Estamos en la etapa final del año y considero en lo personal que es una etapa difícil para muchos, ya que junto con las fiestas, vienen los tiempos de reflexión, los tiempos de melancolía y el recuento de todo lo que pasó en el año que se acaba, después de ello vienen los propósitos de año nuevo, que al día de hoy no conozco a alguien que me haya contado que los cumplió todos, o que haya perseverado mas allá de la segunda semana del año realizándolos.

La verdad es que esto de que hagamos y vivamos en ciclos no es del todo conveniente, ya que nos evita tener una visión eterna como la deberíamos de tenerla, pero sucede que nos aprovechamos de esos ciclos para evitar hacer las cosas que deberíamos de hacer constantemente, como por ejemplo la famosa dieta, no la empezamos hoy, hacemos planes para empezarla el lunes, y si por algún motivo no la empezamos el lunes, al fin y al cabo estamos a menos de una semana del próximo lunes para empezarla, y hay quienes jamás la empiezan, y la realidad es que no deberíamos hacer dietas ni esperar a que el ciclo semanal empiece o termine, simplemente deberíamos de vivir una vida mas sana, pero es algo que traemos arrastrando en nuestra cultura y en nuestra visión cíclica, así nos pasa con los famosos propósitos de año nuevo, pasamos tiempos que nos atrevemos a llamar de «reflexión», en los cuales nos llenamos en muchas ocasiones de culpas de todo lo que no hicimos o de las cosas que hicimos de manera equivocada y en vez de ponerle solución en ese preciso instante, las juntamos con el otro montón de cosas que queremos hacer y esperamos arreglarlas el año entrante con nuestros propósitos.

La cita de hoy nos habla de eso, hubo 5 vírgenes que pensaron en comprar aceite después, o ni siquiera lo consideraron, no se si les dió flojera o que, pero se perdieron de sus bodas ya que no estaban preparadas, así es el Reino de los Cielos, no tiene ciclo, es como Dios, no tiene principio ni tiene fin, simplemente es todo el tiempo, pero solo aquellos que vivan de ese Reino, podrán  disfrutar de el por la eternidad, cuando Cristo venga por segunda ocasión.

Hay muchas personas que tienen esa conciencia de que tienen que mejorar su relación con Dios, o que deben de empezar a leer la Biblia y al igual que pasa con las dietas y con los propósitos de año nuevo, deciden esperar al siguiente ciclo para hacerlo, pero corren el riesgo de que Cristo venga y los agarre como a las vírgenes, sin aceite, es decir sin bendición y sin la presencia del Reino en su vida y cuando quieran correr a enderezar sus caminos no llegarán a tiempo para ser arrebatados por el Señor y vivir esa vida eterna que todos aspiramos.

Esta mañana le quiero invitar a lo siguiente, no medite demasiado en lo que no ha hecho, no lo junte con otras cosas que tampoco a hecho, simplemente actúe, haga una cosa a la vez, pero no la deje de hacer, acérquese a Dios, acérquese a quienes le compartan de la palabra, acérquese a servir a Dios, no tiene que cambiar su vida para hacerlo, el hacerlo, cambiará en su vida las cosas que no son agradables a Dios y no permita que esas cosas se pospongan hasta el siguiente ciclo, quien le asegura que Cristo no venga antes de que comience el siguiente ciclo?.

El Reino de los Cielos es algo real y es incluso tangible para aquellos que deciden arrebatarlo, no deje que le pase de largo esperando a ser «bueno» para merecerlo, ninguno de nosotros lo merece, es algo que recibimos por gracia, es decir a pesar de que por nuestro pecado no lo merecemos.

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