Hace poco conducía en carretera a muy baja temperatura, creo que era algo asi como 3 grados celsius sobre cero, al detenerme en la caseta de peaje, vi a la señorita que cobraba y después de hacerle un poco de plática, le dije «que Dios le bendiga», unos metros mas delante me tuve que detener, me quedé pensando si en realidad le había dicho de corazón que Dios le bendijera o si simplemente lo dije por costumbre, al meditarlo un poco más, me quede pensando, en como le podía desear bendiciones, si en realidad no la conocía y además no conocía su necesidad?

Es una realidad que solemos decir «Dios te bendiga» como costumbre y desear bien a todas las personas bien, pero se ha puesto a pensar si ese bien que le deseamos a las personas va de acuerdo a nuestro entendimiento, simplemente no le deseamos en realidad nada, solo lo hacemos como instinto?.

Tras pasar un rato meditando acerca de esto, me puse a pensar, la única manera de realmente bendecir a alguna de estas personas que trabajan en las casetas, sería ocupándome de su única necesidad tangible, el frió, por lo que entendí que en definitiva un café o cualquier bebida caliente, serían una mayor bendición que un simple Dios le bendiga, y si lo busca en la Biblia, Jesús hacía exactamente igual, El siempre tomaba un tiempo para conocer y escuchar las necesidades de las personas a las que bendecía, antes de hacer algún milagro, y esto lo entiendo, como que quería asegurarse que las personas con las que interactuaba, realmente supieran que es lo que esperaban de Dios.

Por tanto, el Reino de los Cielos es un lugar de asuntos claros, y se lo voy a ejemplificar de esta manera, usted y yo que tenemos ambos pies, nos imaginaríamos que si vemos a alguien con un solo pie en la calle, podríamos orar por esa persona para que Dios le diera el segundo pie, pero en realidad es esa la necesidad de esa persona?, no lo sabremos hasta que no tengamos contacto con ella, y escuchemos lo que tiene que decirnos acerca de su necesidad, a lo mejor si nunca tuvo dos pies antes, no sabría que hacer con el segundo, o las necesidades de su familia son mayores que el hecho de caminar, que se yo!, con Dios es igual, aunque El sabe mejor que nosotros lo que necesitamos, quiere asegurarse que nosotros lo sepamos, por tanto jamás nos dará algo que no hemos pedido, porque «El sabe porqué hace las cosas» eso sería como atropellar nuestro libre albedrío.

Por tanto cuando Jesús nos enseño a orar y nos dejó la guía del Padre nuestro, nos dejó claro como es que debemos de pedir, es decir, nos dió un orden para que no nos perdamos de ninguna bendición y que ninguna petición se quede sin ser respondida y cumplida (obvio, si va alineada con la voluntad y la palabra de Dios).

El Reino de los Cielos se arrebata con peticiones específicas que den honra y gloria a Dios, que den testimonio de que El esta en nuestras vidas y mas importante que nada, de las cuales estamos consientes al pedirlas y al recibirlas, Dios no es un Dios de casualidades, es un Dios de hechos específicos y concretos, que nos dejan saber paso a paso que es lo que Dios nos dió y como lo hizo, de acuerdo a lo que en específico le pedimos, para arrebatarlo del Reino de los Cielos.

Para alcanzar el Reino de los Cielos, necesitamos tomar tiempo y pasarlo en presencia de Dios, una vez ahí, aprovechar y expresarle nuestra necesidad, El espera eso de nosotros y una vez que lo hicimos, nos aferremos a ello, para que podamos asi dar testimonio de su fidelidad.

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