Jeremías 33:3 (Reina-Valera 1960)
Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

Este fin de semana por motivos de trabajo tome la decisión de extender mi viaje y en vez de regresar a casa como lo tenia programado, me quede un par de días mas en Costa Rica para atender una serie de citas en Panamá al lunes  siguiente, de manera que ya estando en aquel país, decidí seguir la recomendación de mi amigo Sergio Álvarez de ir a un lugar llamado Turubari que es un parque ecológico de Canopy en el cual pude experimentar la asombrosa adrenalina de dejarme deslizar sobre las copas de los árboles del bosque tropical colgado de un cable y un arnés, teniendo la asombrosa oportunidad de admirar la belleza del lugar y su abundante flora y fauna.

Dentro de las actividades que realice en el día había varias que Sergio me recomendó, una de ellas fue el famoso «vuelo de Superman» que es lanzarse en un arnés que le permite ir a uno de manera 100% horizontal y boca abajo en un cable de 1,200 metros, a una altura de 120 metros y sin posibilidad de intervenir o ingerir en la velocidad que uno se desliza, alcanzando por arriba de los 60 kmh, vaya experiencia!, como se imaginara, desde un día antes mi adrenalina estaba a todo lo que daba por la emoción y a la vez cierto temor de la experiencia.

Una vez en el parque y en pleno recorrido nos dieron la opción de seguir adelante con el itinerario o el acompañar a las personas que realizarían el «Vuelo de Tarzán» (si, este parque tiene atractivos llenos de nombres de súper héroes), a mi me llamo mucho la atención esta actividad y decidí acompañarlos, ya que no me había sido promocionada al momento de comprar mi entrada al lugar y vaya sorpresa que me lleve!.

La actividad consiste en tomarse de 2 cuerdas que están a mas de 40 metros de altura, obvio por medio de un arnés frontal y dejarse caer 100% al vacío hasta donde las cuerdas se tensen y balancearse a una velocidad increíble, el solo ver a la primer persona hacerlo y gritar, me erizo la piel e hizo a mi adrenalina correr de una manera como pocas veces lo había experimentado, wow!, que miedo, que emoción y que interesante a la vez!.

Por lo general soy una persona muy conservadora con respecto a las actividades en las alturas ya que me mareo con facilidad, pero también tengo la filosofía de que debo de probar de todo, para que no me cuenten y entendiendo en que en todo lo que haga y a todo lugar que vaya aprenderé algo de parte de Dios y esta no fue la excepción, así que sin pensarlo mucho (se lo prometo que no lo pensé), simplemente dije al guía que quería también participar en el «Vuelo de Tarzán», aunque aun no sabia en lo que me metía!.

Así, en menos de lo que pensé, estaba metido en el arnés, sostenido por las manos del guía y otra persona al pie de una plataforma y  punto de dar un literal brinco al vacío y de nuevo sin pensarlo di ese «pequeño» brinco y me encontraba cayendo a gran velocidad y viendo con gran sorpresa que las cuerdas que me «sostenían» no tenia ningún tipo de tensión y yo seguía cayendo, hasta que a una distancia aproximada de 2.5 metros del suelo (no exagero!) se tenso y la inercia de la velocidad que llevaba me elevo a gran velocidad en un balanceo que me llevo de nuevo a la misma altura de la que me lance, una vez ahí, mi peso me llevo de regreso y así una y otra vez hasta detenerme, recuerdo solo pocas ocasiones en las que grite, sufrí y disfrute tanto al mismo tiempo.

Al estar a punto de tirarme de la plataforma y al momento de hacerlo, no podía hacer otra cosa mas que pensar en la cita de hoy, lo que yo hice en lo físico, es similar a lo que muchos piensan hacer en lo espiritual, es decir, todos quisiéramos hacer actividades extremas como las que ofrece el lugar al que fui, pero como muchos que fueron al Tour, la mayoría no se anima a hacer estas aventuras tan extremas, así pasa con Dios, muchos quisieran acercarse, muchos quisieran dar ese «pequeño» brinco al vacío por el temor que las cuerdas no se tensen, o a la opinión de los demás, y muchos piensan que una vida en Cristo es un cambio total de hábitos, pero no lo es, Cristo es un caballero y jamás nos obligara a nada que no queramos y estemos 200% convencidos, además, así como mi experiencia en el «Vuelo de Tarzán», así de rápido como es la caída a sus manos (las de Cristo), así de rápido es el ascenso y los beneficios de hacerlo, una relación con Dios es un paseo lleno de adrenalina, donde lo único que debemos hacer es dar un «pequeño» brinco al desconocido mundo de la confianza en Dios, creyendo firmemente que las cuerdas de su amor se tensaran y nos harán elevarnos a gran velocidad y nos harán ir y venir a lugares que no esperábamos y que nos permitirán sin tener el control sobre ello de ver las maravillas de Dios, participar de ellas para por ultimo ser parte de ellas, no solo para nosotros sino para la vida de otros, que le parece?, se anima a hacer el «Vuelo de Cristo»?, le invito en esta mañana a que clame, es decir no solo ore, no solo pida, clame, al nivel que su oración parezca ridícula, clame hasta que sienta que su oración ha alcanzado una nueva dimensión de caer a ese vacío de uno mismo y entre a la dimensión de Cristo, para que como yo lo experimente, El le muestre cosas grandes que no conocía de su amor y su poder, que le parece?, ya se decidió?.

Rene Giesemann
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