Jeremías 23:24 (Reina-Valera 1960)
¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?

Le ha tocado estar en un restaurante o en un avión y que haya un niño que llora?, le ha tocado estar en una de esas situaciones en las que por mas esfuerzo que hagan los padres, el pobre nene no se calla y pareciera que entre mas hicieran por callarlo, mas lo abruman y grita aun mas fuerte?, para los que estamos alrededor en un momento así, puede empezar por darnos un poco de compasión por el chiquillo, pero después de un rato es molesto, pero en pocas ocasiones podemos hacer algo al respecto.

Cuando estamos en una situación así, simplemente no lo podemos dejar  de escuchar o ver, a veces interrumpe nuestras platicas con quienes comemos o distrae nuestro trabajo si lo hacemos en el momento, pareciera que tenemos que abandonar el lugar para dejarlo de escuchar,  y con esto no quiero hacer énfasis en los Padres que están con sus hijos en lugares públicos, sino en la cercanía de alguien que llora y no lo podemos evitar escuchar.

El porque tome el ejemplo del bebé llorando, es porque muchas veces, podría decir que a diario recibo correos de personas que me dicen que oran pero Dios no los escucha, todos los días veo a personas pecando deliberadamente y fingiendo que Dios no los ve, también me toca ver a personas que llevan una vida completamente «a su manera» y que se quejan de que Dios no les bendice, es usted una de esas?.

La cita de hoy nos recuerda la omnipresencia de Dios, es decir, nos aclara que Dios esta en todo lugar y en todo momento, que todo lo ve y todo lo escucha, El esta ahí cuando pecamos y fingimos que El no lo ve, El escucha cada mentira «piadosa» que contamos y escucha cada vez que nos quejamos como bebé s en un restaurante.

La pregunta es entonces por que tenemos esa sensación de abandono y esa frustración de no sentirnos escuchados?.

Eso es sencillo de responder, es exactamente igual que el ejemplo del bebé en el restaurante, cuando un bebé le sucede o le molesta algo, simplemente lo expresa, no le importan las personas que le rodean, porque no las conoce, o porque no le interesan, todo lo que sabe es que no esta cómodo  y no va a dejar de llorar o gritar hasta que se haga su voluntad o alivien su dolor, en nosotros no es diferente, cuando tenemos una relación con Dios, nos olvidamos que el tenerla se trata de El y no de nosotros, y pecamos o nos portamos mal ignorando el principio de que El esta en todo lugar con nosotros, en las buenas o en las malas, mas somos nosotros los que nos aislamos de El, no le tomamos en cuenta en lo que hacemos y luego pretendemos regresar a El cuando estamos en problemas y necesitamos que los solucione.

Las personas tienen la idea de que oran cuando le piden algo a Dios, pero no es siempre así, ya que muchos le piden a Dios pensando en su situación y no pensando que están hablando con el Creador del Universo, es como cuando platicamos con alguien y ese alguien esta semi-platicando con nosotros pero a la vez esta atendiendo a su blackberry o a su celular (ouch! Esa fue para mi!), es molesto el no tener la atención de alguien cuando pretendemos tener una conversación con esa persona no?, en mi personal opinión me imagino que con Dios no es distinto, en la Biblia El declara que espera ser lo mas importante y lo primero para nosotros, y si lo es para nosotros, nosotros lo seremos de igual manera para El y nos dará siempre lo que necesitamos, aunque no sea lo que queremos, pero si nos damos el tiempo de escucharle, nos explicara porque y para que lo hace de esa manera, pero si seguimos hablando con El a grito suelto como bebé en un avión, difícilmente sentiremos que nos escucha o nos ayuda no lo cree?.

Este fin de semana le invito a que haga esto, tome tiempo de su tiempo libre, y entable una conversación con El, pero hágala un dialogo, en donde ambos hablen, se dará cuenta que de cada palabra que sale de la boca del Señor, sale una bendición.

Escrito por Rene Giesemann
giesemann@gmail.com
Página en Facebook

Rene Giesemann

Rene Giesemann

¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *