Me llama tanto la atención las repetidas ocasiones con las que me topo con personas que no reciben aquello que piden a Dios, me asombra el tiempo que le invierten a pedir y pedir  sin tener la certeza de haber sido escuchados y sin saber si recibirán esa bendición o ese favor que anhelan de parte de El.

 

Hay muchos motivos por los cuales podemos no recibir aquello que pedimos, considero yo en mi personal opinión, que el principal motivo es que pedimos sin entender si lo que pedimos esta alineado con la voluntad de Dios, es decir, conocemos lo que nosotros queremos, pero solo sabemos que es lo que queremos para ese momento, ni siquiera sabemos si lo vamos a seguir queriendo mas delante o si tenga un efecto duradero en nuestra vida, solo pedimos para satisfacer necesidades pasajeras y efímeras.

 

Luego, nos sucede que por fin logramos el favor de Dios y nos conformamos con aquello que pedimos y recibimos, tanto que después adoptamos la estrategia de la repetición, es decir queremos hacer las cosas de la misma manera una y otra vez y no solo eso, sino que además nos atrevemos a pedir lo mismo una y otra vez.

 

En lo personal tengo una tendencia al crecimiento, así crecí y así me lo ha enseñado Dios, es decir, todo tiene que venir a mas en todos los sentidos, aquellos que son mis amigos lo serán mas y las amistades que se quedan estancadas y en la rutina simplemente perecen, las conversaciones van siempre en aumento y son cada vez mas profundas, las que son solo superficiales simplemente perecen, se vuelven rutinarias y desaparecen y considero que Dios espera lo  mismo de nosotros, si no, que sentido tendría que vayamos a la presencia de Dios una y otra vez a lo mismo, a orar por los mismos problemas a pedir ayuda económica una vez y de nuevo a los pocos días o meses?.

 

No es que Dios no quiera atendernos y que no quiera bendecirnos en las cosas pequeñas, pero si hacemos las cosas de esa manera, corremos 2 riesgos muy graves, el primero es que caigamos en la rutina de tener una relación unilateral con El, es decir, solo nuestras necesidades, nuestros anhelos y nuestras palabras son atendidas, las de El no, la segunda es que nos perderemos ese plan que desde antes de ser creados fue escrito para nosotros y que teníamos como enmienda cumplir.

 

Alguna vez use este ejemplo, pero creo que vale la pena repetirlo: los coches Jeep fueron creados como coches “todo terreno”, hoy en día esta de moda tenerlos en la ciudad, y si adquirimos uno y lo cuidamos, lo llevamos regularmente al servicio, le damos una encerada periódicamente, tendremos un buen coche y nos durará muchos años, pero la realidad es que nunca cumplirá el propósito para el cual fue diseñado, que es el andar en las montañas, las dunas y demostrar todo lo que puede hacer.

 

Así nos puede pasar a nosotros, podemos ser como un coche lindo y encerado, pieza única y de museo, que jamás llegará a explotar el potencial que había en el y que jamás cumplirá con su propósito.

 

Dios sabe esto y ve el riesgo que corremos todos los días de caer en esta situación, por ello trata de que nos esforcemos mas en nuestros tiempos de intimidad con El, en nuestros tiempos de lectura, en nuestros tiempos de oración, El pone frente a nosotros situaciones que requieren un poco mas de esfuerzo, para que logremos mas y mejores cosas, El envía personas a nuestras vidas para que nos reten y que saquen de nosotros ese jugo y considero yo que por último permite que nuestra vida sea afligida, de manera que no nos quede de otra mas que clamar.

Aun así hay personas que son incapaces de orar e interceder por sí mismas, y pasan mas tiempo pidiendo a otros que lo hagan por ellos que en presencia de Dios, es mas! pasan mas tiempo sufriendo que yendo a la iglesia a escuchar por medio de uno de sus siervos, lo que Dios tiene para decirles ese día y después de todo eso, se asombran y se preguntan el porqué Dios no responde su oración.

 

La cita de hoy me emociona, me anima, me recuerda que tengo que hacer cosas que vayan mas allá, note como Caleb (del cual habla la cita) pide emocionado aquellas tierras que estaban habitadas por el enemigo y como le emociona que Dios está con el y que por ello sabe echará a los anaceos de ese lugar!.

 

Como lo dije antes, a Dios le gustan los retos, a Dios le gusta que usemos su favor, a Dios le encanta que recordemos su palabra y sus promesas y las reclamemos para nuestras vidas, Caleb sabía eso, y fue y reclamó la tierra que se le había prometido y no solo eso, sino que lo hizo cuando tenía 80 años, cuando ya no tenía las mismas fuerzas según la opinión de los demás, pero conocía la fidelidad de Dios y sabía que El pondría las fuerzas necesarias no solo para echar a los anaceos, sino para extender su fama y ahuyentar a cualquiera que quisiera atacarle.

 

Mi invitación del día de hoy es a que reflexione acerca de su oración y de su tiempo en intimidad con Dios, sus oraciones son las mismas desde hace un tiempo?, si es así, no le asombre el no recibir respuesta, busque en su corazón y en la palabra de Dios nuevos y mas grandes retos y conquístelos de la mano de Dios y verá como su vida se verá no solo favorecida por la presencia constante de Dios, sino por una explosión de crecimiento y nuevas aventuras.

 

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