Hace un par de días en muchos países se celebró el día de las Madres y el día de hoy se celebra en México y quiero entender que en otros países de Latino América también, y he tenido muchos días para pensar y meditar sobre ello, ya que afortunadamente tenemos mínimo un día al año para celebrar a aquellas que nos dieron la vida, aunque lamentablemente muchos solo ese día se acuerdan de que tienen Madre y tratan de en una sola ocasión compensar todas aquellas muestras de cariño que no hicieron el resto del año.

 

Pero no es el juzgar a quienes no expresan su amor todo el tiempo la intención de éste devocional, sino entender lo que nuestro corazón siente cuando pensamos acerca de nuestra Madre, ya que es algo profundo, que por lo general no podemos explicar.

 

Hace unos días yo tuve la feliz oportunidad de visitar a mi Mamá y pasar buenos ratos con ella y fue genial tener que regresar a casa con una enorme maleta extra llena de cosas que había comprado y preparado para mi y que se emocionaba solo del hecho de pensar como es que las usaría!, jamás pensé que una aspiradora le causara tanta alegría a alguien y mas si no era para ella!.

 

Cuando tomé mi autobús de regreso a casa con mi abundante equipaje (raro en mi, ya me había acostumbrado a viajar ligero), me llenó una sensación de nostalgia, tristeza y felicidad a la vez, cuando veía por la ventanilla del autobús, sabía que ahí había alguien que daría la vida por mi, y que no tendría ningún reparo en hacerlo, y fue ahí donde lo entendí!.

 

Las Madres tienen una ventaja sobre todos nosotros, nos llevaron en el vientre, nos vieron nacer y crecer, somos mas de ellas que de nadie!, solo ellas saben lo que es dar vida, de la misma manera que Dios lo hace con nosotros, por tanto y por ser parte de ellas mismas, tienen esa capacidad de amarnos al grado de dar su vida por nosotros, es por ello que no duermen cuando nosotros no lo hacemos y por lo que pasan horas en vela, mas preocupadas que nosotros mismos por nuestros propios problemas.

 

Por tal logré entender que las Mamás tienen un reflejo automático del amor que Dios tiene por nosotros, es un recordatorio constante de cuanto nos ama El y así como tenemos presente a nuestra Mamá todo el tiempo, espera que nosotros lo tengamos a El.

 

Jesús nos recordó en la cita de hoy eso mismo, que no hay mayor amigo que quien da la vida por sus amigos y a quien podríamos llamar un mejor amigo en la tierra que nuestra Mamá, por tanto podemos empezar a entender ese amor que sentimos, ese agradecimiento, aquello que va mas allá de nosotros mismos y que pareciera que va a explotar cuando pensamos en ello.

 

Es asombroso poder entender las cosas de Dios, es asombroso poder ver que lo que Dios puso en nuestra vida, y que esa persona que puso ahí, no es mas que un reflejo de lo que El hace por nosotros, así como tenemos en nuestra Madre una amiga entrañable y a la que todo podemos confiar, así pretende El que tengamos un amigo en El, ya que nuestra Madre podría dar la vida por nosotros, pero El, ya la dio y no se escatimó a si mismo para hacerlo.

 

Dos versículos mas adelante (Juan 15:15), Jesús explicaba como es que nos hacemos amigos de Dios, de la misma manera que lo hacemos con nuestra Madre, ellas nos enseñan y nos revelan los grandes secretos y sucesos de la vida, así Jesús también, El es la fuente de la sabiduría del Reino de los Cielos y es cuando entramos en amistad con El que nos son reveladas aquellas cosas que no entendíamos.

 

Por tanto el día de hoy (no importa si esta usted en México o en cualquier otro lado) témese la oportunidad de pensar en su Madre y no solo le agradezca a ella todo lo que ha hecho y lo que hace por usted, sino déle gracias por permitirse ser un gran instrumento tangible de Dios para mostrarnos su amor y déle honra y gloria a Dios por darnos ese ejemplo tan gran de su amor y la manera de como El nos ama.

 

No podría dejar pasar la oportunidad dejar pasar la oportunidad para bendecir a Dios por la vida de mi Madre, por ser la viva expresión del inagotable amor que El nos expresa, por ser portadora de la interminable paciencia y la mayor fuente de sabiduría de entre los hombres que El ha puesto a mi disposición y gracias Mama, por amarme como El nos ama, por amarme primero y antes de poder incluso verme y tocarme.

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