Como me acuerdo de mi madre cada vez que estoy a punto de dar mi opinión acerca de una persona, pareciera que la tuviera siempre enfrente mío diciendo «si no tiene nada bueno que decir de las personas, mejor no diga nada», o como mi buen amigo Gustavo Piña diría «calladito me veo mas bonito», pero a veces pareciera que nos come la ansiedad por hacer ese comentario «picoso» acerca de alguien o simplemente poder reír sobre una situación la cual seguramente amenizara a los interlocutores.
Ayer que volaba rumbo a la ciudad de México para hacer una escala en mi camino rumbo a Centro America, chateaba gracias a la tecnología con mi amigo Sergio con quien he tenido el enorme gusto de reencontrarme, no solo como amigo, sino también laboralmente y en la fe, es un deleite observar como la decisión de vida que tomo de regresar a México (el vivía fuera del país), el buscar a Dios de manera activa, le están llevando a cambiar de una manera muy evidente.
Sergio y yo, como diríamos en México, siempre nos «hemos llevado pesado» es decir nuestra confianza nos permitía hacer bromas pesadas acerca de nosotros y entre nosotros sin miedo a herirnos, ya que lo hacíamos con plena libertar, pero me llama la atención como es que su nueva manera de vivir, no es que le limite, por el contrario, veo que le hace conciente de cada palabra que sale de su boca y constantemente me recuerda con un sutil «no me provoques», sabiendo que no por mi sino por el tiene que guardar esa cordura del nuevo ser en el que se esta transformando.
Con esto no le quiero decir que Sergio este cambiando su forma de vivir radicalmente por haber sufrido un cambio de fe, no!, para nada, pero le puedo decir que Sergio ha decidió recibir a Cristo y despertar en el esa parte de nosotros que nace de nuevo cuando entregamos nuestra vida a Cristo y ese espíritu que ahora habita en nosotros, hace que esa voz que escuchábamos lejos y quedito, que llamábamos conciencia, se magnifique y nos recuerde que aquello que hacemos, no tiene solamente un impacto y efecto en nosotros, sino en todos los que nos rodean.
Que gran lección me ha dado Sergio!, a veces nos confiamos en que llevamos una buena vida y que por buscar y acercarnos a Dios, vamos por buen camino, y ciertamente es así, pero cada día es un paso mas cerca, un escalón mas arriba y un aspecto mas en el cual imitar a Cristo, como lo dijo Pablo el Apóstol, para parecernos cada día mas a El.
La cita de hoy es mas que clara, nos previene no solo de hablar las cosas incorrectas (¡el termino «obscena» me impacto!), sino de llevar nuestras palabras y nuestros hechos tan allá que no solo nos cuiden de lo que los demás opinen, sino que los lleven a ser edificados de manera que aquel que vive en nosotros (Cristo), sea aquello que los demás anhelen, por medio de sus efectos visibles y tangibles en nuestra vida.
Mi invitación del día de hoy es a que como yo le aseguro lo estoy haciendo, reflexione en sus actos, no se quede en el mediocre no dar de que hablar, sino esfuércese, permita que Cristo se note en usted de manera que los demás queden impactados y anhelen lo que usted lleva por dentro, ¿que le parece?, ¿acepta el reto?