1 Pedro 4:8b (Nueva Versión Internacional)
Porque el amor cubre multitud de pecados.

Hace un par de días veía un video que hablaba de que toda nuestra adoración a Dios debía ir centrada en la cruz y que todo lo que hiciéramos en torno a Dios debía ir enfocado a recordar la cruz y me llamo mucho la atención que la persona del video, un ministro de la palabra de unos 50 y algo de años y con mucha experiencia, simplemente no pudo evitar el romper en lagrimas al hablar de ello, esto me hizo detener el video y reflexionar acerca de ello.

Siempre he tenido la idea de que entiendo la cruz como la muestra de amor mas grande que ha existido, porque nunca nadie ha tenido la capacidad de dar su vida por otros y tener un resultado tan enorme, pero aun esto no me convencía al nivel de poder expresar una lagrima, y no es que las lagrimas fueran el objetivo, sino que era mi anhelo el entender como el entender la cruz podría conmover mi corazón al nivel de romper en llanto, sabia que había mucho mas que entender.

Los seres humanos tendemos a 2 cosas en especifico, primeramente a ser nuestros propios verdugos, es decir un día nos damos cuenta de que hicimos mal y andamos culpándonos de todo y atribuimos a que cualquier cosa que no es del todo buena en nuestra vida se debe a nuestras acciones y al pecado que cometimos, y nos sentimos como si fuéramos el mas vil de los seres, de hecho hay quienes se alejan de Dios por no sentirse dignos de ir delante de El por causa de estas acciones y sin darnos cuenta, pasamos de verdugos a victimas ya que de lo mal que nos sentimos y la impotencia de remediarlo y el hecho de que no somos capaces de perdonarnos a nosotros mismos, pensamos que Dios tampoco lo hará y empezamos en la siguiente etapa que es el causar lastima, a quien?, primeramente a nosotros mismos, luego a los que nos rodean contando lo miserables que somos y por ultimo pensamos que Dios nos vera en nuestra condición y tendrá lastima de nosotros y nos perdonara.

Se que lo que le acabo de describir sonara un poco exagerado, pero si lo analiza detenidamente, se dará cuenta que tanto usted como yo hemos pasado por ese proceso mas de una vez.

Luego existe el otro lado de la moneda, de un día al otro tenemos necesidad de algo y oramos, o simplemente las cosas en nuestra vida cotidiana empiezan a mejorar y pensamos que Dios nos ha perdonado y nos sentimos bien del todo y empezamos a declarar las bondades de Dios, sentimos que no importa que necesidad tengamos, solo es cuestión de elevar una oración y Dios nos escuchara, lo cual es cierto, pero me preocupa que muchas de las veces, mas bien la mayoría diría yo, no nos damos cuenta en realidad de cómo pasamos de la primera situación de ser miserables a ser los amados de Dios, todo pareciera que fue mágico y que simplemente sucedió porque Dios escucho las oraciones que en realidad no hicimos (creo que entiende de lo que le estoy hablando o no?).

La transición entre reconocernos pecadores y ser los amados de Dios es esa etapa de la que hablaba la persona del video, no es necesario que nos sintamos mal y que nos señalemos a nosotros mismos como la peor persona del mundo, para nada, simplemente tenemos que llevar cada pecado, cada mala actitud, cada señal de desobediencia delante de Dios, y entregarla a El, y ver como cada una de esas cosas fue pagada en la cruz, como nuestro pecado es un clavo mas, un golpe mas, una humillación mas que Jesús recibió en la cruz, y que aun así, El sonrió al pensar en usted y que ese sacrificio de amor, le daría vida a usted el día de hoy.

Mi invitación de este día es a que no se enfoque en su pecado, ni pierda el piso cuando las cosas vayan bien del todo, tome un momento, en donde este usted a solas, vaya a la presencia de Dios, tenga a la mano su pecado y vea como usted es parte de esos verdugos de Jesús, como su pecado lo lastimo al grado de la muerte, pero no deje en ningún momento de observar el rostro de Jesús, para que en medio su dolor pueda ver como El le susurra «te amo» y esa expresión sublime de amor, borre todo pecado y falta de su vida, para que pueda ser perdonado desde el fondo del corazón de Dios.

Escrito por Rene Giesemann
giesemann@gmail.com
Página en Facebook

Rene Giesemann

Rene Giesemann

¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *