Nos encontramos en medio de la famosa “Semana Santa”, la cual muchos toman como un buen pretexto para salir de vacaciones y abarrotar las playas y los destinos turísticos y otros aprovechan y llaman “días de recogimiento” y reflexionan acerca del motivo de las fechas que celebramos.

 

Jesús nos invitó a recordar y celebrar su muerte, ya que gracias a ella, tenemos la oportunidad de recibir misericordia diariamente, es decir, su sangre lavó nuestro pecado, aun el que no hemos cometido y tenemos la oportunidad todos los días de recibirle en nuestro corazón, hacerle nuestro Señor y salvador y empezar a hacer una vida de acuerdo a como El la planeó.

 

Lo que me llama la atención y me he cuestionado durante mucho tiempo, es el porqué las personas a pesar de decirse tan “devotas” de estas fechas y de asistir a tantos eventos, procesiones, reuniones en las iglesias, escenificaciones de la pasión de Cristo, no cambian?, acaso no tiene efecto todo ese contacto con las escrituras?, y no me lo tome a mal, no es que yo tenga autoridad o intención de juzgar a nadie, solo que cuando me pongo a pensar en todo lo que la escritura dice y promete y soy testigo del efecto eterno y el cambio que sucede cuando nos ponemos cara a cara con Dios y decidimos ser objeto de su sacrificio y veo que esto no se hace verdadero en las personas, no me queda mas que cuestionarlo, esta de acuerdo?.

 

Una de las conclusiones a las que he llegado ha sido la siguiente: las personas solo se quedan con la parte popular de la palabra de Dios, obvio, la sangre de Cristo y su sacrificio en la cruz son la parte mas importante de toda la escritura y ciertamente por ello estamos aquí, pero sabe, desafortunadamente las personas no entienden la importancia de este sacrificio, pues no saben de donde viene, no saben como es que fue originado y no entienden su alcance.

 

Recuerdo bien que una de las ocasiones en las que mas claras me quedó el efecto de la cruz fue leyendo el antiguo testamento, acerca de Coré quien se reveló ante Moises y Dios enfurecido por la rebeldía albergada en el corazón de Coré, convocó al pueblo y enfrente de todos se abrió la tierra que se tragó a Coré, a toda su familia e incluso a su ganado, eso es lo que mereceríamos como mínimo de acuerdo a la Ley de Dios, y esto por una “simple” rebelión, cuando hoy en día no entendemos el efecto de nuestro pecado porque somos objeto constante de la misericordia de Dios, y pareciera que no pasa nada cuando pecamos, cuando en realidad pasa mucho!, cada uno de esos pecados, cada mala actitud e incluso cada pensamiento pecaminoso tiene que ver con la sangre de Jesús, cada una de esas cosas está considerada en ese derramamiento de sangre.

 

Como dirían muchos es que no entendemos el efecto de la sangre porque no hemos visto la película completa, y tienen mucha razón!, muchos solo conocen el final de la historia!, pero pocos entienden que la cruz es en realidad la culminación de una asombrosa historia de amor, escrita para nosotros, en la que la cruz es anunciada desde el principio, desde la primer página de la Biblia se describe que Dios tenía planeado que Jesús muriera por nosotros y salvarnos, aun antes de crearnos.

 

Es ahora donde entiendo la falta de emoción ante el hecho de entender la cruz y la falta de cambio en las vidas de las personas, pretenden entender la historia con solo conocer el final!!!.

 

Después de los evangelios en la Biblia, se describe el efecto de esa cruz y de esa sangre derramada, nos muestra como es que ante la espera de esa promesa hecha miles de años antes y su cumplimiento hay un impacto en los hombres y sus vidas son transformadas de tal manera que empiezan a vivir de la manera que Dios lo planeó desde un principio, el problema es que muchos no conocen la promesa y no conocen todo el tiempo de la espera de su cumplimiento, por ello no entienden el efecto de su cumplimiento.

 

Hay quienes dicen que leer la Biblia es difícil, cuando no veo que sentido tiene este argumento, que de difícil tiene el tomar un libro y empezar en la primer página y terminar en la última, y además confiar en que no es cualquier libro es “EL” libro que todos deberíamos de leer y que tenemos que confiar en que Dios será aquel que nos de no solo el entendimiento, sino la disposición para realizar lo que en ella dice.

 

Por tanto, no le quiero distraer de su celebración de la “Semana Santa”, pero le quiero hacer una invitación muy especial, no se quede solo con el final de la historia, le invito a que conozca la historia completa, para que de esa manera, pueda entender y ser objeto de sus efectos y no solo eso, sino ser parte de la voluntad de Dios, parte de su obra y parte de la historia que El escribió con un efecto eterno en el que usted y yo podemos tomar parte, que además nos lleva a una segunda promesa, de una segunda venida y de una segunda historia de la cual corre el riesgo de no ser parte de no tener el corazón adecuado.

 

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