?, obvio, una casa en la cual guardar estas cosas y vivir rodeado por ellas, no?.

 

Espiritualmente no sucede de manera distinta, Dios nos da una infinidad de cosas cada día, cosas que por nuestras propios medios no hubiéramos alcanzado, cosas que muy probablemente no hubiéramos merecido, cosas que van mas allá aun de nuestra oración, pero solo las recibimos, en ocasiones damos gracias a Dios por ellas y seguimos viviendo como si no hubieran existido, es como si dejáramos un sillón o sofá a media calle, o un juego de vasos en la banca de un parque!.

 

La cita de hoy nos habla de eso, Dios pretende que todo aquello que El pone en nuestras vidas, sea parte de nuestro crecimiento físico, emocional, intelectual, pero sobretodo espiritual, que almacenemos y administremos todo aquello que nos da, para que todas esas cosas nos hagan crecer y nos eviten pasar por el mismo proceso mas de una sola vez, para que así también nos podamos arrepentir de cada pecado en una sola ocasión y no dejemos de avanzar hacia El, para que quitemos la vista de nuestra vida cotidiana y podamos alzarla mirando hacia el objetivo de la eternidad.

 

Por tanto Dios nos habla de que debemos de ensanchar nuestra tienda, entendiendo que en el tiempo de la Biblia algunos hombres vivían en tiendas, pero vea, que Dios nos invita a que esa tienda la ampliemos, para que tenga la capacidad de almacenar mas cosas que hagan nuestra vida mas fácil y cómoda, pero note que un cuando en esos tiempos ya existían casas y edificios, hizo mención de las tiendas, y lo hizo con la intención de hacernos entender que en cualquier momento nos va a mover y que no tenemos que estar apegados a nada que no sea su gracia y su misericordia y que en definitiva cada lugar al que nos mueva, tendrá un propósito.

 

Por tanto mi invitación de esta mañana es una muy especial, le voy a compartir el consejo que en alguna ocasión me dio mi Tío y Pastor, tenga a la mano una libreta, la cual dedique especialmente para las cosas de Dios, en ella documente cada vez que Dios respondió su oración, documente cada vez que entendió algo nuevo y esta seguro que le fue revelado por el Espíritu Santo, documente cada situación que tenga que ver con la intervención de Dios en su vida, para que?.

 

Es sencillo, para que las lea de manera constante, para que tenga esa conciencia y certeza de la presencia de Dios de manera continua en su vida, para que aprenda de cada situación y no pase por ella en mas de una sola ocasión, para que no olvide las promesas de Dios en su vida y aumente su esperanza y para que se de cuenta de cuantas cosas en su vida vienen de parte de Dios y no las olvide, las haga constantes y viva basado en ellas (obvio respaldadas cada una de ellas en la palabra de Dios), haga de cada intervención de Dios en su vida algo así como un mueble, el cual le recuerda a Dios, que le hace vivir pleno y cómodo, hasta que no le quepan y tenga que ensanchar su tienda para que quepan mas y mas bendiciones en su vida y se denote a usted mismo como un dependiente de la intervención de Dios en su vida.

 

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