Salmos 91:1 (Reina-Valera 1960)
El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.

Diariamente me toca platicar con personas que luchan con «n» cantidad de situaciones, en las que necesitan la intervención de Dios a su favor, y hay un factor común en la mayoría de estos casos, todas estas personas dicen orar y poner en las manos de Dios sus situaciones, pero la realidad es que ninguna o casi ninguna de estas personas realmente siente que la respuesta a sus oraciones venga en camino o que realmente hayan orado de la manera adecuada, lo interesante es que esto lo confiesan ya cuando hay una indagatoria a detalle y tienen que reconocer que no tienen una relación adecuada con Dios o no lo oran conforme a lo que Dios nos enseña para asegurar la intervención divina en toda situación.

Lo que me maravilla de esto, es que todas estas personas (incluyéndome en ocasiones) pasan tiempo, mucho tiempo orando, repitiendo, pidiendo una y otra vez aquello que necesitan, aun cuando su conciencia sabe que no lo esta haciendo de la manera adecuada, y luego se quejan de no recibir la respuesta que esperan, o simplemente respuesta a sus oraciones!, se lee inaudito no lo cree?.

En mi personal opinión siempre he dicho lo siguiente: «Cuando Dios esta en tu vida, se nota, no hace falta decirlo», y eso mas que nadie lo sabemos nosotros mismos, mas hay quienes oran y piden a Dios con cierta condenación en su vida porque siempre tienen esa voz que los acusa con ellos mismos de que deberían de tener una mejor relación con Dios y que si así fuera, tendrían una respuesta, o peor aun, hay quienes piensan que Dios no les responde, porque no tienen esa relación con Dios como deberían o porque talvez Dios les esta castigando con la no respuesta de su asunto por no tener esa relación adecuada con El, que error!!.

La realidad es que Dios no es así y la mayoría de las respuestas a nuestros problemas cotidianos no tiene que tener una solución en Dios directamente, sino en su palabra, en el cumplimiento de su ley o en el cumplimiento de las promesas de Dios, es decir, hay cosas que sucederán por el simple hecho de nuestra obediencia y cumplimiento de la palabra de Dios, no necesitamos una intervención especial de Dios en nuestro asunto, ya que dejo por escrito que así seria si lo hacemos adecuadamente.

En el mundo se dice «al que buen árbol se arrima, buena sombra le toca», y en términos sencillos, esto quiere decir que si nos juntamos con las personas adecuadas, estas pueden darnos los beneficios adecuados, incluso esto se usa mucho en los asuntos políticos, pero sabia que Dios también habla de esto?, es sencillo, la cita de hoy nos lo dice, pero nos aclara y se lo voy a explicar:

La sombra es un lugar fresco, en donde no perdemos perspectiva de lo que pasa en el sol, pero estamos protegidos de sus efectos, Dios nos dice que si queremos la garantía de la frescura de su sombra, tenemos que habitar en su presencia, es decir, no solo venir cuando necesitemos algo, sino estar de constante ahí, para que su sombra, no sea una consecuencia temporal, sino un efecto permanente en nuestra vida.

Mi invitación en este lunes es a que deje de batallar, es mas, ponga de lado su necesidad por un momento y dedíquese a asegurar su lugar en la presencia de Dios y vea como el efecto es la solución de sus problemas en automático y la victoria sobre cualquier lucha actual y venidera, pero recuerde que esta garantía, es para quienes moran en la presencia de Dios, no para quienes vienen esporádicamente de visita…

Rene Giesemann
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