Es interesante como la sabiduría del hombre difiere de la sabiduría de Dios, en mi personal opinión, estamos llenos de pretextos que nos evitan de hacer lo correcto, escudándonos en todo aquello que decimos no poder o querer hacer, y en específico me refiero en tener fe.
La fe se puede manifestar en muchas maneras, pero todas llevan a una sola cosa, a creer en algo que no es tangible al momento de expresar nuestra fe, es decir en algo que aun no sucede o en algo que esperamos que suceda, pero al fin y al cabo fe, así es con Dios solemos creer en un Dios que no vemos, que no sabemos con certeza que hará pero que confiamos que hará, el problema esta en el momento que empezamos a debatir sobre lo que hará, es decir, a muchos se nos hace fácil creer que porque le pedimos algo y tenemos la esperanza de lo que haga, eso es tener fe, pero estaremos perdiendo nuestro tiempo si no sabemos cual es el carácter de Dios y distinguimos entre lo que no hará jamás y lo que si hará.
Nuestra fe también puede ser expresada hacia las personas, cuando ponemos nuestra confianza en ellas y confiamos en que sean o hagan cierta cosa, pero la filosofía de los hombres nos lleva por lo general a tener una fe errónea, ya que por un lado solemos usar frases como «piensa mal y acertarás», que no hace otra cosa que agrupar a todas las personas y confiar en que todas tienen los mismos defectos y que todos actuarán mal y que no son dignos de nuestra confianza, y por el otro lado solemos falsamente poner nuestra fe en alguien esperando que su carácter sea como nosotros esperamos, sin conocer verdaderamente a esa persona ni sus motivaciones les imponemos yugos prácticamente imposibles de llevar y que en el fondo sabremos que no los cumplirán, como si pareciera que en realidad lo que queremos es ser víctimas de su fracaso y poder hacernos los ofendidos, para después poder decir a viva voz que pusimos nuestra fe en esa persona y que nos traicionó.
Dios afortunadamente sabía esto, de hecho cuando nos creó, sabía perfectamente cuales son nuestras debilidades y por donde podríamos llegar a tener problemas, por ello y para ello, nos dejó su palabra por escrito para que la tomáramos como guía, ahí viene descrito lo que es bueno y lo que es malo, como les digo a muchos, ese es el parámetro por el cual nos podemos medir, si seguimos esa guía, será prácticamente imposible que nos equivoquemos y que no tengamos éxito en lo que emprendamos, ya que aprenderemos a poner nuestra fe en las cosas adecuadas y del modo correcto.
Me llama la atención como el Proverbio nos habla sobre el error que cometen los que piensan acerca del mal, es decir, es una verdadera pérdida de tiempo pensar acerca de como nos quedarán mal las personas, un verdadero error el invertir aunque sea un segundo en reflexionar acerca de lo malo en quienes nos rodean, o en hacer el mal a cualquiera, interesante, no?, la filosofía popular nos dice que acertaremos si pensamos mal, la filosofía de Dios nos dice que no solo acertaremos o nos acercaremos a la verdad si pensamos bien, sino que seremos sujetos a la misericordia de Dios (recuerde que misericordia es el no recibir el castigo que merecemos a causa de nuestro pecado).
Por tanto, nos damos cuenta que no es sano que nos dejemos llevar por nuestros pensamientos sin fundamento, que siempre es importante el tener un verdadero parámetro de lo que es bueno y lo que no lo es y que todo aquello que no nos conduzca al bien, es una pérdida de tiempo.
El día de hoy le quiero invitar a lo siguiente, haga de su Biblia su mejor amiga, consúltela tan seguido como pueda, en ella encontrará esa guía y ese parámetro para garantizar el bien y la verdad a su vida y le ayudará a no solo ser bueno para con los demás, sino a mantener el corazón de Dios atento y dispuesto a hacer misericordia ante cualquier falla en su vida.