Hay cosas en esta vida que no podemos evitar, hay cosas que nos son necesarias y todas ellas tienen un propósito para el siguiente nivel o la siguiente etapa, y puede venir desde cosas tan sencillas como tener que formarse en la fila del cine para comprar las entradas, como cosas trascendentales como cursar toda la educación básica para poder asistir a la universidad.
Nuestra vida en este mundo tiene muchos propósitos, uno, es el preparar terreno para recuperar el único lugar en el universo que no le pertenece a Dios, otro y creo que es el mas importante, es el poder ser redimidos por Jesús para poder así eliminar el efecto del pecado en nuestras vidas y poder así llegar a su presencia.
El propósito que mas me emociona (obvio además de ser redimido para poder siquiera aspirar a ver a Dios) es el hecho de que estamos aquí para poder aprender a tener trato con Dios para que cuando lleguemos verdaderamente a su presencia, podamos simplemente realizar el papel que nos corresponde, el adorar por la eternidad.
Cuando pienso en esto, me viene a la mente una película que vi hace tiempo acerca de la Reina de Inglaterra y su recién electo Primer Ministro, antes de poder conocer a la Reina en persona, el Primer Ministro fue adiestrado acerca de los protocolos para con la Reina, las cosas que podía y no podía decir y una serie de consejos que harían que las cosas le fueran mas fáciles con la Reina.
Nuestro paso por ésta vida no es distinto, estamos aquí para aprender a tener esa relación con Dios, tenemos un manual (la Biblia) que nos enseña no un protocolo, pero si nos describe el carácter de Dios para que podamos acercarnos a El, en las iglesias nos enseñan a como hacer uso adecuado de su gracia o como aspirar a ella, nos enseñan como es que funciona la misericordia de Dios y aunque Dios esta presente en toda nuestra vida y puede llenarla de victorias constantes y su favor asombroso, jamás se comparará a vivir en su presencia y a poder expresar nuestra verdadera adoración delante de El.
Existen muchas personas a las cuales les es difícil el imaginarse estar delante de Dios y pasar el resto de la eternidad adorándole, y eso sucede porque tienen la idea de que adorar a Dios es lo mismo que rendirle culto y estar todo el tiempo de rodillas delante de El, esto desafortunadamente sucede por el desconocimiento de quien es Dios y de lo que quiere para nosotros, el adorar a Dios es como una gran fiesta que no termina y sucede en el Reino de los Cielos, y solo lo entenderemos cuando lleguemos ahí, pero podemos empezar a practicar en esta tierra.
La cita de hoy habla de eso, David el Rey, un hombre que en definitiva tenía conocimiento del Reino de los Cielos y que había experimentado no solo el favor de Dios sino escuchado su voz de manera constante, tenía la plena conciencia de que le faltaba mucho por ver y recorrer, por ello no dudó en decir que vería la bondad de Dios a lo largo de esta vida, porque solo así podría disfrutar en pleno el Reino de los Cielos cuando llegara allá.
Mi invitación en esta mañana es a que dimensione a Dios de otra manera, Dios es mas allá que sacarlo de problemas y resolver situaciones complejas, es mas allá de sentir bonito en momentos de alabanza y adoración, es una vida en plenitud, llena de victorias, de poder, de su gloria manifestada por cada paso que damos y en cada lugar al que vamos, así como el Primer Ministro pudo llegar a la presencia de la Reina de Inglaterra, llegar a ser un poco mas allá de un Primer Ministro, llegó a ser incluso su amigo y pudo influir en las decisiones de alguien quien fue educada y formada para gobernar y quien no tiene porque escuchar a otros y mas no siendo de la nobleza, así puede hacer usted también desde aquí en su paso por esta vida, hacer una amistad con Dios, que éste le confíe sus secretos y que incluso pueda usted influir en El para misericordia y beneficio de otros, estamos en esta vida entrenando para ver al Rey.