Proverbios 2:7 (Reina-Valera 1960)
El provee de sana sabiduría a los rectos; Es escudo a los que caminan rectamente.

Tener una vida en Cristo es una vida genial, pero lo mas interesante de caminar en el camino del bien, es que tenemos un mejor conocimiento del mal, espero poder explicarme, es como si repentinamente nos fuera quitada una venda de los ojos y viéramos cosas que antes no veíamos, es impresionante!, pero el ver las cosas que no son agradables a Dios y empezar a entenderlas como tales,  no es suficiente en ocasiones para dejarlas de lado, no por saber que no son buenas para nosotros y que no son agradables al Padre, tendremos la voluntad o la facultad solo así porque si de dejarlas a un lado.

Tenemos que entender que somos seres de carne y hueso y que cuando fuimos constituidos por Dios, fuimos constituidos a su imagen y semejanza, es decir somos 3 en 1, cuerpo, alma y espíritu, y esto quiere decir que nuestro cuerpo es lo que somos físicamente, nuestra alma son nuestros pensamientos y nuestros sentimientos y nuestro espíritu es la parte de nosotros que se comunica con Dios y tiene la capacidad de entenderle, pero… el pecado original de Adán y Eva nos hizo morir en espíritu, por lo cual, la consecuencia de ese pecado es que nazcamos sin espíritu y no es sino por medio del reconocimiento de Jesús como nuestro Señor y Salvador y el arrepentimiento de nuestros pecados que podemos «nacer de nuevo», pero no lo hacemos físicamente, sino lo hacemos espiritualmente, es decir, el día que decidimos hacer de Jesús el Señor de nuestras vidas, nacemos en espíritu, lo cual nos hace seres completos y conforme a la creación de Dios.

El detalle de nacer de nuevo, es que una vez que lo hicimos, nuestro cuerpo y nuestra alma tienen la misma edad que la que tenemos físicamente, pero nuestro espíritu no la tiene, es prácticamente «recién nacido» y por ello, aunque el nacer en espíritu nos abre un entendimiento nuevo del bien y del mal, no tiene la destreza y la fortaleza de simplemente rechazar lo que no es bueno para nosotros y desagradable a los ojos de Dios.

Cuando obtenemos ese mayor conocimiento del bien y del mal, empezamos a dimensionar el alcance eterno de las cosas que hacemos y que nos puedan suceder y eso hace que muchos «nacidos de nuevo» se sientan atacados por el famoso «Satanás» , como si en ese momento les estuviera poniendo el pie todo el tiempo para que cayeran y no solo regresaran a su manera anterior de vivir, sino que adicional cayeren en nuevos pecados, la realidad es que Satanás no hace nada nuevo que no haya hecho antes, solo que antes no lo notábamos y no lo entendíamos.

El acercarnos a Dios por medio de la palabra, nos hace sabios, pero a diferencia de la sabiduría de los hombres quienes se hacen sabios en el alma, los hijos de Dios tienen la capacidad de hacerse sabios en el espíritu de acuerdo al entendimiento del reino de los cielos, de manera que día a día podrán ir fortaleciendo ese espíritu, y caminar en rectitud, no solo de acuerdo a su propio entendimiento, sino al plan de Dios para cada uno en especifico, ser fortalecidos contra el mal y con la voluntad de no pecar y mas que nada ser fortalecidos contra las tentaciones, es entonces cuando podemos usar la sabiduría de Dios verdaderamente como un escudo contra el mal.

Si usted nunca ha nacido de nuevo, y no entiende el como se logra esto, pero le gustaría hacerlo, le invito a que visite la sección de mi sitio web que habla de ello (http://www.devocional-diario.com/Devocional_Diario/Usted_ya_hizo_esa_oracion.html) , le invito a ser un ser completo en Dios, es decir, dejar de ser una criatura de Dios y pasar a convertirse en un hijo de Dios y a recibir ese espíritu que El nos promete y el cual nos asegura tener esa capacidad de escuchar y obedecer su voz.

Rene Giesemann
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